Un millonario saudí ha ofrecido 10 millones de dólares (7,24 millones de euros) por los zapatos lanzados por el periodista iraquí Mountazer al Zaidi contra el presidente de EE UU, George Bush. Es el último ejemplo de la gigantesca repercusión internacional (sobre todo en el mundo árabe) que ha alcanzado el zapatazo, convertido en un símbolo de oposición a las políticas del presidente saliente. En Internet proliferan los videojuegos que invitan a hacer puntería con su rostro, el vídeo de la agresión ha recibido millones de visitas en YouTube y 7.000 personas se han declarado fans de Al Zaidi en Facebook.
El zapatazo también llegó ayer al Parlamento iraquí, donde las disputas sobre la necesidad de liberar o no a Al Zaidi obligaron a su presidente, Mahmoud al Mashhadani, a suspender la sesión. Según la agencia AP, Al Mashhadani ha presentado también su dimisión: "No es para mí ningún honor presidir este Parlamento", dijo tras ver cómo los diputados intercambiaban gritos e insultos.
El periodista seguía ayer detenido a la espera de juicio. Su hermano Dargham asegura que sufre varias fracturas y una hemorragia, lo que es negado por el Gobierno de Bagdad. Dargham explicó que su hermano se preocupó de que los zapatos fueran de manufactura iraquí.
Bush, por su parte, no parece guardar especial rencor a Al Zaidi: "Era sólo un zapato", aseguró un portavoz de la Casa Blanca.
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