¿La solución a la falta de deseo sexual? Quizás. Un chip que envía pequeños shocks al cerebro a través de electrodos implantados en la corteza orbitofrontal y estimula las ganas de tener relaciones. La idea es de un grupo de científicos de la Universidad de Oxford que se encuentra trabajando en el desarrollo de este, el primer "chip sexual".
El equipo, liderado por el científico Morten Kringelbach, autor del libro "El centro del placer. Confíe en sus instintos animales", se inspiró en una técnica que se utiliza en Estados Unidos para el tratamiento del Mal de Parkinson.
Según publicó el Daily Telegraph, la corteza orbitofrontal se encuentra en un área del cerebro justo detrás de los ojos y sus funciones están asociadas a sensaciones de placer derivadas del sexo y la alimentación. Los científicos pretenden implantar allí el chip y enviar señales al cerebro para que "despierte" cuando el deseo prefiere irse a dormir.
Kringelbach, miembro del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, descubrió que la corteza orbitofrontal podría ser un "nuevo punto de estimulación" para ayudar a las personas que padecen anhedonia , la incapacidad de experimentar placer, interés o satisfacción en casi todas las actividades. Su colega Tipu Aziz, profesor de Neurocirugía, explicó que existe evidencia de que el chip y sus pequeños shocks funcionarán.
"Hace unos años se implantó un dispositivo similar n el cerebro de una mujer con bajo deseo sexual y se la convirtió en una persona sexualmente muy activa. Pero como no estaba conforme con un cambio tan grande y repentino el sistema tuvo que ser removido".
La diferencia es que las técnicas han cambiado y "en 10 años la cantidad de terapias disponibles va a ser sorprendente. Ni siquiera conocemos la mitad de las posibilidades aún". "Cuando la tecnología mejore, podremos usar estos chips para estimular cada vez más y nuevas áreas. Será más delicado y tendremos un mayor control sobre los shocks de los chips y se podrá prender y apagar cuando se necesite", explicó.
El equipo, liderado por el científico Morten Kringelbach, autor del libro "El centro del placer. Confíe en sus instintos animales", se inspiró en una técnica que se utiliza en Estados Unidos para el tratamiento del Mal de Parkinson.
Según publicó el Daily Telegraph, la corteza orbitofrontal se encuentra en un área del cerebro justo detrás de los ojos y sus funciones están asociadas a sensaciones de placer derivadas del sexo y la alimentación. Los científicos pretenden implantar allí el chip y enviar señales al cerebro para que "despierte" cuando el deseo prefiere irse a dormir.
Kringelbach, miembro del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, descubrió que la corteza orbitofrontal podría ser un "nuevo punto de estimulación" para ayudar a las personas que padecen anhedonia , la incapacidad de experimentar placer, interés o satisfacción en casi todas las actividades. Su colega Tipu Aziz, profesor de Neurocirugía, explicó que existe evidencia de que el chip y sus pequeños shocks funcionarán.
"Hace unos años se implantó un dispositivo similar n el cerebro de una mujer con bajo deseo sexual y se la convirtió en una persona sexualmente muy activa. Pero como no estaba conforme con un cambio tan grande y repentino el sistema tuvo que ser removido".
La diferencia es que las técnicas han cambiado y "en 10 años la cantidad de terapias disponibles va a ser sorprendente. Ni siquiera conocemos la mitad de las posibilidades aún". "Cuando la tecnología mejore, podremos usar estos chips para estimular cada vez más y nuevas áreas. Será más delicado y tendremos un mayor control sobre los shocks de los chips y se podrá prender y apagar cuando se necesite", explicó.
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