Muchos de los sonidos que escuchamos a diario han sido fabricados por ingenieros para persuadirnos de comprar cosas.
Los sonidos de cientos de productos han sido ajustados deliberadamente para satisfacernos, de acuerdo con Trevor Cox, profesor de ingeniería acústica de la Universidad de Salford, en Reino Unido.
"Los fabricantes se dieron cuenta de que cuando uno va a ver un auto en un concesionario lo primero que escucha no es el motor", dice Cox.
"Lo que uno escucha es el sonido de la puerta cuando se abre y cuando se cierra".
"Es una primera impresión sonora verdaderamente importante", asegura.
Pero cuando los fabricantes tuvieron que poner refuerzos en las puertas para satisfacer las exigencias de seguridad, los sonidos al abrir y cerrar comenzaron a cambiar.
"Y pensaron '¿cómo podemos reformularlo para que suene más caro, de más calidad?'", explica Cox.
Los ingenieros introdujeron amortiguadores en las cavidades de las puertas para reducir el tono latoso que habían adquirido y modificaron el mecanismo de la cerradura para que hiciera el tipo de clic exacto.
Obturador
El uso de ingeniería para moldear los sonidos de la vida cotidiana ya ha pasado a otros campos de la industria.
El ruido del obturador de una cámara de fotos digital es un ejemplo que busca imitar el de la vieja tecnología en un dispositivo moderno.
"Me atraen las cámaras digitales con un fuerte sonido de obturador", dice el especialista en tecnología de la BBC, Clark Boyd.
"Lo que está claro es que asociamos ciertos sonidos con la calidad de un producto".
En algunos casos los sonidos están diseñados para más que solo complacer o engañar al consumidor.
Por ejemplo, en el caso de los coches eléctricos, sirven a la seguridad.
El nuevo auto eléctrico de Nissan tiene un altavoz bajo el capó y un sintetizador que genera un ruido que imita al de un motor de combustión.
Y la motocicleta ENV, impulsada por hidrógeno, sería totalmente silenciosa si no fuera porque incorpora un ruido artificial para advertir a los peatones que se aproxima.
Harley Davidson
De hecho, el sonido de las motocicletas es algo que los fabricantes han buscado proteger.
En 1994, Harley Davidson inició un trámite para patentar el característico resonar de sus motos.
La empresa decía que los fabricantes japoneses habían imitado el sonido de algunos de sus renombrados motores.
"Una de las cosas graciosas acerca de estas tecnologías es cómo algunos de los viejos sonidos e imágenes perduran", dice Cox.
"Cuando uno circula por las carreteras británicas, el símbolo de paso a nivel ferroviario es el de una vieja locomotora de vapor, pero hace años que no veo una."
"O si uno busca en su computadora el botón de guardar, lleva el dibujo de un disco flexible; ¿cuánta gente graba hoy sus documentos en un disco flexible?".
De la misma forma, los fabricantes de automóviles, teléfonos y cámaras responden a sus propias ideas, ancladas en el pasado, de cómo deberían sonar las cosas.
bbc.co.uk
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