sábado, 13 de noviembre de 2010

El 10% de los argentinos tiene diabetes y la mayoría no lo sabe


Calculaban que para 2025, unas 300 millones de personas serían diabéticas. Faltan quince años y la cantidad de enfermos ya casi superó la cifra. La “epidemia del siglo XXI”, silenciosa y fatal, adelantó los tiempos. Argentina no se quedó atrás: estiman que en la actualidad el 9,6% de la población sufre de diabetes y lo peor es que muchos no lo saben, según el Ministerio de Salud de la Nación. El panorama no es alentador porque si no se revierten el sedentarismo y la mala alimentación –las dos en ascenso– la prevalencia será mayor en la próxima década, advierten los especialistas.
La diabetes es un enfermedad crónica, que no tiene cura pero sí es tratable y controlable . Existen dos tipos, 1 y 2, siendo la última la más común. Se trata de una alteración del proceso por el cual las células obtienen la energía necesaria para que el organismo pueda funcionar. En 2005, el 8,5% de los argentinos era diabético. El dato surge de la Encuesta Nacional sobre Factores de Riesgo que hizo el Ministerio de Salud de la Nación durante ese año. La última, realizada entre octubre y diciembre del año pasado, en 37.000 hogares, indica que la prevalencia se aceleró a razón de medio punto por año. “Y el número queda chico porque no están contemplados los que desconocen ser diabéticos y los potenciales, aquellos con antecedentes familiares de intolerancia a la glucosa. No hay cifras oficiales, pero en los niños también aumentó la prevalencia a nivel nacional. Es preocupante ”, reconoce María Emilia Linari, una médica especialista y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). El estrés, la mala alimentación, la predisposición genética y no realizar ejercicio, son claros factores de riesgo. Y una tendencia que se arraiga entre los argentinos. “Pero son la obesidad y el sobrepeso, sumados al sedentarismo, lo que nos pone en alerta. Esos dos índices subieron y se convierten en la ‘sombra’ de la diabetes”, amplió Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades no Transmisibles de Salud de la Nación.
Según datos de esa cartera, la mitad de los argentinos tiene sobrepeso y el 18% es obeso . Además, el 55%, no hace actividad física. “Este panorama acelera el riesgo, sobre todo para la gente de menos recursos. Y hay que agregarle la alimentación poco saludable. Sólo el 5% consume los 400 gramos sugeridos por día de frutas y verduras”, señaló Laspiur. ¿Cómo hacerle frente a este escenario? “Hay que hacer prevención. Es frecuente que los pacientes lleguen con la enfermedad avanzada”, aporta Adolfo Zavala, médico especialista en Nutrición y Diabetes, y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El paciente diabético –o que tiene predisposición– está más expuesto a daños cardiovasculares, en riñón y ojos, y neuropatía diábetica. “Por eso es importante el chequeo, que se puede hacer en hospitales públicos . Y si el paciente está en tratamiento, que no lo abandone”, dice Zavala.
La tendencia es mundial, pero aseguran que será América latina una de las regiones más afectadas por esta enfermedad. “Para 2030 habrá 430 millones de diabéticos en el mundo. La mayor parte estará en los países en desarrollo, incluyendo Latinoamérica, señaló el especialista Rafael Cristancho, de la Universidad de Washington en Seattle en un seminario organizado en Miami por Americas Quarters y Laboratorios Pfizer, al que asistió Clarín.
Contra la ceguera
El 26 de noviembre habrá una campaña nacional de prevención de ceguera por diabetes. Los oftalmólogos atenderán gratis a pacientes diabéticos. Para saber dónde, llamar al 4374-5400, de 9 a 17.

 Educar al paciente es clave contra esta enfermedad
A partir de este año y hasta 2013, el 14 de noviembre se conmemorará el Día Mundial de la Diabetes bajo el lema “Educación y Prevención”. Así lo definió la Federación Internacional de Diabetes (FID) para frenar el avance de esta enfermedad. Es que para esa entidad los diabéticos son responsables del 95% de los cuidados que garantizan el control de esta patología y por eso es fundamental que los médicos eduquen al paciente sobre el manejo de los niveles altos de glucosa y las medidas que deben adoptar para evitar complicaciones cardíacas .
“Hay que movilizar a la comunidad educándola sobre la diabetes para que todos los afectados pasen a la acción”, justificó el presidente de la FID, Jean Claude Mbanya.
Consultado por Clarín , Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación, opinó que como toda afección larga y silente, involucrarse con el cuidado es complejo. “No todos los diabéticos adhieren al tratamiento”, agregó el funcionario.
En este sentido, el Hospital Italiano de Buenos Aires editó “Diabetes sin miedo”, un libro con ilustraciones, información y claves para conocer y sobrellevar este cuadro. “La educación diabetológica es un proceso permanente y dinámico, que involucra al paciente y a su entorno familiar.
La educación es crónica, como es crónica la enfermedad.
La educación nos quita el miedo que nos genera la ignorancia. Nos permite poder actuar frente a este problema”, explica León Litwak, endocrinólogo especializado en diabetes, y editor de la publicación.
Uno de los capítulos toca el tema del autocontrol. Allí explican lo que define el lema para este Día de la Diabetes: generar una participación activa y un mayor compromiso de los pacientes.

“Ni me doy cuenta de lo que tengo”

Las primeras señales las dieron sus constantes idas al baño. Pero cuando en una semana perdió tres kilos, sus padres consultaron de inmediato al médico. “Diabetes 1”, les dijo. Así, a los ocho años, Ignacio Heguy se enteró que tenía esa afección.
Desde entonces es insulinodependiente. “A esa edad mucho no te das cuenta –le comenta a Clarín–; son tus padres los que padecen la enfermedad”.
Pero a Ignacio nada le impidió ser uno de los mejores polistas de la Argentina. Hoy, a los 37 años, tiene 9 de handicap y sigue jugando con sus hermanos en Chapaleufú. “Espectacular”, contesta cuando se le pregunta cómo es su vida. Y recomienda que lo más importante es tener un buen diagnóstico. “Es como todo, una vez que le agarrás la mano a la enfermedad, no te das cuenta de que la tenés”, dice.
clarin.com

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