Sebastián A. Ríos
LA NACION
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Por primera vez, un estudio ha demostrado que tomar diariamente una combinación de drogas antirretrovirales reduce el riesgo de contraer la infección por VIH en una relación sexual. Pero ¿significa esto que habrá que relegar al museo al preservativo (justo ahora que hasta el Vaticano comienza a aceptar su uso) y optar por la píldora?
No, respondieron los expertos consultados por La Nacion. "Este estudio representa un avance muy significativo para probar el concepto de que el uso de la terapia antirretroviral puede reducir la adquisición del VIH en hombres que tienen sexo con hombres [que fue la población estudiada], pero deducir, a partir de ahí, una política de salud pública [como indicar el uso de la medicación en forma preventiva] es prematuro", dijo el doctor Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped.
"No es tomar la pastilla, y listo -agregó la doctora Gabriela Bugarín, coordinadora médica de Helios Salud-. El mensaje es seguir cuidándonos con el uso del preservativo, que no se reemplaza con nada. En todo caso, este estudio aporta una posible nueva estrategia para ser utilizada en determinados grupos o situaciones muy puntuales, pero no en forma masiva."
El estudio, cuyos resultados acaba de publicar la revista The New England Journal of Medicine , evaluó en América, Africa y Asia a 2499 varones que tenían sexo con varones. Se les indicó tomar diariamente una píldora que contenía las drogas tenofovir y emtricitabina -que se emplean habitualmente para el tratamiento de la infección por VIH- o un placebo.
Entre quienes tomaron los antirretrovirales, el riesgo de contraer la infección por VIH a través de relaciones sexuales fue un 44% menor que entre los que recibieron el placebo. Pero un análisis más detallado de los resultados reveló que entre aquellos que efectivamente tomaron la píldora todos los días -lo que se pudo determinar a través de estudios en los que se medía la presencia de las drogas en la sangre- la reducción del riesgo de infección fue del 92 por ciento.
Sin embargo, Cahn advirtió que esta última cifra no puede ser extrapolada al mundo real. "Si todo el mundo tomara la medicación a la perfección, no habría muchos problemas, pero esto en la realidad no es así -dijo-. No debemos olvidarnos de que los resultados surgen de un estudio clínico, en el que el seguimiento y la contención de los participantes difieren de lo que ocurre en la atención clínica habitual."
Pero aun cuando las tasas de protección del uso profiláctico de antirretrovirales fuesen tan elevadas, existen distintos factores que conspiran contra su viabilidad como método de prevención de uso masivo. Por empezar, el uso de estos medicamentos no está exento de efectos secundarios, en especial en lo relacionado con la función renal.
"Aunque la insuficiencia renal fue observada en una fracción relativamente pequeña de sujetos y fue reversible con la discontinuación de los medicamentos, estos hallazgos generan preocupaciones sobre la posibilidad de que existan efectos tóxicos acumulativos asociados con una exposición a gran escala y por períodos prolongados de personas en riesgo", escribió el doctor Nelson Michael, del Programa de Investigación en VIH del Ejército norteamericano, en un editorial publicado en The New England Journal of Medicine.
Otro de los problemas que podría acarrear el uso preventivo de los medicamentos antirretrovirales es la generación de virus resistentes. Y también está el costo. En la Argentina, un mes de tonofovir y emtricitabina cuesta alrededor de 3000 pesos.
"Uno podría empezar a pensar en la aplicabilidad de esto en algún grupo reducido, de muy alto riesgo, o en situaciones particulares, pero no en forma masiva", concluyó Bugarín.
lanacion.com
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