Para muchos hombres, hay sólo una cosa peor que ser pelados: haberse implantado pelo y que se note. Para otros, la calvicie es lo que un pecho plano para una mujer. Y así como entre las tres cirugías más elegidas por las mujeres están los implantes mamarios y la famosa mastopexia para levantar las mamas caídas después de la lactancia, en el ambiente masculino los implantes capilares, las lipoaspiraciones y las cirugías para levantar párpados pasaron a ser objeto de deseo tanto de hombres jóvenes como de muchos post 50 años, divorciados y con chances de treintañeras.
La proporción entre hombres y mujeres que entran al quirófano por estética se mantiene estable: 1 hombre por cada 5 mujeres. "Entre ellos, el 60% se hace implantes capilares; el resto se divide en partes iguales entre quienes piden lipoaspiración de flancos (o"flotadores") y quienes buscan una blefaroplastia para sacar la sensación de cansancio de los párpados", enumeró Francisco Famá, miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (ver "Las otras ..."). El cirujano Oscar Marinacci, miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (SACPER), opina: "El hombre ha desmitificado el temor de que lo estigmaticen por estar operado. Hoy tener pelo se asocia con la juventud, incluso más que no tener arrugas". En el mundo, entre 2006 y 2008, los microtrasplantes capilares aumentaron un 26%, según la Sociedad Internacional de recuperación de pelo (ISHRS). En ese lapso, se operaron 235.000 personas (un 85% son varones). Unos 7.000 argentinos lo hacen cada año.
En la calvicie o alopecia androgénica masculina, el pelo empieza a faltar desde arriba de la frente hacia atrás. La padece el 50% de los hombres mayores de 40 años. Se sabe que los antecedentes hereditarios y el estrés no colaboran.
Durante un microtrasplante capilar se saca pelo de la parte posterior o lateral de la cabeza y se separa en unidades foliculares que luego se injertan, mediante micro incisiones, en la dirección de salida natural del pelo. La cirugía requiere anestesia local, dura 4 horas, el paciente vuelve a casa en el día y el pelo empieza a aparecer a los 3 meses. "No sirve para mejorar la densidad del pelo o frenar la caída. Tiene que tener calvicie", aclara Marinacci. También se puede usar para agregar pelo en las cejas o bigotes o para cubrir cicatrices. Cuesta entre 6 y 9 mil pesos, según la superficie a cubrir.
"Antes, un hombre de 60 años se dedicaba a cuidar a los nietos, hoy son los que salen con autos caros y a los que las mujeres jóvenes les dan bolilla", describe Alberto Abulafia, también miembro de SACPER. Y agrega: "Se podrían diferenciar dos grupos: los de menos de 30 años suelen venir a retocarse la joroba o la punta de la nariz". La rinoplastía cuesta unos 8.000 pesos. "El otro grupo son los divorciados de más de 50 años, que prefieren cirugías de párpados y son de mayor poder adquisitivo".
Y si hay hombres que se depilan, claro que también "se aplican bótox en las arrugas perioculares y frontales; se hacen infiltraciones en los surcos nasogenianos y tratamientos con luz pulsada que sirven para un rejuvenecimiento superficial de la piel", explica Famá. Así, sea por "exigencia" externa o interna, muchos hombres avanzan sobre un terreno tradicionalmente "copado" por cierto sector social femenino.
Las otras más elegidas
Lipoaspiración. Aunque no reemplaza la dieta ni el ejercicio, permite eliminar el tejido adiposo de algunas partes del cuerpo que son resistentes a los métodos comunes de adelgazamiento, como abdomen, cadera, cintura, muslos, rodillas, y "salvavidas". A través de una pequeña incisión se introduce una cánula para absorber el tejido adiposo debajo de la piel.
Blefaroplastia. Es una cirugía de párpados, superior o inferior (las "bolsas"), que consiste en retirar la piel y la grasa sobrante. Así se busca corregir el aspecto envejecido y de cansancio, producto del aumento de la flaccidez de la piel. No sirve para eliminar las "patas de gallo" ni para levantar las cejas caídas.
Una exigencia propia, no una presión social
Antes, muchos hombres se preocupaban por la estética: usaban redes para el pelo, gomina, pelucas. Y esto siempre estuvo ligado a la posición social y a la capacidad adquisitiva.
Lo que cambió es que se produjo una supremacía del registro imaginario del cuerpo. Esto llega al extremo de poner en juego lo real, con intervenciones e inoculación de sustancias o de llegar a límites patológicos, donde la imagen que se quiere tener del cuerpo no es compartida por la estética común.
Un ejemplo son las intervenciones que llegan a ser contraproducentes al lazo social (la gente se ríe de cómo quedaron), mientras que nadie se ríe de las arrugas. Con lo que concluimos que es para satisfacer una exigencia interna de imagen y no una presión social.
clarin.com
La proporción entre hombres y mujeres que entran al quirófano por estética se mantiene estable: 1 hombre por cada 5 mujeres. "Entre ellos, el 60% se hace implantes capilares; el resto se divide en partes iguales entre quienes piden lipoaspiración de flancos (o"flotadores") y quienes buscan una blefaroplastia para sacar la sensación de cansancio de los párpados", enumeró Francisco Famá, miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (ver "Las otras ..."). El cirujano Oscar Marinacci, miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (SACPER), opina: "El hombre ha desmitificado el temor de que lo estigmaticen por estar operado. Hoy tener pelo se asocia con la juventud, incluso más que no tener arrugas". En el mundo, entre 2006 y 2008, los microtrasplantes capilares aumentaron un 26%, según la Sociedad Internacional de recuperación de pelo (ISHRS). En ese lapso, se operaron 235.000 personas (un 85% son varones). Unos 7.000 argentinos lo hacen cada año.
En la calvicie o alopecia androgénica masculina, el pelo empieza a faltar desde arriba de la frente hacia atrás. La padece el 50% de los hombres mayores de 40 años. Se sabe que los antecedentes hereditarios y el estrés no colaboran.
Durante un microtrasplante capilar se saca pelo de la parte posterior o lateral de la cabeza y se separa en unidades foliculares que luego se injertan, mediante micro incisiones, en la dirección de salida natural del pelo. La cirugía requiere anestesia local, dura 4 horas, el paciente vuelve a casa en el día y el pelo empieza a aparecer a los 3 meses. "No sirve para mejorar la densidad del pelo o frenar la caída. Tiene que tener calvicie", aclara Marinacci. También se puede usar para agregar pelo en las cejas o bigotes o para cubrir cicatrices. Cuesta entre 6 y 9 mil pesos, según la superficie a cubrir.
"Antes, un hombre de 60 años se dedicaba a cuidar a los nietos, hoy son los que salen con autos caros y a los que las mujeres jóvenes les dan bolilla", describe Alberto Abulafia, también miembro de SACPER. Y agrega: "Se podrían diferenciar dos grupos: los de menos de 30 años suelen venir a retocarse la joroba o la punta de la nariz". La rinoplastía cuesta unos 8.000 pesos. "El otro grupo son los divorciados de más de 50 años, que prefieren cirugías de párpados y son de mayor poder adquisitivo".
Y si hay hombres que se depilan, claro que también "se aplican bótox en las arrugas perioculares y frontales; se hacen infiltraciones en los surcos nasogenianos y tratamientos con luz pulsada que sirven para un rejuvenecimiento superficial de la piel", explica Famá. Así, sea por "exigencia" externa o interna, muchos hombres avanzan sobre un terreno tradicionalmente "copado" por cierto sector social femenino.
Las otras más elegidas
Lipoaspiración. Aunque no reemplaza la dieta ni el ejercicio, permite eliminar el tejido adiposo de algunas partes del cuerpo que son resistentes a los métodos comunes de adelgazamiento, como abdomen, cadera, cintura, muslos, rodillas, y "salvavidas". A través de una pequeña incisión se introduce una cánula para absorber el tejido adiposo debajo de la piel.
Blefaroplastia. Es una cirugía de párpados, superior o inferior (las "bolsas"), que consiste en retirar la piel y la grasa sobrante. Así se busca corregir el aspecto envejecido y de cansancio, producto del aumento de la flaccidez de la piel. No sirve para eliminar las "patas de gallo" ni para levantar las cejas caídas.
Una exigencia propia, no una presión social
Antes, muchos hombres se preocupaban por la estética: usaban redes para el pelo, gomina, pelucas. Y esto siempre estuvo ligado a la posición social y a la capacidad adquisitiva.
Lo que cambió es que se produjo una supremacía del registro imaginario del cuerpo. Esto llega al extremo de poner en juego lo real, con intervenciones e inoculación de sustancias o de llegar a límites patológicos, donde la imagen que se quiere tener del cuerpo no es compartida por la estética común.
Un ejemplo son las intervenciones que llegan a ser contraproducentes al lazo social (la gente se ríe de cómo quedaron), mientras que nadie se ríe de las arrugas. Con lo que concluimos que es para satisfacer una exigencia interna de imagen y no una presión social.
clarin.com
1 comentario:
Algo un poco al margen y también sobre la comparación hombre-mujer.
No debería ser un complejo para una mujer tener el pecho plano, a muchos hombres nos gustan más otras partes del cuerpo como la cara, las piernas, la cola, las manos, etc, y si se acentúa con inteligencia lo que se tiene no pasa nada, de hecho aún con "poco pecho" hay varios factores: la parte de arriba, las clavículas, como caen los pechos, tamaño de los pezones, etc... no es pecho pequeño = feo, hay hombres que hasta les gustan estéticamente "planas".
La calvicie para muchos sí es un calvario porque no es que uno nace calvo, entonces es muyyy difícil acostumbrarse, si uno hace un tratamiento para la caída del pelo o si se hace un implante si bien es estético es más para conservar que para agregar, no es para "ser más lindo".
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