Justo ella, que es la mujer más inteligente del mundo según el Libro Guinness de los Récords del Mundo, viene a descalificar a los tests para medir el coeficiente intelectual (CI). “No hay que tomárselos tan serio”, afirma, y recomienda a quienes se atreven a someterse a alguna de esas pruebas que desconfíen de los puntajes. “Generalmente su resultado es más bajo que el coeficiente real”, dice al ser entrevistada por Clarín vía correo electrónico.
La mujer es Marilyn vos Savant. Tiene 63 años y está casada con uno de los desarrolladores de los corazones artificiales, Robert Jarvik, de los Estados Unidos, y goza de una buena fortuna. En setiembre de 1956 pasó por el primer test estandarizado para evaluar su coeficiente intelectual, y midió 228. Tenía apenas 10 años, pero su edad mental al ser evaluada era de 22 años. A partir de 1986 fue incluida en el libro de los récords en la categoría Coeficiente intelectual más alto. Hizo los tests “Stanford-Binet” y el Mega Test, creado para adultos por Ronald K. Hoeflin.
Ahora, en una época en que algunos investigadores en psicología evolutiva pretenden reivindicar el valor del cociente intelectual, vos Savant lo minimiza. Pese a que su CI le dio fama mundial, la mujer no lo defiende con uñas y dientes. “Nadie debería tomar a estos tests tan seriamente”, advierte. Y sentencia: “Es muy fácil medir más bajo de lo que uno es capaz. Esto le sucede a mucha gente que se somete a esos tests”.
¿Se siente distinta a los demás?
Siempre me he sentido diferente a los demás, pero creo que eso es normal. Me parece que todos creemos que somos únicos.
La mujer admite que no tuvo una infancia feliz. Solía estar en la tienda de sus padres, que eran inmigrantes que habían nacido en Italia y Alemania y que estaban demasiado concentrados en sobrevivir. Ella escribía y leía, y cada tanto publicaba artículos en un diario local en la ciudad de St. Louis, en el estado de Missouri. Siempre los firmaba con seudónimo porque los consideraba “imperfectos”. “Ningún factor ambiental contribuyó a mi inteligencia”, agrega al recordar los años de su niñez.
¿Cómo le iba en la escuela con sus maestros?
Mis maestros pensaban que mi presencia era útil en su clase porque yo disfrutaba al explicarles los conceptos a otros estudiantes. Era más fácil para mí que para los maestros porque yo tenía la misma edad de los alumnos.
¿Le sirvió de algo tener el coeficiente intelectual tan alto?
Sí. Fue enormemente útil, especialmente con mi marido. El ama mis capacidades. Creo que los varones aman que sus mujeres sean inteligentes en tanto ellas no compitan con sus parejas.
Por supuesto que la mujer más inteligente admite haber cometido errores. “Mi error más grande fue estar de novia demasiado joven y tener una relación exclusiva con alguien. Ahora creo que los adolescentes que están saliendo con alguien deberían tomarlo muy livianamente. Ninguna persona a esa edad será la adecuada para ellos después. Yo perdí años con gente equivocada”, comenta. A los 16 ya estaba casada con un estudiante universitario y pocos años después se divorció. A los 35 terminó su segundo matrimonio. Ahora va por el tercero con ese hombre que la admira por su inteligencia. Aunque hay también gente que la envidia: “Si la persona es importante para uno, yo sugiero hacerse amigo.¡Pronto estará menos envidiosa!”, recomienda.
Si es tan inteligente, ¿por qué no fue científica? Aunque deseo y necesito estar informada y educada por otros, me gusta trabajar aislada. Eso no es posible para los científicos, que trabajan grupalmente. Mi aporte, tal vez, no sería productivo.
Una cuestión de puntajes
El coeficiente intelectual (CI) es una puntuación que resulta de tests estandarizados para medir la “inteligencia”. La puntuación “normal” es 100. Si alguien logra más de 100 es más inteligente de lo normal, o menos que lo normal si está por debajo. La primera vez que se usó fue en 1912, cuando el alemán William Stern evaluó escolares. En los 70´ fue cuestionado por no tener en cuenta otras inteligencias, como la social o la musical. Hoy el CI está otra vez aceptado.
clarin.com
La mujer es Marilyn vos Savant. Tiene 63 años y está casada con uno de los desarrolladores de los corazones artificiales, Robert Jarvik, de los Estados Unidos, y goza de una buena fortuna. En setiembre de 1956 pasó por el primer test estandarizado para evaluar su coeficiente intelectual, y midió 228. Tenía apenas 10 años, pero su edad mental al ser evaluada era de 22 años. A partir de 1986 fue incluida en el libro de los récords en la categoría Coeficiente intelectual más alto. Hizo los tests “Stanford-Binet” y el Mega Test, creado para adultos por Ronald K. Hoeflin.
Ahora, en una época en que algunos investigadores en psicología evolutiva pretenden reivindicar el valor del cociente intelectual, vos Savant lo minimiza. Pese a que su CI le dio fama mundial, la mujer no lo defiende con uñas y dientes. “Nadie debería tomar a estos tests tan seriamente”, advierte. Y sentencia: “Es muy fácil medir más bajo de lo que uno es capaz. Esto le sucede a mucha gente que se somete a esos tests”.
¿Se siente distinta a los demás?
Siempre me he sentido diferente a los demás, pero creo que eso es normal. Me parece que todos creemos que somos únicos.
La mujer admite que no tuvo una infancia feliz. Solía estar en la tienda de sus padres, que eran inmigrantes que habían nacido en Italia y Alemania y que estaban demasiado concentrados en sobrevivir. Ella escribía y leía, y cada tanto publicaba artículos en un diario local en la ciudad de St. Louis, en el estado de Missouri. Siempre los firmaba con seudónimo porque los consideraba “imperfectos”. “Ningún factor ambiental contribuyó a mi inteligencia”, agrega al recordar los años de su niñez.
¿Cómo le iba en la escuela con sus maestros?
Mis maestros pensaban que mi presencia era útil en su clase porque yo disfrutaba al explicarles los conceptos a otros estudiantes. Era más fácil para mí que para los maestros porque yo tenía la misma edad de los alumnos.
¿Le sirvió de algo tener el coeficiente intelectual tan alto?
Sí. Fue enormemente útil, especialmente con mi marido. El ama mis capacidades. Creo que los varones aman que sus mujeres sean inteligentes en tanto ellas no compitan con sus parejas.
Por supuesto que la mujer más inteligente admite haber cometido errores. “Mi error más grande fue estar de novia demasiado joven y tener una relación exclusiva con alguien. Ahora creo que los adolescentes que están saliendo con alguien deberían tomarlo muy livianamente. Ninguna persona a esa edad será la adecuada para ellos después. Yo perdí años con gente equivocada”, comenta. A los 16 ya estaba casada con un estudiante universitario y pocos años después se divorció. A los 35 terminó su segundo matrimonio. Ahora va por el tercero con ese hombre que la admira por su inteligencia. Aunque hay también gente que la envidia: “Si la persona es importante para uno, yo sugiero hacerse amigo.¡Pronto estará menos envidiosa!”, recomienda.
Si es tan inteligente, ¿por qué no fue científica? Aunque deseo y necesito estar informada y educada por otros, me gusta trabajar aislada. Eso no es posible para los científicos, que trabajan grupalmente. Mi aporte, tal vez, no sería productivo.
Una cuestión de puntajes
El coeficiente intelectual (CI) es una puntuación que resulta de tests estandarizados para medir la “inteligencia”. La puntuación “normal” es 100. Si alguien logra más de 100 es más inteligente de lo normal, o menos que lo normal si está por debajo. La primera vez que se usó fue en 1912, cuando el alemán William Stern evaluó escolares. En los 70´ fue cuestionado por no tener en cuenta otras inteligencias, como la social o la musical. Hoy el CI está otra vez aceptado.
clarin.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario