ISABEL F. LANTIGUA
Muchos trabajos han demostrado los beneficios que el deporte tiene en la salud de los adultos que lo practican. Sin embargo, los investigadores no habían prestado, hasta ahora, la misma atención a los efectos de la actividad física en niños y adolescentes.
Un reciente estudio orientado a esta población ha comprobado que el ejercicio estimula su sistema inmunológico y aumenta el número de glóbulos blancos, entre otros efectos positivos.
Durante la infancia y la adolescencia, la respuesta que den los glóbulos blancos a la actividad física influye en el desarrollo del sistema inmunológico y en el proceso de crecimiento.
El objetivo concreto de este estudio, realizado por un equipo de la Universidad de California (EEUU), era determinar el efecto de un ejercicio intenso sobre los leucocitos (células blancas) y sobre la adhesión molecular.
Para llevar a cabo este trabajo, publicado en 'British Journal of Sports Medicine', los autores contaron con la participación de 11 chicos de entre 14 y 18 años, que accedieron a practicar durante hora y media una sesión de lucha libre, considerada como una actividad bastante intensa. A todos ellos se les extrajo una muestra de sangre antes y después de la sesión.
Los resultados mostraron que la lucha libre, además de incrementar los glóbulos blancos en circulación, aumentó también el número de células asesinas naturales. Éstas consisten en un grupo diferenciado de glóbulos blancos que circulan en la sangre y defienden al organismo del desarrollo de células cancerígenas y de infecciones causadas por microorganismos como virus, bacterias y parásitos.
Por tanto, su aumento mejora las defensas de las personas. Este deporte también influyó positivamente en la adhesión molecular.
Sin embargo, a pesar de haber descubierto la estimulación que el ejercicio produce en el sistema inmunológico, los autores no han podido determinar con exactitud los efectos concretos de esta estimulación. Lo que sí señalan es que la estimulación del sistema inmune en estas edades puede jugar un papel importante en su desarrollo posterior.
El trabajo, que recoge, según se indica en el mismo, los primeros datos que demuestran los efectos beneficiosos del deporte en el sistema inmunológico de los adolescentes, concluye que, tanto en estas edades como en la etapa adulta, los leucocitos y la adhesión molecular se ven favorecidos por la práctica de actividades físicas.
elmundo.es
Muchos trabajos han demostrado los beneficios que el deporte tiene en la salud de los adultos que lo practican. Sin embargo, los investigadores no habían prestado, hasta ahora, la misma atención a los efectos de la actividad física en niños y adolescentes.
Un reciente estudio orientado a esta población ha comprobado que el ejercicio estimula su sistema inmunológico y aumenta el número de glóbulos blancos, entre otros efectos positivos.
Durante la infancia y la adolescencia, la respuesta que den los glóbulos blancos a la actividad física influye en el desarrollo del sistema inmunológico y en el proceso de crecimiento.
El objetivo concreto de este estudio, realizado por un equipo de la Universidad de California (EEUU), era determinar el efecto de un ejercicio intenso sobre los leucocitos (células blancas) y sobre la adhesión molecular.
Para llevar a cabo este trabajo, publicado en 'British Journal of Sports Medicine', los autores contaron con la participación de 11 chicos de entre 14 y 18 años, que accedieron a practicar durante hora y media una sesión de lucha libre, considerada como una actividad bastante intensa. A todos ellos se les extrajo una muestra de sangre antes y después de la sesión.
Los resultados mostraron que la lucha libre, además de incrementar los glóbulos blancos en circulación, aumentó también el número de células asesinas naturales. Éstas consisten en un grupo diferenciado de glóbulos blancos que circulan en la sangre y defienden al organismo del desarrollo de células cancerígenas y de infecciones causadas por microorganismos como virus, bacterias y parásitos.
Por tanto, su aumento mejora las defensas de las personas. Este deporte también influyó positivamente en la adhesión molecular.
Sin embargo, a pesar de haber descubierto la estimulación que el ejercicio produce en el sistema inmunológico, los autores no han podido determinar con exactitud los efectos concretos de esta estimulación. Lo que sí señalan es que la estimulación del sistema inmune en estas edades puede jugar un papel importante en su desarrollo posterior.
El trabajo, que recoge, según se indica en el mismo, los primeros datos que demuestran los efectos beneficiosos del deporte en el sistema inmunológico de los adolescentes, concluye que, tanto en estas edades como en la etapa adulta, los leucocitos y la adhesión molecular se ven favorecidos por la práctica de actividades físicas.
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