lunes, 5 de abril de 2010

Se descubrió que los residuos que dejan los cigarrillos después de apagados siguen contaminando

La mayoría de las personas no saben que aún si no fuman, tienen un 53% más de posibilidades de morir, gracias al humo de quienes sí fuman. Y los fumadores siempre piensan que el cigarrillo mata al vecino, pero no a ellos”. Saúl Shiffman, experto en tabacología y consultor para estrategias de salud pública sobre consumo de cigarrillos de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos), estuvo en Buenos Aires, dio algunas charlas en la Universidad Austral y dialogó con NOTICIAS acerca de cómo es factible ayudar a la población a disminuir su consumo de tabaco.
Actualmente, el tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en la Argentina: provoca el fallecimiento de 40.000 personas al año. De acuerdo con Reynaldo Smith, integrante del Programa Respire del Hospital Británico de Buenos Aires, “existen aproximadamente 8 millones de fumadores, la mitad de los cuales va a morir por causa del consumo de cigarrillos”. Y aunque la tasa de fumadores adultos bajó en los últimos años a un 33,4% (de un 36% anterior), lo que preocupa a los especialistas es que la incidencia del tabaco aumenta entre los chicos de 13 a 15 años. Hoy, 32 de cada 100, fuma activamente. Y al menos el 76% es fumador pasivo.
Normalmente, cuando se habla de fumador pasivo se piensa en quienes comparten un ambiente por determinado tiempo con alguien que está fumando. Pero las últimas investigaciones indican que también existe lo que se denomina “third-hand smoke”, o fumador de tercera instancia, que es la contaminación residual que deja el tabaco cuando el cigarrillo ya está apagado. Ahora sabemos que los no fumadores están en riesgo de contaminarse al entrar en contacto con superficies impregnadas con los gases y las partículas que dejó el cigarrillo. “Los chicos, sobre todo los bebés, son los más susceptibles a la exposición del tabaco residual porque respiran cerca de los lugares, juegan en ellos, tocan y ponen sus manos y bocas sobre las superficies contaminadas”, explicó Jonathan Winickoff, de la Universidad de Harvard, en un artículo publicado este mes. El otro problema es que el tabaco residual, al entrar en contacto con el ácido nitroso que hay en el ambiente, forma una sustancia carcinogénica (que promueve la aparición de tumores). Los especialistas recién empiezan a estudiar las transformaciones químicas que origina el tabaco residual, algo que antes no era tenido en cuenta.

Noticias: ¿ Cuánto ayudan las políticas públicas para dejar de fumar?
Saul Shiffman: Cuando se aplican y se cumplen funcionan muy bien. En Suecia y Finlandia hay actualmente tasas bajísimas de fumadores, y en los Estados Unidos se logró desminuirla de un 50% a un 20%. En la Argentina las cosas están yendo bien, pero hay mucho por hacer, y para eso es importante estar dentro del convenio marco de la OMS.

Noticias: ¿Cuáles son, a su juicio, las políticas que mejor funcionan?
Shiffman: Todas deben ir juntas y articuladas. Por un lado, es preciso aumentar el costo de los cigarrillos. Cuando se hace eso, alrededor del 20% de las personas dejan de fumar. Por otro, son fundamentales las advertencias que se colocan en el packaging, que tienen que ser vívidas, grandes, con fotos impactantes. La tercera pata de esto es preservar y promover los lugares libres de humo, que además protegen al no fumador y a quienes empiezan a dejar de fumar (la tasa de fumadores desde que hay lugares restringidos bajó en 3 puntos).

Noticias: ¿Es más efectivo subir el precio de los cigarrillos que aumentarles los impuestos?
Shiffman: En general la efectividad es similar. La ventaja de aumentar el impuesto es para el Gobierno, que se queda con ese dinero. Por ejemplo, en California, Estados Unidos, lo recaudado a través del aumento impositivo es derivado hacia campañas antitabaco. Lo que sucede es que las dos cosas van de la mano: cuando el Gobierno aumenta los impuestos, las tabacaleras aprovechan e incrementan también los precios, con el argumento de que deben hacerlo debido a los impuestos.

Noticias: De tan chocantes, las advertencias visuales en los envases de cigarrillos, ¿no pierden efectividad? Ver fotos de cánceres de boca o de pulmón puede resultar agresivo…
Shiffman: Las investigaciones demuestran que funcionan, que las personas toman conciencia del peligro y comienzan a plantearse dejar de fumar. Hay dos signos que demuestran que esto sí sirve. Uno de ellos es que aumentan los llamados a los 0800 para dejar de fumar; y el segundo es que la gente compra portaatados para no tener que ver el packaging. Encuestas hechas entre fumadores muestran que entre el 18% y el 38% admite querer dejar de fumar cuando las ve. Lo que hay que hacer es rotar, cambiar las imágenes, para que el efecto no se pierda.

Noticias: Usted hablaba del aumento en el riesgo de enfermarse y morir que tienen los no fumadores… ¿cómo protegerlos?
Shiffman: Antes se sabía que respirar el aire lleno de humo de tabaco era malo, pero no se sabía cuánto. A medida que las ciudades fueron implementando políticas de no fumar en lugares cerrados se redujo enormemente la cantidad de infartos en no fumadores. Aún un poco de exposición, por más que sea intermitente, es peligrosa. Y en este sentido también hay que pensar en los más chicos, que tienen más problemas de asma y respiratorios, además del hecho de que hay más probabilidades de que sean fumadores de grandes. Aunque los padres fumen fuera de la casa o del departamento, en un balcón o en un patio, hay estudios que demuestran que los residuos del cigarrillo y de sus gases que quedan luego de fumar en los ambientes también son perjudiciales para la salud.

Noticias: ¿El cigarrillo produce alteraciones genéticas?
Shiffman: El fumador en sí mismo tiene un componente genético, casi en un pie de igualdad con el alcohol. Es decir que de base hay genes involucrados para comenzar a fumar, e inclusive uno que ayuda a dejar de hacerlo. Aunque no hay mucho que podamos hacer por ahora para compensarlos.

La lucha. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hacia el año 2050 habrán muerto 520 millones por enfermedades vinculadas con el cigarrillo. Por eso, la prevención es importante. Es indispensable que los niños y adolescentes dejen de fumar: si lográramos que ellos no fumen, esos fallecimientos bajarían a 500 millones. Y si la mitad de las personas dejaran de fumar, la haríamos descender hasta los 180 millones.

Noticias: ¿Qué puede hacer una persona que deja de fumar una y otra vez y siempre vuelve?
Shiffman: Quien viola sus “votos de abstinencia” fumando algunos cigarrillos de tanto en tanto debería analizar qué situaciones lo llevan nuevamente a consumir cigarrillos, y tratar de evitarlas. Y en el caso de las personas que vuelven a consumir la misma cantidad de cigarrillos que antes, también deberían ponerse a pensar cuál fue el disparador y decirse a sí mismo “lo intento de nuevo”. Uno sabe que el fumador va a intentarlo muchas veces, reincidir no implica que no se puede, sino que hay que seguir. No importa lo que pasó antes, es posible dejar de fumar”.
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