sábado, 18 de abril de 2009

La vida en la calle, una enfermedad social


En un rincón de plaza Flores, Angel se movía inquieto sobre las piernas de la enfermera mientras esperaba que Sandra, su madre, de 19 años, terminara de ser atendida por el clínico de Médicos del Mundo Argentina. "Vine acá porque me dolía mucho la panza", explicó Sandra tímidamente, a quien el doctor Rodolfo López le había recomendado hacerse una ecografía para descartar la posibilidad de que tuviera quistes en el estómago. "Me dijo que puedo tener piedritas en la panza, pero yo no las siento", comentó en una voz apenas audible, antes de prometerles a los presentes que igualmente cumpliría con lo que el clínico le había aconsejado.
A pesar de los 30 grados que calentaban el asfalto, las voluntarias de Médicos del Mundo charlaban con Sandra en la vereda. Casi como un favor, le pidieron que volviera cuando tuviera los resultados de la ecografía. El de la joven es uno de los tantos casos que recibe esta asociación, que forma parte de una red internacional de solidaridad en el campo de la salud y trabaja, en nuestro país, atendiendo únicamente a personas que viven en la calle.
Además de brindar atención primaria, la fundación se interesa por mejorar la calidad de vida de las más de 10.000 personas que esta organización estima viven en situación de calle en la ciudad de Buenos Aires. "El objetivo fundamental del proyecto es aumentar el acceso de la gente a la salud pública, pero, tras esa primera demanda, se empieza a abrir un abanico de problemas que también intentamos resolver", afirmó la coordinadora del proyecto, Griselda Pasares.
Según la especialista, no basta con atender al paciente y hacerle llenar una planilla; sino que, para lograr un verdadero cambio, es necesario interesarse por la persona y su historia de vida. "La mayoría de la gente se acerca a nosotros buscando contención; necesita más nuestro apoyo que los remedios que le podemos ofrecer", comentó Ana Clara Cafaro, médica de la ONG.
Muchas de las personas que viven en la calle prefieren recurrir a ellos antes que acercarse a un hospital, porque les brindan un acceso más rápido a la salud, la posibilidad de conseguir medicación en el momento, y el hecho de que, en un hospital, los pacientes muchas veces se sienten discriminados por su mala higiene.
También Tino, un paciente de la fundación, opinó indignado: "Vengo acá porque en el hospital hay mucho despotismo. Los médicos nos prejuzgan por nuestro aspecto. Piensan que uno es ignorante y que tiene poca preparación", dijo con tonada extranjera y apenas levantando la mirada del piso.
Angélica Condori, de 22 años, también se quejó del poco trato que recibió de los médicos cuando fue a un hospital para que atendieran a su hijo: "Mi bebe está malo. Tiene llagas en la lengua. Los doctores me dicen que es normal y nada más, pero el pobrecito llora todo el tiempo".
Ella y sus dos hijos viven en plaza Flores hace un mes; antes vivían en una fuente cerca de la zona. Los médicos de la asociación sostienen que a Angélica le faltó un poco más de atención y una explicación clara sobre qué son las llagas y cómo pueden atenuarse.

Outside
La exclusión es un tema que preocupa a los voluntarios de Médicos del Mundo. Por eso, con el lema Luchemos contra todas las enfermedades, inclusive la injusticia, la ONG pretende modificar la concepción que se tiene de aquellas personas que no tienen un hogar. "Otro desafío que tenemos es problematizar lo que significa vivir en la calle para insertar el tema en la agenda pública", sostuvo Gonzalo Baisle, presidente de la fundación. "Y la asistencia médica que brindamos sirve para alcanzar este objetivo porque refleja que hay mucha gente excluida del sistema de salud", agregó. Con la camisa rota, herpes en la piel y todavía con olor a alcohol, Héctor se acercó al móvil para saludar a los voluntarios. El conoce la asociación desde hace varios años y, la última vez que se atendió, acudió allí por una infección en la piel. Las infecciones, producto de la mala higiene, son uno de los problemas más comunes que atienden estos médicos. Otros trastornos frecuentes son los respiratorios (principalmente en invierno) y los traumatológicos simples.
Claro que, entre estos conflictos, no aparece mencionado el problema que afecta a una gran mayoría de las personas que están en situación de calle y que preocupa a todos los voluntarios de la asociación civil: el alcoholismo. "No lo cuento entre las enfermedades comunes porque nosotros no podemos trabajar en las adicciones. Frente al alcohol, lo máximo que podemos hacer es brindar apoyo", comentó Cafaro con tono resignado.
Según la médica, éste es uno de los aspectos más frustrantes de trabajar con personas que viven en la calle: "Te das cuenta de que no podés resolver sus problemas; un día los ves alcoholizados, y otro día los ves bien. Eso te da lástima y frustración al mismo tiempo".
El que Cafaro menciona podría ser el caso de Horacio Pérez. Hace poco tiempo, un grupo de jóvenes le quebró el brazo para robarle el dinero que tenía ahorrado, sólo 150 pesos. Hoy, todavía con el brazo dolorido, está tramitando su nuevo documento porque el anterior lo perdió mientras estaba borracho.
No obstante, a pesar de los conflictos que está atravesando, Horacio sonríe. "Pasé para saludar a mis amigos de Médicos del Mundo", grita, mientras se acerca al móvil de la fundación. "Cuando fui a sacar el documento una chica me felicitó por ser parte de ustedes y yo inflé el pecho", agrega alegre.
Visto de afuera, resulta sencillo darse cuenta de que la contención que brinda esta organización es de mucha más utilidad que la que ellos mismos se imaginan. Horacio tiene a alguien que se preocupa por él; tiene a todos los miembros de Médicos del Mundo.
Por Belén Aliberti

De la Fundación LA NACION
Un móvil en la plaza
Para atender a las personas que están en situación de calle, todos los martes, jueves y un sábado por medio, los voluntarios se instalan con el móvil de la fundación en una plaza de la ciudad de Buenos Aires. La elección del lugar es el resultado de un estudio de campo que realiza Griselda Pasares: "Yo trabajaba en un programa de emergencia del gobierno porteño y eso me permitió conocer las plazas en las que hay más personas en situación de calle. Gracias a eso y a escuchar las demandas de la gente, pudimos elegir los mejores sitios para instalarnos".
Entre los lugares seleccionados, se encuentran: parque Lezama, plaza Flores, plaza Cantilo, plaza Congreso y plaza 1° de Mayo. En esta última, se hallaba el tucumano Horacio Pérez un caluroso martes de marzo, a las 11 de la mañana.
Contactos
Médicos del mundo:
http://www.mdm.org.ar/

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