La aparición en Brasil y en Panamá de casos de dengue causados por una variante del virus -el serotipo 4- que hasta ahora no había circulado en la región llevó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a emitir una alerta epidemiológica para las Américas, en la que instó a los gobiernos a intensificar las acciones para reducir el riesgo de contagio y de muerte asociados con esta enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti .
"En este año se registraron brotes de dengue con un número total de casos y muertes que sobrepasan los datos históricos registrados en Paraguay, Panamá y en los países y territorios del Caribe inglés y francés. También se observó la introducción del virus del dengue 4 en Panamá y en algunos estados de Brasil donde no había circulado anteriormente", advierte el alerta de la OPS.
En los países del Cono Sur, el número de casos reportados en 2011 es menor que el de 2010, pero el número de muertes y la tasa de letalidad del dengue se han incrementado significativamente: 382 muertes en 2010 contra 530 en 2011, lo que se traduce en tasas de letalidad del 3,93 y 5,21, respectivamente.
"Lo que está aumentando es la letalidad, y eso tiene que ver con la expansión de un serotipo que no había estado en la región y que «se monta» en otros que habían estado circulando previamente. Esto aumenta el riesgo de dengue hemorrágico", dijo el doctor Ricardo Gürtler, investigador del Laboratorio de Eco-Epidemiología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del Conicet.
El riesgo de desarrollar dengue hemorrágico, la forma más severa y mortal de la enfermedad, se plantea cuando la persona ya ha contraído en una primera ocasión la enfermedad y posteriormente vuelve a infectarse, pero con otra variante del virus. Pero la presencia de un serotipo nuevo en la región plantea nuevos desafíos.
"La circulación de un nuevo serotipo en comunidades donde ya han circulado con gran intensidad otros serotipos aumenta el riesgo de la forma más grave del dengue", dijo el doctor Sergio Sosa Estani, coordinador saliente de la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores del Ministerio de Salud de la Nación, y agregó: "La advertencia [de la OPS] es por la circulación de este serotipo, que está teniendo algún grado de expresión concreta en cuanto al incremento de formas graves y al incremento de la letalidad".
Gürtler, que recientemente estuvo en Brasil, comentó: "Todavía no comenzó la temporada de transmisión (el pico es en marzo y abril) y el alcalde de Río de Janeiro dijo que el brote que se avecinaba podría ser el peor de la historia. Brasil siempre fue el origen de los brotes locales, así que esto puede multiplicarse muy rápidamente. Establecer una barrera infranqueable es imposible, pero corresponde tomar todas las acciones para minimizar el número de casos leves y de dengue hemorrágico".
Caldo de cultivo
En la Argentina, "de la epidemia de 2009 se pasó a una relativa tranquilidad. No hubo casos o fueron muy pocos en las provincias de alto riesgo", señaló el doctor Mario Zaidenberg, a cargo de la citada Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores. Las medidas de prevención del dengue puestas en marcha tras la epidemia de 2009 -la mayor de la Argentina, con 25.989 casos y 5 muertes- permitieron que el número de casos de 2010 fuera un 96% menor.
Desde julio de 2011 hasta la fecha no se ha verificado en el país la circulación de ningún serotipo del virus del dengue, pero sí del mosquito que lo transmite. El único caso de dengue confirmado fue el de una persona que contrajo la infección en Paraguay.
"El vector está presente [en la Argentina], y las migraciones, los viajes internacionales, la gran concentración de personas en ciudades donde hay infraestructura deficitaria y el también deficitario tratamiento de la basura se conjugan para favorecer su dispersión", dijo Zaidenberg.
"No hemos tenido dengue en gran proporción porque no hubo presión epidémica, pero sabemos que son procesos cíclicos -agregó-. Cada 3 a 5 años se producen epidemias que están vinculadas con el número de pacientes susceptibles. Y esto es un caldo de cultivo para las próximas. Se van acumulando las personas susceptibles y un elemento puede decidir la aparición de un brote."
¿Qué se está haciendo en prevención con miras al verano? "La Nación y las provincias están reforzando las capacidades locales -respondió Zaidenberg-. Tanto el recurso humano, con capacitaciones a nivel comunitario, como también preparando material de difusión para promover el famoso descacharrado. El desafío es evitar recipientes que puedan albergar agua durante más de 3 o 4 días. La larva tarda 7 días en transformarse en mosquito."
"Sin el mosquito, no hay dengue", recordó Luis Crovetto, director de Medicina Preventiva de la provincia de Buenos Aires, que destacó que allí la campaña busca generar conciencia sobre la importancia de que en cada hogar se tomen acciones para cerrarle el paso al mosquito.
lanacion.com
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