Algunas personas tienen miedo a las turbulencias, a los pozos de aire, al despegue y al aterrizaje. Otros manifiestan temor a un accidente aéreo y por ende a la muerte. También están los que padecen claustrofobia por el hecho de estar encerrados mucho tiempo sin tener control de la situación. Estos son parte de los síntomas que presentan aquellos a los que les cuesta y mucho subirse a un avión.
El 66% de las personas evita, tiene miedo o se siente incómoda al volar, según un estudio realizado entre 1.000 personas con estrés aeronáutico que llevó a cabo “Poder Volar”, una institución con presencia en la Argentina y España que brinda recursos prácticos y herramientas didácticas a personas con estos padecimientos.
“Las personas que más consultan sobre estos temas son hombres y mujeres de entre 35 y 45 años, en su mayoría universitarios, pertenecientes al segmento ABC1 y que por atravesar crisis vitales, tener hijos, estar pasando por una etapa de alto estrés laboral se les facilita el armado del miedo a volar. Muchos provienen de familias aprensivas que magnifican los peligros y han comenzado a desarrollar ansiedad frente a situaciones nuevas o de cambio”, explica Claudio Plá Alem, director de Poder Volar.
Del trabajo realizado también se desprende que el 17% reconoce que se automedica y el 10% toma medicamentos recetados por un psiquiatra. Otro dato curioso surge de la comparación con otros medios de transporte. El 50% dijo que no hay ningún otro medio de transporte que le produzca tanto miedo como el avión, mientras que el 27% le teme a los ascensores y el 25% a los viajes en barco.
Por lo general, estos temores se agudizan mucho más ante las tragedias aéreas que son noticia, aunque el avión sea comúnmente calificado como el medio de transporte más seguro. Los especialistas desaconsejan el consumo de programas de TV o documentales que remitan a accidentes, con imágenes fuertes que son difíciles de procesar por el sistema nervioso.
Uno de los pilares del tratamiento debe hacer hincapié en corregir ciertos mitos o informaciones sesgadas que influyen y acrecientan esos temores en la gente. Los entrenamientos en relajación y la psicoterapia cognitiva y comportamental también son aconsejables, al igual que la medicación dependiendo en cada caso del paciente.
“En el tratamiento se trata de dar racionalidad y quitar datos inexactos. Trabajamos con información controlada para destruir mitos. La intención es que asistidos por técnicos (pilotos, azafatas, ingenieros aeronáuticos) podamos informar correctamente y quitar dudas. También trabajamos sobre las reacciones de los pacientes para modificarlas. Vemos que el abuso de información se convierte en un problemas mayor”, explica Gustavo Bustamante, director de la Fundación Fobia Club, institución cuyos objetivos son la docencia, investigación y orientación a personas que padecen trastornos de ansiedad y a sus familiares.
Los especialistas aconsejan que en los días previos a un vuelo el paciente intente caminar 30 minutos diarios, aumente las horas de sueño y deje libres las 24 horas previas con el equipaje listo (ver “Consejos”). Y si es posible, tomar un masaje con un baño de inmersión.
El 66% de las personas evita, tiene miedo o se siente incómoda al volar, según un estudio realizado entre 1.000 personas con estrés aeronáutico que llevó a cabo “Poder Volar”, una institución con presencia en la Argentina y España que brinda recursos prácticos y herramientas didácticas a personas con estos padecimientos.
“Las personas que más consultan sobre estos temas son hombres y mujeres de entre 35 y 45 años, en su mayoría universitarios, pertenecientes al segmento ABC1 y que por atravesar crisis vitales, tener hijos, estar pasando por una etapa de alto estrés laboral se les facilita el armado del miedo a volar. Muchos provienen de familias aprensivas que magnifican los peligros y han comenzado a desarrollar ansiedad frente a situaciones nuevas o de cambio”, explica Claudio Plá Alem, director de Poder Volar.
Del trabajo realizado también se desprende que el 17% reconoce que se automedica y el 10% toma medicamentos recetados por un psiquiatra. Otro dato curioso surge de la comparación con otros medios de transporte. El 50% dijo que no hay ningún otro medio de transporte que le produzca tanto miedo como el avión, mientras que el 27% le teme a los ascensores y el 25% a los viajes en barco.
Por lo general, estos temores se agudizan mucho más ante las tragedias aéreas que son noticia, aunque el avión sea comúnmente calificado como el medio de transporte más seguro. Los especialistas desaconsejan el consumo de programas de TV o documentales que remitan a accidentes, con imágenes fuertes que son difíciles de procesar por el sistema nervioso.
Uno de los pilares del tratamiento debe hacer hincapié en corregir ciertos mitos o informaciones sesgadas que influyen y acrecientan esos temores en la gente. Los entrenamientos en relajación y la psicoterapia cognitiva y comportamental también son aconsejables, al igual que la medicación dependiendo en cada caso del paciente.
“En el tratamiento se trata de dar racionalidad y quitar datos inexactos. Trabajamos con información controlada para destruir mitos. La intención es que asistidos por técnicos (pilotos, azafatas, ingenieros aeronáuticos) podamos informar correctamente y quitar dudas. También trabajamos sobre las reacciones de los pacientes para modificarlas. Vemos que el abuso de información se convierte en un problemas mayor”, explica Gustavo Bustamante, director de la Fundación Fobia Club, institución cuyos objetivos son la docencia, investigación y orientación a personas que padecen trastornos de ansiedad y a sus familiares.
Los especialistas aconsejan que en los días previos a un vuelo el paciente intente caminar 30 minutos diarios, aumente las horas de sueño y deje libres las 24 horas previas con el equipaje listo (ver “Consejos”). Y si es posible, tomar un masaje con un baño de inmersión.
CONSEJOS
Tenga información adecuada, controlada y racional. No abuse mirando informes de meteorología o seguridad aeronaútica. Magnificar los riesgos no ayuda.
Su atención podría estar fijada en el lugar de destino: el avión es un medio y no un fin.
Trate de hacer ejercicios de relajación y respiración para moderar su ansiedad.
Haga una vida previa al vuelo en forma habitual sin excesos: duerma bien y coma normal.
Coloque su atención en lo que realmente le pasa y no en lo que teme que le podría pasar.
Arme un bolso de mano con caramelos, música, libros.
Entrénese tomando viajes cortos para luego pasar a más largos.
Evite consumir café y estimulantes. No abuse del alcohol.
CLARIN.COM
No hay comentarios:
Publicar un comentario