En las ciudades, muchas familias que viven en departamentos acotados buscan tener perros chicos. Y en esta tendencia que se acentúa año a año, el bulldog francés es una de las razas más elegidas, según se desprende de los registros con pedigree de la Federación Cinológica Argentina (FCA).
Los “frenchies”, como llaman a estos perros de cara chata y orejas redondeadas y levantadas como un murciélago, registran un crecimiento del 55% si se compara la cantidad de ejemplares registrados en 2009 con los de 2010: en un año la cifra pasó de 941 a 1.459. Así, este perro vivaz, simpático y de particular fisonomía estética se ubica en el puesto 11° del ránking que anualmente elabora la FCA. En 2009 ocupaba el puesto 16°.
Hay más razas chicas que también crecen: bichon frisé ((5,4%); chihuaha (3,3%); shar pei (3,2%); schnauzer miniatura (2,3%).
“Es un perro muy sociable, jovial y alegre que se adapta muy bien a departamentos y casas chicas. Su cara puede resultar fea, en un primer encuentro, pero rápidamente conquista a chicos y grandes porque es muy simpático”, describe el veterinario y director del registro genealógico de la FCA, Javier Fariña.
Y agrega que es un perro que no tiene grandes dificultades para la crianza, “excepto los cuidados que requiere en épocas de calor: por la forma de su cabeza y su nariz muy chata puede tener serios problemas para respirar”, advierte. “Además –señala– por su cabeza grande y caderas chicas, en los criaderos muchos optan por las cesáreas antes que el parto natural por temor a que alguno de los cachorros quede atascado al salir”.
El furor por esta raza viene creciendo en los últimos cinco años en todo el mundo. En Argentina es un boom. Hay varios criaderos e incluso se han importado ejemplares de España, Bélgica y hasta de Rusia. Lo cierto es que el bulldog francés se puso de moda: lo eligen muchos famosos que posan con ellos en las revistas. Una de ellas es la modelo Paula Chaves, que participa en el programa “Bailando por un Sueño”, al cual llevó en varias veces a su frenchie.
Un bulldog francés cuesta alrededor de 1.000 dólares. Muchos de sus dueños son tan mascoteros que no sólo los visten con diseños exclusivos sino que hasta les abren un Facebook.
“A los frenchies los descubrí hace siete años en Estados Unidos, en San Francisco”, cuenta a Clarín Andrés Armelín, propietario del criadero Prados & Praga, ubicado en Palermo. “En esa ciudad un día me crucé con un cachorro en la calle. Me detuve al verlo porque me encantó su presencia. Me acerqué, le hice una caricia y desde ese momento no pude parar hasta tener uno. Pensé qué feo ese bicho, lo quiero para mí. No creía que eran tan payasos y tan parecido al ser humano en sus expresiones de la cara, en la forma en cómo se tiran en el sillón y cómo roncan”, detalla.
La cofradía de la mascota
Hace tres años se veían muy pocos bulldog francés en Buenos Aires y otras ciudades del país. Entonces, un puñado de dueños, ávidos de información acerca de esta raza, comenzaron a buscar datos en Internet hasta que llegaron a integrar el Club de Amigos del Bulldog Francés Argentina. “Se sabía muy poco de estos perros. En 2009 creé el club y empezamos a organizar encuentros –cuenta a Clarín , Juan Galindo, que tiene dos frenchies, Olivia de 5 años, y su hija Lola de 2–. El primero se hizo en una plaza de Saavedra, éramos 4 personas y 4 bulldog francés. El último fue el 6 de noviembre y se juntaron 60 perros. Y el próximo será el 4 de diciembre, en Parque Thays, Recoleta. El Club tiene un facebook que ya cuenta con 1.339 miembros que comparten fotos de sus mascotas, experiencias y recomendaciones.
CLARIN.COM
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