Bajo los largos nombres de 'síndrome de Stein-Leventhal' o 'síndrome de ovario poliquístico' (SOP) se esconde el problema para quedarse embarazadas de cerca del 15% de la población femenina en edad reproductiva. Ello se debe fundamentalmente a un desequilibrio hormonal que se caracteriza por irregularidades y cambios en el ciclo menstrual, excesivo vello, tendencia a la obesidad y la aparición de pequeños quistes en los bordes de los ovarios.
Pues bien, en los casos más graves, las mujeres que sufren SOP tienen , y en la mayoría de las ocasiones no les queda otra que acudir a un tratamiento de fertilidad. Sin embargo, todavía hay muchas dudas sin contestar: ¿Cuál es el origen exacto de este trastorno? ¿Existen problemas para la madre o el feto durante el periodo de gestación?
Precisamente, para dar respuesta a esta última cuestión, la revista 'British Medical Journal' publica en su último número un estudio realizado por investigadores suecos del Instituto Karolinska y del hospital universitario del mismo nombre, que han recogido los datos a nivel nacional de aquellos nacidos entre 1995 y 2007, separándolos entre los que sus madres sufrían este síndrome y los que no.
Los resultados son bastante sorprendentes. Según los autores, aquellas féminas que sufren el síndrome de Stein-Leventhal tienen más probabilidades de tener problemas durante el embarazo, independientemente de que hayan sido sometidas a tratamientos de fertilidad.
¿Pacientes de alto riesgo?
Tras investigar a cerca de 4.000 mujeres con este síndrome y a más de un millón que no lo tenían, los autores enumeraron las complicaciones más frecuentes en el primer grupo: "Hemos comprobado que estas mujeres tienen más posibilidades de sufrir diabetes causada por el embarazo, preeclampsia -hipertensión inducida durante la gestación- o parto prematuro". Pero no son los únicos. Según este estudio, el feto también tiene consecuencias: "Los bebés nacidos de estas madres son más propensos a ser más grandes para su edad gestacional -lo que llevaría a una mayor incidencia de cesáreas-" y también hay una mayor incidencia de asfixia durante el parto".
A la luz de estos datos, los expertos se debaten entre si es conveniente tratar a estas mujeres como embarazadas de alto riesgo o no. Para Javier Martínez, jefe del servicio de Ginecología y Osbtetricia del Hospital Severo Ochoa de Madrid, no hay datos suficientes para considerar a estas madres con esta categoría: "Hay que tener en cuenta que un porcentaje importante de mujeres con SOP de este estudio eran pacientes graves, pero en la mayoría de las ocasiones las únicas dificultades que pasan respecto a una gestante sin este síndrome es sólo cuando quiere quedarse encinta", afirma. "Una vez en gestación no suele haber problemas y menos para el feto", comenta este especialista.
Sin embargo, Laura Prieto Sánchez, ginecóloga del Hospital Universitario madrileño de La Paz explica que controles más exhaustivos a estas pacientes evitarían posibles problemas. "En realidad estos resultados son una serie de complicaciones encadenadas por el SOP. Una mujer con este trastorno y que es resistente a la insulina suele tener tendencia a engordar y cuanta más obesidad, mayor es el riesgo a sufrir, por ejemplo, diabetes o preeclampsia", argumenta esta ginecóloga.
"Efectivamente, es un pequeño porcentaje de mujeres que sufren este síndrome y menos las que llegan a tener problemas serios una vez que se quedan embarazadas puesto que, efectivamente, los principales conflictos se encuentran a la hora de quedarse encinta", comenta esta especialista. "Pero ello no quiere decir que estas mujeres no estén más predispuestas a una serie de complicaciones durante la gestación y que puedan llegar a situaciones como las que se observan en este estudio", afirma la doctora Prieto.
¿Y cómo evitarlo? Tanto para los autores como para la doctora Prieto, la solución pasa por controlar mejor a estas embarazadas. "Muchas veces estas investigaciones son un toque de atención más para los médicos que para los pacientes. Simplemente por hacer más revisiones podríamos evitar posibles complicaciones, mientras que lo que se suele hacer es actuar después de que haya pasado algo", asegura Laura Prieto.
elmundo.es
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