Según cálculos de la Universidad de California, cada segundo que sigue a un accidente cerebrovascular (ACV) mueren 32.000 neuronas, lo que equivale a 1,9 millones por minuto. En ese mismo lapso, se pierden también unos 12 kilómetros de fibras nerviosas. Acudir rápidamente a una guardia de urgencia es vital para reducir las secuelas de un ACV o directamente salvar la vida. Sin embargo, la mayoría de los porteños desconoce cuáles son las señales de alerta, como una fuerte cefalea, problemas motrices, adormecimiento de miembros, problemas de visión, taquicardia, vómitos, dolor de pecho, sudoración, pérdida de conocimiento y de orientación.
Esto es lo que indica una investigación de la Asociación Argentina de Ataque Cerebrovascular (AAAC), que realizó 603 encuestas telefónicas para indagar cuál es el nivel de conocimiento sobre causas, factores de riesgo y síntomas del ACV. "Aunque el tratamiento está vinculado con el tiempo que se tarda en buscar ayuda, más del 34% no supo indicar ninguna señal de alerta", subrayó el doctor Pedro Lylyk, presidente de la AAAC.
La encuesta revela también que el desconocimiento es muy alto (39,9%) entre los mayores de 56 años o más, que es la población que se encuentra en mayor riesgo de padecerlo. Por otro lado, si bien identifican algunos factores de riesgo, fue baja la mención de la hipertensión (menos del 50%), que causa 8 de cada 10 ataques cerebrales en la región. "Por otra parte, la gente conoce la importancia del tabaquismo o el colesterol elevado, pero no vincula para nada el ACV con la diabetes, por ejemplo", agregó Lylyk.
El estudio se presenta hoy en el Ministerio de Salud de la Nación. "Esto muestra que tenemos mucho por hacer", subrayó Lylyk.
lanacion.com
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