Algunos van por curiosidad o porque significa un verdadero desafío. Otros porque tienen la intención de sumarlos como tercer idioma o los atrae la cultura del país. Pero la mayoría los estudia para establecer –o intensificar– relaciones comerciales con los países orientales. El chino mandarín, el japonés y el coreano se convirtieron en las lenguas no tradicionales más demandadas en los últimos cinco años y empiezan a pisarles los talones a las europeas. Este fuerte aumento de la matrícula se dio en tres de las instituciones porteñas más representativas. Tanto que, por la demanda, algunos lugares abrirán nuevos cursos el año próximo.
Según datos del Centro Universitario de Idiomas (CIU), los idiomas orientales están creciendo más, en proporción, que el inglés, francés, portugués e italiano, los tradicionales a la hora de aprender una lengua. Allí subió el 125% la cantidad de alumnos inscriptos en el Programa Oficial Chino desde que abrió, en 2004. También, y casi en el mismo tiempo, el doble de gente estudia japonés: a las clases ya asisten 350 alumnos. Y el año que viene van a ofrecer coreano porque la demanda es alta.
Roberto Villarruel, director del CUI, adjudica el interés por el chino a aquella visita del presidente Hu Jintao a Argentina y el posterior anuncio de la inversiones en nuestro país cuando Néstor Kirchner era presidente. De hecho al año siguiente del anuncio, en 2005, la matrícula trepó a los más alto: 1.900 alumnos. “De las 16 lenguas que ofrecemos, el chino es la quinta más convocante. Las relaciones comerciales y culturales entre ambos países se afianzaron, y muchos de los que vienen a aprender consideran importante sumar ese idioma a su formación para participar del mercado laboral”, explica.
Hoy 1.700 personas estudian chino en ese lugar .
En este contexto, el coreano sobresale aún más: este año está viviendo un boom. Así lo destacan en el Centro Cultural Ricardo Rojas, donde lo ofrecen desde 2005, cuando se pensó para darles herramientas a los becarios del Centro de Estudios Coreanos del Gino Germani. Hoy es más la gente que se acerca porque tiene intereses comerciales con ese país y busca poder comunicarse, ni más ni menos. “También están los que quieren vivir una experiencia nueva, una aventura”, completa Cecilia Vázquez, directora del Rojas. Allí no sólo enseñan a hablar o escribir, sino que se acompañan las clases con un panorama cultural de la vida contemporánea coreana . “Incorporamos recetas de cocina típicas a las clases, por ejemplo”, suma Vázquez. Los coreanos que se instalaron en la Argentina se dedican principalmente a la fabricación y venta de indumentaria y, en segundo lugar, a los minimercados. Para la directora del Rojas los negocios impulsan la decisión de muchos a estudiar esa lengua.
El japonés es el tercero en el ranking. A estudiarlo se acercan descendientes de japoneses que quieren continuar con el legado, los fanáticos del animé , o los que están interesados en la literatura o pintura japonesa. En el Laboratorio de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en lo que va del año se inscribieron 160 alumnos en los cursos. Esta es otra de las instituciones que planea sumar otro idioma oriental. “Estamos diseñando los materiales y el plan de estudios para ofrecer chino el año que viene. Es para hacerle frente a la demanda, pero también porque como profesores nos interesa saber el idioma. Así como asisten alumnos orientales a aprender español, creemos que saber su idioma nos dará herramientas para acercarnos y también una manera de devolver su interés por nuestra lengua”, dice Claudia Fernández, directora del Laboratorio.
Sobre el japonés, desde el CUI dicen que en los últimos años hubo una demanda concreta de jóvenes con alta formación en ciencia, tecnología e ingeniería por el crecimiento de esas industrias en Japón. “Se está revalorizando la idea tradicional de Japón asociada a la alta tecnología, y eso resulta muy atractivo”, resume Villarruel.
¿Son tan difíciles cómo parecen? Adriana Tsai, taiwanesa y profesora de chino en el Rojas, sentencia: “No, hay que tener paciencia y estudiar todos los días”.
iprofesional.com
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