Cerca del 20% de las embarazas sufre una amenaza de aborto y, de ellas, una de cada cinco perderá al bebé. Hasta ahora, no existía ninguna herramienta capaz de averiguar qué gestaciones terminarán de forma abrupta pero un grupo de expertos ha elaborado un sencillo índice capaz de hacerlo. Combinando dos factores –la cantidad de sangre perdida por la mujer y los niveles de la hormona gonadotropina coriónica–, los investigadores lograron predecir en un alto porcentaje qué embarazos se iban a interrumpir de forma espontánea.
Para dar con este Índice de Viabilidad del Embarazo, como han bautizado a esta herramienta, los autores reclutaron a 102 embarazadas de seis a 10 semanas que habían tenido un sangrado vaginal y en las que se determinó que tenían una amenaza de aborto. Tras cinco semanas de seguimiento, 22 gestaciones se habían perdido y 80 continuaban.
El análisis de estas mujeres permitió a los investigadores identificar seis factores con un gran impacto sobre el riesgo de sufrir un aborto espontáneo: tener antecedentes de problemas de fertilidad, la talla del feto y su edad gestacional, la cantidad de sangre perdida, los niveles de progesterona y los de la hormona gonadotropina coriónica (hCG).
Aunque de forma individual ninguna de estas variables tenía un valor predictivo determinante, la combinación de dos de ellos sí. Cuando los autores utilizaron el volumen de sangrado y los niveles de hCG, obtuvieron buenos resultados. "Al final del periodo del estudio, el Índice de Viabilidad del Embarazo fue capaz de predecir acertadamente el resultado de la gestación en el 94% de las mujeres cuyos embarazos continuaron y también en el 76% de los abortos", ha explicado Kaltum Adam, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital St. Mary de Manchester (Reino Unido), responsable del trabajo. "Esto nos ofrece por primera vez una herramienta robusta para intentar rescatar aquellos embarazos amenazados frente a lo único que podemos hacer ahora que es cruzarnos de brazos y esperar que todo salga bien", ha comentado la autora en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, que se ha celebrado estos días en Estocolmo (Suecia) y en la que ha presentado las conclusiones de este trabajo.
La introducción de esta herramienta en la práctica clínica -algo fácil y poco costoso, según los autores– podría tener muchas consecuencias positivas para las mujeres. Además de evitar pruebas innecesarias y potencialmente dañinas, los médicos podrán ofrecer asistencia psicológica temprana a aquellas pacientes con un mayor riesgo de aborto espontáneo.
"Este índice facilitará estudios futuros de ese porcentaje de embarazos que acaba en aborto y esperamos que a través de la identificación de los factores que influyen de manera significativa en el resultado de la gestación seamos capaces de comprender mejor el proceso que conduce a una amenaza de aborto", ha destacado Adam. "Esto, en definitiva, nos permitirá diseñar intervenciones más eficaces para salvar estos embarazos".
elmundo.es
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