viernes, 21 de mayo de 2010

Dos estudios dicen que el amor sería peligroso y está destinado al fracaso

No son máximas construidas al azar o en base al siempre cambiante "saber popular". Son las conclusiones de investigaciones elaboradas a partir de estudios matemáticos y de millones de historias clínicas. La ciencia europea está poniendo bajo la lupa nada menos que al amor. Y, a través de dos nuevos estudios, empezó a develar, por ejemplo, la justificación termodinámica de porqué el amor eterno estaría destinado a fracasar o cómo tiende a disminuir la expectativa de vida en las mujeres cuando se casan con hombres más jóvenes.
Según un informe de Sven Drefahl, en el Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas de Rosktock, Alemania, publicado por el diario británico The Guardian, el hombre que sea entre 7 y 9 años más viejo que su esposa tiene un porcentaje de mortalidad un 11% más bajo que el de un hombre cuya esposa sea de su misma edad. Pero la mujer que tenga entre 7 y 9 años más que su esposo tiene un índice de mortalidad un 20% más alto que si estuviera casada con un hombre de su misma edad.
Estos hallazgos fueron extraídos de las historias clínicas de 2 millones de parejas danesas. Los investigadores solían pensar que los individuos más sanos se encuentran en una mejor posición para elegir cónyuges más jóvenes y tener así una mayor expectativa de vida. Una pareja más joven, suponían, tendría también un efecto psicológico benéfico en el más viejo. Sin embargo, el estudio de Drefahl echa un manto de dudas sobre estas ideas, ya que no se mantienen en el caso de mujeres que se casan con hombres más jóvenes.
"Es preciso reconsiderar ahora estas teorías. Los motivos para las diferencias de mortalidad debidas a la brecha de edad entre los esposos no están claros por ahora", admitió Drefahl.
En España, en cambio, un científico se propuso explicar las relaciones de pareja aplicando las matemáticas. El experimento fue de José Manuel Rey, profesor de Análisis Económico de la Universidad de Madrid y sus resultados fueron publicados en la revista Plos One. ¿La conclusión? Que el amor eterno es una tarea compleja y destinada a fracasar. Y así encontró una justificación a la "aparente paradoja" de que una unión planeada para durar por siempre probablemente se romperá: se trata de un mecanismo producto de la segunda ley de termodinámica.
Entrevistado por el diario español ABC, el investigador explicó que "en el mundo de la física, un recipiente que está caliente tiende a enfriarse de manera espontánea si nadie lo mantiene con calor; con las relaciones pasa lo mismo, hay que cuidarlas". Y dijo que "cada pareja debe descubrir su patrón específico, que no es evidente". La dificultad radica en distinguir cuáles son las pequeñas acciones cotidianas que actúan como patrones para que cada pareja funcione. "Hay personas que lo consiguen, pero si preguntas a las parejas que llevan 40 años juntas y felices, seguro que no te dirán que ha sido gratis".

clarin.com

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