Sebastián A. Ríos
LA NACION
Chicos con enfermedades de adultos y adultos con enfermedades de personas aún mayores es en lo que coinciden médicos de diversas especialidades, que ven llegar a sus consultorios pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión, la afección cardíaca o los trastornos del colesterol, a edades cada vez más tempranas.
"Hoy vemos hipertensión a partir de los 12 años, asociada a la obesidad, mientras que en los adultos jóvenes, de entre 25 y 30 años, hay estudios que muestran que un 18% ya es hipertenso", aseguró el doctor Gabriel Waisman, jefe de la sección Hipertensión Arterial del Hospital Italiano.
Un panorama similar surge de dos estudios recientes que confirman que ya no tiene sentido hablar de "diabetes del adulto" al referirse a la diabetes tipo II, ya que ésta comienza a perfilarse desde la adolescencia, cuando no desde la infancia.
Mientras que el estudio Carmela, que evaluó factores de riesgo cardiovascular en ciudades de América latina, halló que ya entre los 25 y los 34 años de edad la diabetes afecta al 2,4% de los porteños, y que entre los 35 y los 44 el porcentaje asciende a 5,9%, un estudio realizado en escuelas secundarias porteñas halló tasas de síndrome metabólico muy elevadas.
El síndrome metabólico es un trastorno en el que coinciden el exceso de peso corporal, las alteraciones de los azúcares en sangre y la presión arterial elevada, entre otros factores de riesgo cardiovascular, que aumenta el riesgo de sufrir un infarto y de desarrollar diabetes.
Entre los chicos de 12 a 14 años que aspiraban a entrar en el Colegio Nacional de Buenos Aires y al Carlos Pellegrini, y que participaron de un estudio realizado desde la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo, el 5,4% de los varones y el 1,6% de las mujeres reunía los criterios del síndrome metabólico.
"Que ya tengan esos factores de riesgo a los 13 años está marcando que tendrán una adultez con enfermedad temprana", comentó la doctora Carla Musso, autora del estudio y endocrinóloga del Instituto César Milstein y del Instituto Cardiovascular Buenos Aires.
"Cuando una enfermedad crónica aparece más temprano, también aparecen más temprano las complicaciones de esa enfermedad", agregó el doctor Alfredo Lozada, especialista en lípidos del Hospital Austral y de Fleni, que enumeró diversos trastornos del colesterol (dislipidemia con triglicéridos altos o con colesterol "malo" alto, o colesterol "bueno" bajo) que se ven en personas cada vez más jóvenes.
Si de afecciones se trata, no hay duda de que una de las más temidas es el infarto, que cada vez es más frecuente en menores de 40 años. Eso ha quedado demostrado a partir del registro Grace, que relevó los eventos coronarios de 146 hospitales de 14 países, incluida la Argentina, y que halló que entre 1999 y 2005 la tasa de infarto en menores de 40 años creció un 19,5 por ciento.
"Al mismo tiempo que observamos que hay una reducción de accidentes coronarios agudos [como el infarto] en personas mayores, seguramente gracias a medidas de prevención, hay una mayor incidencia en personas jóvenes", dijo el doctor Enrique Gurfinkel, jefe del Departamento de Medicina Cardiovascular de la Fundación Favaloro.
Pero más allá del sedentarismo y de la mala alimentación que los expertos consultados coinciden en señalar como causantes directos del sobrepeso que hoy avanza dentro de la población argentina y que explica en gran medida el avance de las enfermedades crónicas mencionadas, ¿puede haber otros factores que expliquen su diagnóstico a edades cada vez más tempranas?
Para el doctor Jorge Ubaldini, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos y de la Unidad Coronaria del Hospital Británico, lo que ha aumentado es la detección. "Hoy hay una mayor alerta y una mayor preocupación en la población por la enfermedad cardiovascular, afirmó. Y esta mayor conciencia, sumada a que hay mejores métodos de diagnóstico, hace que veamos lo que antes no veíamos."
Por su parte, Gurfinkel señala el impacto de otros factores, como el estrés asociado al ritmo de vida y a las exigencias actuales del mercado laboral, y recuerda los resultados de un estudio (nuevamente un subanálisis del registro Grace) que demostró que el estrés y la depresión asociadas a la crisis de 2001 en la Argentina causaron unos 10.000 infartos más por sobre los esperables en los siguientes años.
Si es así, además de hacer actividad física y comer mejor, también hay que hacer algo con los nervios. Fernando Fernández, que desde los 36 años se encuentra en tratamiento para combatir sus elevados niveles de colesterol y de presión arterial (que confluyen en el ya nombrado síndrome metabólico) da fe de que bajar los niveles de estrés colabora con el control de esos factores de riesgo cardiovascular.
"Trabajaba muchas horas por día, y decidí en un momento dejar de trabajar también por las noches, y me ayudó mucho, contó este profesor de educación física de 46 años. Bajar la tensión laboral me ayudó, al igual que comenzar a hacer yoga y a realizar caminatas dos o tres veces por semana."
LA NACION
Chicos con enfermedades de adultos y adultos con enfermedades de personas aún mayores es en lo que coinciden médicos de diversas especialidades, que ven llegar a sus consultorios pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión, la afección cardíaca o los trastornos del colesterol, a edades cada vez más tempranas.
"Hoy vemos hipertensión a partir de los 12 años, asociada a la obesidad, mientras que en los adultos jóvenes, de entre 25 y 30 años, hay estudios que muestran que un 18% ya es hipertenso", aseguró el doctor Gabriel Waisman, jefe de la sección Hipertensión Arterial del Hospital Italiano.
Un panorama similar surge de dos estudios recientes que confirman que ya no tiene sentido hablar de "diabetes del adulto" al referirse a la diabetes tipo II, ya que ésta comienza a perfilarse desde la adolescencia, cuando no desde la infancia.
Mientras que el estudio Carmela, que evaluó factores de riesgo cardiovascular en ciudades de América latina, halló que ya entre los 25 y los 34 años de edad la diabetes afecta al 2,4% de los porteños, y que entre los 35 y los 44 el porcentaje asciende a 5,9%, un estudio realizado en escuelas secundarias porteñas halló tasas de síndrome metabólico muy elevadas.
El síndrome metabólico es un trastorno en el que coinciden el exceso de peso corporal, las alteraciones de los azúcares en sangre y la presión arterial elevada, entre otros factores de riesgo cardiovascular, que aumenta el riesgo de sufrir un infarto y de desarrollar diabetes.
Entre los chicos de 12 a 14 años que aspiraban a entrar en el Colegio Nacional de Buenos Aires y al Carlos Pellegrini, y que participaron de un estudio realizado desde la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo, el 5,4% de los varones y el 1,6% de las mujeres reunía los criterios del síndrome metabólico.
"Que ya tengan esos factores de riesgo a los 13 años está marcando que tendrán una adultez con enfermedad temprana", comentó la doctora Carla Musso, autora del estudio y endocrinóloga del Instituto César Milstein y del Instituto Cardiovascular Buenos Aires.
"Cuando una enfermedad crónica aparece más temprano, también aparecen más temprano las complicaciones de esa enfermedad", agregó el doctor Alfredo Lozada, especialista en lípidos del Hospital Austral y de Fleni, que enumeró diversos trastornos del colesterol (dislipidemia con triglicéridos altos o con colesterol "malo" alto, o colesterol "bueno" bajo) que se ven en personas cada vez más jóvenes.
Si de afecciones se trata, no hay duda de que una de las más temidas es el infarto, que cada vez es más frecuente en menores de 40 años. Eso ha quedado demostrado a partir del registro Grace, que relevó los eventos coronarios de 146 hospitales de 14 países, incluida la Argentina, y que halló que entre 1999 y 2005 la tasa de infarto en menores de 40 años creció un 19,5 por ciento.
"Al mismo tiempo que observamos que hay una reducción de accidentes coronarios agudos [como el infarto] en personas mayores, seguramente gracias a medidas de prevención, hay una mayor incidencia en personas jóvenes", dijo el doctor Enrique Gurfinkel, jefe del Departamento de Medicina Cardiovascular de la Fundación Favaloro.
Pero más allá del sedentarismo y de la mala alimentación que los expertos consultados coinciden en señalar como causantes directos del sobrepeso que hoy avanza dentro de la población argentina y que explica en gran medida el avance de las enfermedades crónicas mencionadas, ¿puede haber otros factores que expliquen su diagnóstico a edades cada vez más tempranas?
Para el doctor Jorge Ubaldini, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos y de la Unidad Coronaria del Hospital Británico, lo que ha aumentado es la detección. "Hoy hay una mayor alerta y una mayor preocupación en la población por la enfermedad cardiovascular, afirmó. Y esta mayor conciencia, sumada a que hay mejores métodos de diagnóstico, hace que veamos lo que antes no veíamos."
Por su parte, Gurfinkel señala el impacto de otros factores, como el estrés asociado al ritmo de vida y a las exigencias actuales del mercado laboral, y recuerda los resultados de un estudio (nuevamente un subanálisis del registro Grace) que demostró que el estrés y la depresión asociadas a la crisis de 2001 en la Argentina causaron unos 10.000 infartos más por sobre los esperables en los siguientes años.
Si es así, además de hacer actividad física y comer mejor, también hay que hacer algo con los nervios. Fernando Fernández, que desde los 36 años se encuentra en tratamiento para combatir sus elevados niveles de colesterol y de presión arterial (que confluyen en el ya nombrado síndrome metabólico) da fe de que bajar los niveles de estrés colabora con el control de esos factores de riesgo cardiovascular.
"Trabajaba muchas horas por día, y decidí en un momento dejar de trabajar también por las noches, y me ayudó mucho, contó este profesor de educación física de 46 años. Bajar la tensión laboral me ayudó, al igual que comenzar a hacer yoga y a realizar caminatas dos o tres veces por semana."
Las articulaciones también ceden antes
No sólo las enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión o el colesterol elevado aparecen cada vez con mayor frecuencia en personas cada vez más jóvenes. Lo mismo ocurre con algunas afecciones articulares, según dijo a LA NACION el doctor Federico Manfrín, especialista en ortopedia y traumatología, que disertará sobre el tema en el XI Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Artroscopia, que comienza el miércoles en la ciudad de Buenos Aires.
"Las artrosis de rodilla, por ejemplo, se ve cada vez más temprano en parte porque la gente hace deporte hasta edades cada vez más avanzadas: antes no se veía con tanta frecuencia a una persona de 50 años jugando al tenis, y ahora uno lo ve permanentemente -comentó el doctor Manfrín-. Eso hace que las artrosis de rodilla que antes se veían después de los sesenta años ahora se empiecen a ver desde los cincuenta o desde los cuarenta."
Por otro lado, las cada vez más populosas carreras de calle también tienen su impacto en el consultorio del traumatólogo. "Más gente practicando deportes; más lesiones de ligamentos", aseguró el especialista. Las lesiones de ligamento cruzado anterior, según señalan la estadísticas, se producen a una tasa de 98 por cada 100.000 habitantes, pero se duplica en las personas que practican deportes.
"Como hay más gente que hace deporte, hay más gente que se lesiona los ligamentos de la rodilla, y eso a su vez hace que la artrosis llegue antes", agregó. Esto, en suma, está bajando el promedio de edad de los implantes de rodilla.
"El último trabajo sobre el tema muestra un promedio de edad para prótesis de rodilla de 63 años, cuando hace diez años el promedio eran los 68 años de edad", dijo Manfrín, y agregó que los implantes realizados a edades cada vez más tempranas señalan la necesidad de contar con prótesis que sean cada vez más duraderas.
NUMEROS ALTOS A EDADES BAJAS
5,9% de los porteños de 25 a 34 años
tienen diabetes, lo que vale para todos los centros urbanos de la Argentina. Pero hay diferencias por sexo: la diabetes afecta al 8,9% de los varones y al 3,2% de las mujeres.
18% de los adultos jóvenes
tiene hipertensión arterial en la Argentina. Un estudio local mostró que en los adolescentes de 15 años esa afección alcanzaba al 5 por ciento.
5,4% de los varones de 12 a 14 años
tiene síndrome metabólico, una condición asociada al exceso de peso, que predispone a desarrollar diabetes y aumenta el riesgo cardiovascular
No sólo las enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión o el colesterol elevado aparecen cada vez con mayor frecuencia en personas cada vez más jóvenes. Lo mismo ocurre con algunas afecciones articulares, según dijo a LA NACION el doctor Federico Manfrín, especialista en ortopedia y traumatología, que disertará sobre el tema en el XI Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Artroscopia, que comienza el miércoles en la ciudad de Buenos Aires.
"Las artrosis de rodilla, por ejemplo, se ve cada vez más temprano en parte porque la gente hace deporte hasta edades cada vez más avanzadas: antes no se veía con tanta frecuencia a una persona de 50 años jugando al tenis, y ahora uno lo ve permanentemente -comentó el doctor Manfrín-. Eso hace que las artrosis de rodilla que antes se veían después de los sesenta años ahora se empiecen a ver desde los cincuenta o desde los cuarenta."
Por otro lado, las cada vez más populosas carreras de calle también tienen su impacto en el consultorio del traumatólogo. "Más gente practicando deportes; más lesiones de ligamentos", aseguró el especialista. Las lesiones de ligamento cruzado anterior, según señalan la estadísticas, se producen a una tasa de 98 por cada 100.000 habitantes, pero se duplica en las personas que practican deportes.
"Como hay más gente que hace deporte, hay más gente que se lesiona los ligamentos de la rodilla, y eso a su vez hace que la artrosis llegue antes", agregó. Esto, en suma, está bajando el promedio de edad de los implantes de rodilla.
"El último trabajo sobre el tema muestra un promedio de edad para prótesis de rodilla de 63 años, cuando hace diez años el promedio eran los 68 años de edad", dijo Manfrín, y agregó que los implantes realizados a edades cada vez más tempranas señalan la necesidad de contar con prótesis que sean cada vez más duraderas.
NUMEROS ALTOS A EDADES BAJAS
5,9% de los porteños de 25 a 34 años
tienen diabetes, lo que vale para todos los centros urbanos de la Argentina. Pero hay diferencias por sexo: la diabetes afecta al 8,9% de los varones y al 3,2% de las mujeres.
18% de los adultos jóvenes
tiene hipertensión arterial en la Argentina. Un estudio local mostró que en los adolescentes de 15 años esa afección alcanzaba al 5 por ciento.
5,4% de los varones de 12 a 14 años
tiene síndrome metabólico, una condición asociada al exceso de peso, que predispone a desarrollar diabetes y aumenta el riesgo cardiovascular
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