Una de cada seis personas padece depresión clínica al menos una vez en su vida y un 7% de la población sufre esta enfermedad al cabo del año. La extensión de este problema psiquiátrico ha hecho que tenga un impacto sobre la salud pública similar al de enfermedades crónicas como la artritis o la diabetes. Sin embargo, a menudo se pasa por alto o se confunde con una simple y natural tristeza.
Una completa revisión de los estudios publicados entre 2005 y 2010, recién publicada en la revista 'The Lancet', ha determinado que se han producido "avances claros" en este tiempo a nivel de investigación, aunque sigue sin haber tratamientos "completamente satisfactorios para la depresión mayor".
El problema es que, aunque esta enfermedad puede curarse, la mayoría de los pacientes requieren probar sucesivos tratamientos y combinar terapias hasta encontrar una clara mejoría. Uno de los trabajos que se revisan -llamado STAR*D y definido como "el mayor estudio sobre depresión jamás realizado fuera de la industria farmacéutica"- arrojó resultados reveladores.
"El objetivo era la remisión [de la enfermedad] y no sólo la respuesta. Las tasas de remisión en pasos del primero al cuarto fueron desalentadoras (...), con una remisión acumulada del 67% tras los cuatro pasos", indican el investigador David J. Kupfer, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) y sus coautores.
No obstante, la revisión confirma que tanto los fármacos como la psicoterapia son "efectivos" contra la depresión clínica, "solos o en combinación". "La depresión, con un tratamiento adecuado, se cura, y los pacientes pueden llevar una vida absolutamente normal", resuelve el doctor José Luis Carrasco, jefe de la unidad de Trastornos de la Personalidad en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Sin embargo, esta enfermedad psiquiátrica corre el riesgo de pasar inadvertida, sobre todo si se produce en combinación con una dolencia física de gravedad. Así lo resalta la mencionada revisión: "Una implicación crucial es que los servicios de Atención Primaria no deberían ignorar la presencia de depresión en pacientes que tienen un desorden físico crónico ", insisten Kupfer y sus colegas.
"Es habitual que en enfermedades crónicas el porcentaje de depresión clínica esté entre el 30% y el 40%", detalla Carrasco. "No es que tengan una reacción de tristeza, que sería normal, sino que están deseando que todo se acabe y morirse. Esto dificulta el tratamiento, empeora sus hábitos, induce al consumo de tóxicos como el alcohol y empeora el pronóstico de la enfermedad", añade.
Áreas de vanguardia
La revisión de 'The Lancet' también menciona áreas de vanguardia en el estudio y el tratamiento de la depresión mayor. Entre ellas destacan varias investigaciones en el campo de la neurobiología, como la búsqueda de genes asociados a esta enfermedad -o a la respuesta del paciente a los fármacos- y las técnicas de neuromiagen, que han detectado áreas del cerebro relacionadas con los estados de depresión clínica. "Sin embargo, el grado en que los hallazgos de estudios neurobiológicos pueden ayudar a mejorar la respuesta clínica y funcional de las personas con esta enfermedad es todavía incierto", admiten los autores.
Destacan, sin embargo, la estimulación cerebral profunda como una importante esperanza en el tratamiento de la depresión. El doctor Carrasco se muestra de acuerdo con esta afirmación, aunque matiza que la técnica aún "está verde, en el sentido de que no se sabe bien dónde y cuándo estimular. Es prometedora pero hay que afinarla".
Los autores de la revisión también se han topado con diversas publicaciones en torno al supuesto riesgo de suicidio derivado de los inhibidores de la recaptación de serotonina, un tratamiento habitual contra la depresión cuya seguridad han puesto en duda algunos estudios. Estiman, sin embargo, que no existen datos concluyentes sobre este efecto. Más contundente se muestra el doctor Carrasco: "Los psiquiatras tenemos muy claro que los inhibidores reducen los suicidios. Es al revés, los pacientes se suicidan si no les das medicación ".
Este experto matiza, en todo caso, que las dos primeras semanas de tratamiento -cuando el paciente "aún no tiene el efecto antidepresivo y se siente más agitado"- requieren un seguimiento exhaustivo, sobre todo con adolescentes. "Pero esto se ha sabido siempre", asegura.
Los nuevos consejos para luchar contra la depresión
La Asociación Americana de Psiquiatría ha publicado hoy las nuevas guías para el tratamiento de la depresión, la primera actualización de las recomendaciones para tratar esta enfermedad mental que se realiza en más de una década y que ahora incluyen como nuevos consejos la práctica regular de ejercicio, la personalización de los tratamientos en función de la gravedad de los síntomas y el uso de técnicas como la estimulación magnética transcraneal o la terapia de 'shock'.
Los expertos de esta asociación han analizado más de 13.000 artículos científicos publicados entre 1999 y 2006 para elaborar las nuevas guías durante un proceso de cinco años que, según el psiquiatra Alan Gelenberg, líder del grupo que ha diseñado estas recomendaciones, "ha sido de intensa revisión, discusión y reflexión" con el objetivo de obtener guías "que mejoren la atención al paciente".
Entre las nuevas recomendaciones se incluye que los médicos deben utilizar escalas de medición para evaluar la situación de cada paciente y diseñarles un tratamiento personalizado, en función de la severidad de sus síntomas. En este sentido, pueden ajustar sus estrategias en función de cada individuo y utilizar desde la medicación hasta las conductas saludables, el ejercicio o la terapia.
'Electroshock'
Para las personas que suelen recaer en la depresión porque no logran beneficiarse de los fármacos, las nuevas guías recomiendan el uso del denominado 'electroshock', la terapia que, según estos expertos, cuenta con más datos científicos que respaldan su uso.
También aconseja nuevos tratamientos, entre los que se incluyen la estimulación magnética transcraneal, que se emplea para estimular determinadas regiones cerebrales vinculadas con la depresión para devolverles su funcionalidad. Asimismo, apuestan por el uso de la estimulación del nervio vago, que vincula el cerebro a los órganos internos.
Asimismo, recomiendan ejercicio regular, pues diversos estudios han demostrado que puede reducir los síntomas depresivos, especialmente en adultos mayores o en aquellos que sufren enfermedades crónicas.
Además, aconsejan un uso más frecuente de los tratamientos farmacológicos de mantenimiento, sobre todo para las personas con depresión recurrente. Esta recomendación es especialmente importante para los pacientes que han tenido tres episodios importantes de depresión o depresión crónica.
elmundo.es
1 comentario:
Pregunta a quien corresponda la depresión es una efermedad por problemas sin resolver o es problema de la quimica del cerebro
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