En Tokio (Japón) y en Londres (Inglaterra) ya existen, son pasos peatonales por los que se puede cruzar de una esquina a otra, pero en diagonal. Si se pudieran trasladar a Buenos Aires sería como cruzar las avenidas Callao y Rivadavia e ir del Congreso al restaurante Plaza del Carmen o de la confitería El Molino a la plaza del Congreso. Un enorme desafío para conductores y peatones en una Ciudad en la que, cada vez más, parecen irreconciliables . Se estima que los accidentes de tránsito en el país provocan 22 muertes por día. Y en la Ciudad los peatones son más del 60% de las víctimas . En este contexto de siniestralidad se conmemora hoy el Día Mundial de las Víctimas del Tránsito.
Un estudio de la asociación civil Luchemos por la Vida reveló que el 94% de las personas cruza mal las esquinas de calles con semáforos. El 84% también comete infracciones en intersecciones de calles y avenidas. Mientras que el 48% cruza incorrectamente cuando se trata de dos avenidas. “En este último caso hay que tener en cuenta que el tráfico intenso impide el cruce de las avenidas, lo que explicaría un mayor cumplimiento forzoso ”, explicó Alberto Silveira, presidente de Luchemos.
El estudio, realizado entre agosto y septiembre, observó la conducta de 3.685 peatones. Entre otros datos, reveló también que el 61% cruza en rojo intersecciones de calles y avenidas.
Según el SAME sólo durante agosto atendieron a 650 peatones atropellados, es decir unos 20 por día : “Son imprudentes y cruzan mal la calle, sin observar los semáforos ni el tránsito”, concluyó su director, Alberto Crescenti.
Tanto Crescenti como el estudio de Luchemos por la Vida le ponen cifras a la percepción general de que la calle es un caos, principalmente auspiciado por las conductas de conductores y peatones en iguales porcentajes. Un viejo axioma futbolero reza “se juega como se vive”. Será que nos comportamos como peatones tal y como manejamos. “No se es buen conductor y mal peatón o viceversa. El factor humano es el que presenta conductas inseguras y riesgosas cuando utiliza la vía pública, en cualquiera de sus roles: peatón o conductor”, opinó Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial.
Los especialistas encuentran la posible salida a tanta tragedia cotidiana en la educación. “La concientización es el pilar básico. Luego está el respeto por las normas y tercero, la aplicación de sanciones. Especialmente si las autoridades no aplican las sanciones, falla el sistema”, opinó Maximiliano John Horwitz, licenciado en accidentología y prevención vial. Aunque jamás se aplican, los peatones también deberían recibir multas por cruzar mal : de entre $ 30 y $ 120. Desde el PRO impulsaron un proyecto para multar a quienes cruzan usando el celular. Pero fue muy criticado porque los expertos consideran que el peatón es el eslabón más débil en las calles.
Tajante, el director de Seguridad Vial porteño, Pablo Martínez Carignano, opina que “el conductor está obligado a prever el fallo del peatón”. Pero desde el punto de vista de la Justicia, algunos peatones son parcial o totalmente responsables de los accidentes que protagonizan. Ya hay varios fallos al respecto.
En cuanto a la educación, existe desde 2006 una ley que establece la obligatoriedad de impartir clases de seguridad vial en las escuelas porteñas, pero jamás se cumplió . Desde el Ministerio de Educación porteño informaron a Clarín que no se logró acordar con los docentes la forma de implementarlas.
Para bajar la alta siniestralidad, los especialistas proponen también “repensar” el diseño de la Ciudad para que favorezca a los peatones y no al automóvil. “En la región sudamericana la infraestructura alienta la velocidad de los autos. Pero se pueden hacer cambios para bajarla, por ejemplo angostar calles, como se hizo en algunas zonas de Palermo, una buena señalización horizontal y más semáforos, aunque éstos no resuelvan todo el problema”, opinó el arquitecto Andrés Borthagaray, del Instituto para la Ciudad en Movimiento. Borthagaray contó que en las ciudades europeas los peatones protagonizan alrededor del 12% de las muertes en accidentes de tránsito, 50 puntos por debajo de los porcentajes que se registran en la Ciudad.
En este sentido, el Cesvi –Centro de Experimentación y Seguridad Vial– aportó estudios técnicos que determinan que una disminución de la velocidad de 40 km a 30 evitaría el 85 % de los fallecidos.
“Llego tarde”, la excusa ante el peligro
Viernes al mediodía. Por la mitad de Corrientes cruza una mujer corriendo para evitar que la atropellen. “Estoy apurada y ya sé que está mal, pero tengo que correr, estoy llegando tarde”, dice Patricia para justificarse.
Clarín recorrió algunas de las esquinas más transitadas cómo Corrientes y San Martín, Córdoba y Suipacha o Santa Fe y Uruguay.
Pocos esperan que las señales les habiliten el paso. “Yo respeto las señales, me parece una actitud egoísta de quienes no lo hacen. Además no tienen noción del peligro”, comentó Raúl quien aguardaba la luz verde para cruzar. Otros no creen que respetar las normas sea importante. Parado en el asfalto de Corrientes, Víctor Amore no consideraba que su actitud fuera incorrecta. “No suelo respetar las reglas. Me es más cómodo cruzar por la mitad, además no es tan peligroso”, agregó con tranquilidad. “Cuando estoy con la nena siempre espero como corresponde, es más seguro”, indicó Alejandra, aunque otras mamás suelen bajar el carrito a la calle.
En Santa Fe y Uruguay se dio una situación particular. Como la avenida es doble mano, la gente no puede cruzar por el medio porque siempre de alguna mano pasan vehículos. Además la mayoría aguarda en la vereda, porque los colectivos pasan a gran velocidad muy cerca del cordón. “Si no esperás arriba de la vereda te pisan los pies”, confirmó uno de los peatones.
Allí, Florencia de 29 años, cree que el estilo de vida es el causante de las malas actitudes: “Todos van rápido, es algo de la ciudad, uno cruza mal de manera inconsciente y ni pensar si vas con el iPod o hablando por teléfono”.
El principio de la culpa compartida
“Atribuir el 100 % de la culpa al peatón sigue siendo una tendencia minoritaria”, opinó el abogado Cristian Di Angelo, titular del estudio homónimo. “Se trata de una facultad discrecional del juez, pero sin dudas el vehículo es potencialmente más dañino que el peatón”, concluyó. En 2008 la Justicia rechazó la demanda de una mujer que cruzó la calle por mitad de cuadra y fue arrollada por una ambulancia. Y la hizo cargo de las costas del juicio. En 2011 hubo un fallo similar contra una mujer que cruzó una avenida con el semáforo peatonal titilando; cuando percibió que no llegaba al otro lado de la avenida volvió sobre sus pasos y fue embestida por un auto.
clarin.com
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