Un grupo de neurocirujanos de la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad de Yale en Estados Unidos presentaron una nueva hipótesis sobre los últimos días de agonía de Eva Duarte de Perón . La investigación, en base a pruebas médicas y declaraciones de los médicos del entorno presidencial de Juan Domingo Perón, da cuenta de que a Evita se le habría realizado una lobotomía prefrontal para calmar el dolor que le causaba el cáncer que la llevó a la muerte, en julio de 1952.
El estudio fue presentado ayer en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo. El neurocirujano argentino Daniel Nijensohn, profesor de la Universidad de Yale, fue quien explicó que la investigación partió en 2005, a partir de una entrevista concedida por el neurocirujano húngaro George Udvarhelyi (fallecido en mayo de 2010 en Estados Unidos). El médico húngaro declaró ante una revista científica “haber participado de una lobotomía prefrontal practicada a Evita para aliviar los intensos dolores, la ansiedad y la agitación”. Udvarhelyi dijo en esa confesión que la operación la realizó el neurocirujano estadounidense James L. Poppen.
“Udvarhelyi residió en Argentina a principios de los 50 y perteneció al entorno de Ramón Carrillo, ministro de Salud del presidente Juan Domingo Perón”, explicó a Clarín Nijensohn. Según el investigador, la lobotomía frontal era en la década del ´50 una técnica popular entre los médicos, utilizada para paliar el dolor . Contó que Poppen viajó varias veces a la Argentina entre 1949 y 1954. Y citó el dato de que, en Estados Unidos se realizaron 40 mil lobotomías entre 1949 y 1952.
Según esta investigación, la operación fue en la habitación de Eva Perón en el Palacio Unzué, en junio de 1952. Evita murió a los 33 años, el 26 de julio de ese año, a causa de un cáncer de cuello de útero con metástasis en varios órganos del cuerpo.
La lobotomía, que es una perforación en los lóbulos frontales del cerebro, producía una sedación a Evita .
La operación se realizaba con anestesia general, duraba un par de horas y consistía en hacer agujeros de trépano en la corteza del cerebro, “Muchos neurocirujanos colocaban un botón de hueso para evitar que existiera una depresión. Se abría la cubierta del cerebro y se atravesaba con un instrumento llamada leucótomo”, precisó el investigador.
Nijensohn se muestra convencido de que la lobotomía a Eva fue un hecho, pero aclaró que su tesis se podría comprobar “sólo con la exhumación del cadáver, como el que se le ha hecho al cuerpo del ex presidente chileno Salvador Allende”.
Además de Nijensohn, en la investigación que será publicada en la revista Neuro Target, participaron los neurocirujanos mendocinos Fabian Cremaschi y Luis Savastano, el miembro fundador del Colegio Argentino de Neurocirujanos Alberto Kaplan y el profesor de la Universidad de Harvard, Edwards Laws Jr.
La conferencia concluyó con una advertencia: “Este tema se ha mantenido como secreto de Estado durante 60 años, seguramente por amenazas e intrigas palaciegas que mantuvieron esta historia silenciada de la medicina argentina”.
Para los históricos del PJ, es una versión “disparatada”
Lorenzo Pepe, ex diputado nacional y actual secretario del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, escuchó una vez a principios de la década del ‘60 la versión de que a Eva Perón se le había practicado una lobotomía para aliviarle el sufrimiento. “Pero no me pareció creíble. En primer lugar porque era algo muy cruel para que Perón la hubiera permitido. En segundo lugar porque cuando falleció Eva ya existía la morfina, con lo que no había razón para hacer algo de esta naturaleza ”.
Más allá de las versiones y de las especulaciones, Lorenzo Pepe aseguró ayer a Clarín que no existe documentación alguna que indique que a Evita se le hizo una lobotomía. “Categóricamente, no”, insistió el ex legislador justicialista.
Pepe recordó, por ejemplo, que en el libro que escribió Jorge Alberto Taiana, ex médico Perón y Evita, no hay menciones de que se le haya realizado esa práctica a la esposa del general. “Al contrario, Taiana refiere la lucidez que tuvo Evita hasta último momento”, explica Lorenzo Pepe. Y agrega: “Taiana quedó sorprendido con que ni muriéndose ella había arriado las banderas”.
El ex diputado también descalificó a George Udvarhelyi, el neurocirujano húngaro que declaró que se le había realizado una lobotomía a Evita.
“Este hombre tenía una actitud radicalmente antiperonista. Es increíble que a 59 años de su muerte se siga revolviendo esto. La necrofilia parece perseguir a los argentinos”.
También el histórico dirigente peronista Antonio Cafiero descartó que a Eva Perón se le hubiera realizado una lobotomía. “Nunca escuchó algo así y directamente le suena disparatado”, contestaron ayer a Clarín allegados al ex gobernador bonaerense.
Cafiero era funcionario del gobierno de Perón cuando murió Evita. “Exactamente un mes antes de su muerte, Antonio fue a visitarla a la residencia presidencial. La vio muy endeble, pero con una fortaleza mental e interior que impactaba. Fue la última vez que la vio”, recordaron.
CLARIN.COM
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