Quienes estén pisando los 50 se acercan a una etapa de plenitud y satisfacción. Un estudio reciente reveló que a partir de los 18 años, el sentimiento de bienestar declina, para dar un vuelco en la “década de oro”. De los 50 en adelante, la felicidad aumenta a ritmo sostenido durante al menos 25 años.
El trabajo, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences , se basó en una encuesta realizada por Gallup en el 2008 a más de 340.000 estadounidenses de entre 18 y 85 años. Para Javier Fernández Mouján, psicólogo y profesor de Psicología del Desarrollo de la Universidad Maimónides, contribuye a esta mayor satisfacción “la estabilidad laboral, sumado a que deja de importar tanto el reconocimiento externo y empieza a pesar la sensación de cumplir con uno mismo”. Además, se aliviana el peso de las responsabilidades, el cansancio y el estrés.
“ Es como una adolescencia tardía –explica Mouján–, por ser un estado de búsqueda y creatividad que a veces se transforma en confusión, otras en impulsividad y otras en depresión”. Para muchos, la serenidad puede interrumpirse por crisis económicas y sociales, y la amenaza del desempleo. Reinsertarse en el mercado laboral causa temor. Sin embargo, Fabiana Gadow, socia de Recursos Humanos Regional de Deloitte LATCO, sostiene que hoy una persona de 50 se considera joven y emprendedora. La madurez, la perspectiva, la posibilidad de mediar entre los más jóvenes y los más añosos, la combinación entre conocimientos actualizados y vivencias, son fortalezas que, según la licenciada, enriquecen el mundo del trabajo. Cristina Mejías, especialista en Recursos Humanos, aconseja a quien esté en el ruedo establecer objetivos. “Luego, prever un entrenamiento teórico en la nueva actividad y trabajar en estrategias de marketing personal”, añade.
Con la edad también desembarcan, a veces, los problemas de salud.
Los infartos y algunos tipos de cáncer –de mama, de próstata y de colon especialmente– son más frecuentes. La mujer se acerca a la menopausia, con el descalabro orgánico que implica. Adolfo Wachs, jefe de Clínica Médica del Hospital Argerich, asegura que “en personas sin síntomas ni antecedentes, un chequeo anual con laboratorio de sangre y orina, una radiografía de tórax y un electrocardiograma son básicos”. Aconseja no fumar, beber poco alcohol, hacer regularmente actividad física, comer sano y también divertirse.
clarin.com
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