martes, 2 de agosto de 2011

Hostigamiento laboral: cuando trabajar se convierte en pesadilla

RELACIONES DIFICILES. EL HOSTIGAMIENTO SE PUEDE DAR ENTRE PARES, VENIR DE UN SUPERIOR O DE UN SUBORDINADO.
Para muchas personas, ir a trabajar se vuelve una pesadilla: son las víctimas del hostigamiento laboral. Así se conoce a las acciones de violencia psicológica, que se dan de manera reiterada (al menos una vez por semana) y durante un período prolongado (más de seis meses), por una o varias personas hacia otra con el objetivo de causarle malestar, incomodarla y eliminarla del lugar de trabajo.
Algunos países europeos realizaron estudios para determinar los índices de hostigamiento laboral. En España, por ejemplo, estimaron una prevalencia de entre el 8,8% y el 24,1% sobre el total de trabajadores activos. Si bien en la Argentina no existen estadísticas, se sabe que suele tener una alta incidencia en el ámbito de la administración pública, donde la estabilidad laboral es mayor que en las organizaciones privadas.
La licenciada Elizabeth Aranda Coria, de la Secretaría de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, hace una diferenciación clave: hostigamiento no es lo mismo que estrés laboral. “En el hostigamiento existe una intencionalidad de causar daño mediante conductas manifiestas y repetitivas, mientras que el estrés laboral es la consecuencia de una interacción desfavorable entre las características del trabajador, las condiciones del trabajo y la organización”, explica.
Aislar al empleado de sus compañeros, limitar sus contactos sociales, dificultarle la disponibilidad de las herramientas para desempeñarse, reducir o sobrecargar la ocupación o discriminarlo son algunas de las conductas hostiles que manifiesta el hostigador sobre el hostigado. Según quien lo ejerza, existen tres tipos de hostigamiento: descendente (un superior hostiga a un subordinado), horizontal (hostigador es un compañero con el mismo nivel jerárquico) y ascendente (uno o varios de los subordinados hostigan a otro con cargo jerárquico superior). “Al principio, el empleado hostigado suele no darse cuenta de cuál es la situación, ya que muchas veces el hostigamiento se efectúa de manera sutil y silenciosa.
Frente a la exigencia desmesurada, se autorreprocha y cree que es incapaz de realizar las tareas. Muchas veces se bloquea o se equivoca frente al trabajo, lo que aumenta el hostigamiento. Por otro lado, la víctima se siente aislada y desprotegida, con consecuencias importante para su salud física y emocional”, sostiene la licenciada en Psicología Eliana Vasconcelo.
Los efectos psicológicos para estos trabajadores incluyen deterioro de la autoestima, irritabilidad, hipersensibilidad, apatía, dificultad de atención y concentración, angustia, ataques de pánico y alteración de la memoria. Pero también las hay físicas: trastornos del sueño, gastritis, dolores abdominales y musculares, náuseas, temblores, colon irritable, sudoración excesiva, taquicardia y cefaleas.
“Las consecuencias en las víctimas de hostigamiento laboral provocan un mal desenvolvimiento en las tareas, lo que determina un deterioro en la calidad de vida laboral y un notable aumento de ausentismo debido a las licencias y a los accidentes que se producen en el trabajo”, dice Aranda Coria. Y agrega: “También surgen sentimientos de culpa, lo que lleva a que el individuo tenga problemas en las relaciones interpersonales tanto laborales como familiares, ya éstos dos contextos interactúan constantemente y se influyen de igual manera”.
Las personas que padecen estos inconvenientes en sus trabajos, en primer lugar deben denunciar a las autoridades de la empresa u organización que están siendo víctimas de hostigamiento, consultar con especialistas en los diferentes ámbitos involucrados (médicos, psicólogos y abogados) y, fundamentalmente, interiorizarse e informarse sobre este fenómeno.

Perfiles y consejos

Los sujetos hostigadores suelen ser inseguros personal y profesionalmente, tener alteradas las normas morales, y muestran abuso de poder, autoritarismo, rigidez intelectual y rasgos narcisistas.
Las características de las víctimas de hostigamiento son elevado sentido ético, alta capacidad intelectual y de trabajo, y posesión de competencias como iniciativa, autonomía y creatividad.
Según la licenciada en Psicología Eliana Vasconcelo, el primer paso para salir de esta situación es tomar conciencia de que se es víctima. La experta da algunas pautas: Valorar las capacidades y desarrollar la autoestima.
No confrontar. Responder de manera clara y precisa, sin dejarse llevar por la ira o la agresividad.
Hacer pública la situación y no guardarla como un secreto.
Poner límites y no responder a exigencias extremas.
Documentar las agresiones de las que se ha sido víctima. Elevar la situación al área de Recursos Humanos y solicitar un cambio de sector.
Buscar asesoramiento legal y ayuda psicológica.
Renunciar antes que ser destruido y despedido.

"Sufrí gastritis y desmayos"

Cecilia (30) es licenciada en Comercio Exterior y trabajó durante tres años en una empresa de telecomunicaciones internacional. En un momento decidió consultar con una psicóloga ya que su jefe la hacía quedarse hasta las 10 de la noche y la obligaba a llevarse a su casa trabajo que nunca lograba terminar. Además, siempre la desvalorizaba y en las evaluaciones la calificaba con muy bajo puntaje, lo cual la limitaba en su carrera.
“Me sentía aislada de mis compañeros, y ellos me hacían bromas con que era introvertida y obsesiva con el trabajo. En ese tiempo padecí trastornos del sueño, gastritis, desmayos y problemas de espalda”, cuenta. Gracias a la terapia, Cecilia tomó conciencia de que era víctima de maltratos: tras unos meses logró salir de la “pasividad” frente a las agresiones y con el tiempo retomó una nueva búsqueda laboral. “Ahora estoy en un empleo donde puedo trabajar en un clima armónico”, señala.
clarin.com

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