Evitar el exceso de sal, respetar las cuatro comidas diarias y llevar una dieta equilibrada son algunos de los consejos nutricionales para prevenir la enfermedad renal, que se caracteriza por la pérdida progresiva e irreversible de los mecanismos que permiten eliminar los deshechos y el exceso de agua de nuestro organismo. La enfermedad renal afecta a un 5% de la población mundial, cifra compatible con la cifra estimada para la Argentina, y puede conducir a la necesidad de realizar tratamiento de diálisis e incluso un trasplante de riñón en las personas afectadas.
Sus principales factores desencadenantes son la diabetes y la hipertensión arterial. De hecho, los casos diagnosticados en una etapa temprana de la enfermedad suelen ser personas con diabetes o con enfermedad cardíaca, como así también pacientes con registros familiares de antecedentes de la enfermedad, a quienes se les realizan estudios específicos para detectar complicaciones renales.
Por eso, la prevención de la diabetes y las complicaciones cardíacas juega un rol clave en el cuidado de la salud renal. La nutrición, como así también el ejercicio, son factores fundamentales para ello: una alimentación saludable ayuda a mantener la salud de los riñones por sí misma, pero también ayuda a controlar la aparición y/o agravamiento de dichas patologías.
Para el cuidado de la salud renal, la Licenciada en Nutrición Adriana Badino (MN 1123), recomienda "no agregar sal a las comidas y evitar los alimentos muy salados, como los procesados, debido a que los alimentos ya tienen el contenido de sodio necesario para el organismo". La ingesta diaria de sal no debería superar los 5 a 6 gramos por día, es decir, el equivalente a una cucharadita de té. Y, junto con una alimentación baja en sodio, "debe consumirse una abundante cantidad de agua, en lo posible dos litros diarios".
Para lograr una alimentación equilibrada y saludable, se recomienda también "incorporar a la dieta cinco porciones de frutas y verduras de distintos colores, ya que esto asegura una adecuada ingesta de vitaminas y minerales, e incorporar proteínas de alto valor biológico, contenidas en la leche, en los quesos, en los huevos y en las carnes magras. También debe evitarse el consumo de alimentos grasos, disminuyendo a su vez el consumo de azúcar y los alimentos que la contengan", concluye la doctora Badino.
Respetar las cuatro comidas diarias es fundamental. También lo es ceñirse a un límite específico de calorías diarias. Para ello, su médico nutricionista puede ayudarlo a diseñar un plan personal de alimentación que le permita mantener el peso dentro un rango saludable.
Por Juan Manuel Ríos
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