No es frecuente oír hablar de raperos de Irán, pero Salomé, de 25 años, está acostumbrada a ser una excepción. En tanto el hip-hop se vuelve cada vez más popular entre la población joven iraní (con dos tercios menores de 30 años), al régimen teocrático, que controla el lanzamiento y la presentación de música en Irán, nunca le gustó demasiado . En 2007, el gobierno denunció al rap como vulgar y obsceno . El ministro de Cultura prometió cerrar los estudios de grabación que lo producen. Pero estas restricciones nunca bastaron para silenciar a Salomé.
“Para cualquier problema que enfrentemos, siempre hay una solución”, dice con ligereza Salomé, quien empezó a crear sus propios temas en su cuarto. “Cuando empecé, hubo algún entredicho”, admite. “Pero no sé si no los habría para un hombre también”.
Mientras vivía en Irán hasta hace unos meses, Salomé se vio obligada a esquivar y eludir las duras regulaciones establecidas por sus gobernantes. Este otoño, se mudó a Japón para estudiar grabado, pero todavía sigue lanzando temas en su página de MySpace y trabajando en un álbum. Los pocos conciertos que dio tuvieron lugar en Turquía y Holanda. Pero Salomé dice que no busca solamente un público más numeroso. “Preferiría a una sola persona que comprendiera verdaderamente lo que yo digo antes que mil que simplemente quieren agitar las manos y bailar”.
Salomé descubrió el hip-hop a los 15 años. La ayudó a lidiar con sentimientos de aislamiento y alienación en una nueva cultura, tras una infancia en Turquía y Azerbaiján. Sin embargo, a pesar de hablar turco, inglés y farsi (el idioma nacional iraní), sólo rapea en este último . El farsi, dice, “es una lengua muy poética. Y la poesía es muy importante en Irán”, dice.
Salomé aclara que no todas sus canciones son políticas. “Sufrí mucho más por amor que por la política”, dice. Sin embargo, es difícil no pensar que fueron sus canciones políticas las que atrajeron la atención de los jueces del premio Libertad para Crear, un galardón internacional para el arte que promueve la justicia social. Aunque no ganó, los jueces elogiaron su coraje; coraje que es evidente en temas como “No enturbien las aguas”, escrito tras las elecciones de 2009 en las que Mahmoud Ahmadinejad retuvo su presidencia en medio de acusaciones de fraude. Pero hasta ahora Salomé ha logrado evitar la ira del gobierno, que jamás, insiste, la censuró. Y defiende ante todo el ser iraní. “Toda esta propaganda sobre la gente oprimida dará a los países occidentales más excusas si están interesados en ocuparnos. Yo veo a Irán como una familia –aunque el régimen esté gobernando al país, por lo menos es iraní”.
clarin.com
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