En Japón se suicidaron 31.560 personas en 2010, lo que equivale a que un desesperado se quitó la vida cada 16,6 minutos. Con esta cifra, el número de suicidios supera por decimotercer año consecutivo la marca de los 30 mil. En comparación con 2009, año en que se mataron 32.845 personas, el número se redujo en 1285 (3,9%). Más del 70% de los suicidas de 2010 fueron hombres.
La media nacional es un suicidio cada 20 minutos, y uno cada 15 durante las peores épocas. La Organización Mundial de la Salud sitúa a Japón como el segundo país con mayores tasas de suicidios entre los países ricos después de Rusia.
Los problemas de salud se relacionan con casi el 45% de los suicidios, sin embargo una cuarta parte de los casos fueron debidos a problemas económicos o financieros, según explicó un portavoz de la policía. En 2008 y 2009 hubo un aumento de suicidios provocados por la crisis financiera, que llevó a muchos japoneses a la bancarrota o a quedar desempleados. En enero de 2009, por ejemplo, el número de casos aumentó un 15% con respecto al mismo mes del año anterior. Un informe muestra que 11.500 personas de 60 o más años terminaron con su vida.
En Japón –que tiene 127 millones de habitantes– no hay un estigma religioso similar al de la cultura occidental. Por el contrario, se cree que al suicidarse –no importa cómo- la persona pasa a un estado más pacífico. Así, para la mayoría de los japoneses, el suicidio no conlleva ninguna condena social e incluso puede estar rodeado de cierto romanticismo trágico.
De todas maneras, el gobierno está decidido a tomar medidas para disuadir a los desesperados, y en abril del año pasado las autoridades lanzaron una campaña para la prevención de suicidios. Entre enero y junio los casos disminuyeron respecto de 2009, pero en la segunda mitad del año la tendencia no se mantuvo.
Miles de japoneses se suicidan en los rieles de los trenes. Esto causa muchos problemas a las compañías, tanto que el año pasado una de ellas pidió que se vayan a suicidar a otra línea. Cuando se suicidan de esta forma causan perjuicios económicos a las empresas, que tienen que paralizar el transito por horas.
En Tokio, durante 2008 más de 35.300 trenes tuvieron que retrasar sus operaciones por intentos de suicidio. Las compañías de trenes y subterráneos enjuician a los familiares del suicida para que paguen los perjuicios económicos ocasionados.
La media nacional es un suicidio cada 20 minutos, y uno cada 15 durante las peores épocas. La Organización Mundial de la Salud sitúa a Japón como el segundo país con mayores tasas de suicidios entre los países ricos después de Rusia.
Los problemas de salud se relacionan con casi el 45% de los suicidios, sin embargo una cuarta parte de los casos fueron debidos a problemas económicos o financieros, según explicó un portavoz de la policía. En 2008 y 2009 hubo un aumento de suicidios provocados por la crisis financiera, que llevó a muchos japoneses a la bancarrota o a quedar desempleados. En enero de 2009, por ejemplo, el número de casos aumentó un 15% con respecto al mismo mes del año anterior. Un informe muestra que 11.500 personas de 60 o más años terminaron con su vida.
En Japón –que tiene 127 millones de habitantes– no hay un estigma religioso similar al de la cultura occidental. Por el contrario, se cree que al suicidarse –no importa cómo- la persona pasa a un estado más pacífico. Así, para la mayoría de los japoneses, el suicidio no conlleva ninguna condena social e incluso puede estar rodeado de cierto romanticismo trágico.
De todas maneras, el gobierno está decidido a tomar medidas para disuadir a los desesperados, y en abril del año pasado las autoridades lanzaron una campaña para la prevención de suicidios. Entre enero y junio los casos disminuyeron respecto de 2009, pero en la segunda mitad del año la tendencia no se mantuvo.
Miles de japoneses se suicidan en los rieles de los trenes. Esto causa muchos problemas a las compañías, tanto que el año pasado una de ellas pidió que se vayan a suicidar a otra línea. Cuando se suicidan de esta forma causan perjuicios económicos a las empresas, que tienen que paralizar el transito por horas.
En Tokio, durante 2008 más de 35.300 trenes tuvieron que retrasar sus operaciones por intentos de suicidio. Las compañías de trenes y subterráneos enjuician a los familiares del suicida para que paguen los perjuicios económicos ocasionados.
elargentino.com
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