sábado, 13 de noviembre de 2010

Vivir hiperconectado también conlleva riesgos para la salud


Sebastián A. Rios
Hiperconectados, pero también hiperansiosos e hiperexpuestos a la mirada de sus pares o de quien sea que virtualmente departa con ellos en la Red. Los adolescentes que pasan mucho tiempo en Internet conectados a redes sociales como Facebook o Twitter, o que mandan inimaginables cantidades de mensajes de texto con sus teléfonos celulares tienden a presentar un riesgo elevado de conductas riesgosas, como el abuso de drogas o de alcohol, y de trastornos tales como la depresión o la anorexia.
"El uso excesivo de tecnología para la comunicación entre los adolescentes está relacionado con niveles más elevados de comportamientos que representan un riesgo para la salud", escribieron los autores de un estudio cuyas conclusiones fueron presentadas esta semana en Denver, Estados Unidos, en el 138° Encuentro Anual de la Asociación Americana de Salud Pública.
El estudio en cuestión, realizado por investigadores de la Case Western Reserve University, evaluó a más de 4000 estudiantes secundarios, de los cuales el 19,8% enviaba más de 120 mensajes de texto por día, al mismo tiempo que un 11,5% pasaba más de 3 horas inmerso en redes sociales virtuales.
Los adolescentes hiperconectados presentaban, en comparación con quienes hacían un uso no tan intensivo de Internet y el celular, un riesgo hasta un 84% más alto de consumir drogas ilegales, un 94% más alto de participar de peleas, un 69% más alto de beber alcohol en exceso.
"Tiene sentido que estas tecnologías hagan que sea más fácil que los chicos caigan en la trampa de tener que trabajar más duro para encajar", dijo al diario The New York Times el doctor Scott Frank, principal autor del estudio.
"Si están trabajando tan duro para encajar en sus redes sociales, también están tratando de encajar en otros comportamientos que son percibidos como populares, como fumar cigarrillos o beber alcohol, tener sexo o involucrarse en comportamientos adolescentes de alto riesgo", agregó Frank.
También se observaron tasas mayores de depresión, de trastornos de la alimentación, de estrés y de pensamientos suicidas entre los jóvenes que hacían un mayor uso de redes sociales y de mensajes de texto, al mismo tiempo que presentaban peores rendimientos académicos y mayor ausentismo escolar.
En la Argentina, el 16% de los 11.825.140 usuarios de Facebook tienen menos de 18 años, según el sitio de estadísticas online Facebaker.
Pero se pregunta el licenciado Miguel Espeche, coordinador del Programa de Salud Mental Barrial del hospital Pirovano, si es el abuso de Internet el origen de los problemas descriptos en el estudio, o es al revés. "Está claro que quienes tienen una tendencia a tener esos problemas, sea por cuestiones familiares o psicológicas, tienden a abusar de lo que sea y, en este caso, de los mensajes de texto y de las redes sociales", opinó.
"En todo caso, luego vendrá un fenómeno de retroalimentación, que resultará del enganche perpetuo que surge de las múltiples cosas que tientan para mantenerse online ."
Lo que sí señaló como peligroso Espeche es el modelo de aceleración neurótica que ofrecen cada vez con mayor frecuencia los mayores que viven hiperconectados, pero por motivos laborales. "Conectados permanentemente a la esfera laboral a través del Blackberry o de la computadora, se desconectan de la esfera afectiva. Los chicos pueden entrar en esa vorágine dominada por la ansiedad al copiar a los mayores", concluyó.
lanacion.com

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