Son pequeñas diferencias, casi imperceptibles, pero capaces de grandes cosas como, por ejemplo, proteger de forma natural a una persona del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Un equipo de investigadores del Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts (MGH), del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y de Harvard -todas instituciones en EEUU-, ha descubierto las peculiaridades de aquellos individuos que, a pesar de estar infectados, no desarrollan la enfermedad del sida ni necesitan medicación. Cinco aminoácidos de una proteína (la HLA) tienen la clave de todo.
Aproximadamente uno de cada 300 ciudadanos con VIH tiene un sistema inmune que es capaz de controlar por sí solo al virus. "Los llamamos controladores de elite y aunque son infrecuentes resultan muy interesantes en investigación porque si aprendemos cómo son capaces de controlar la infección podemos intentar aplicarlo al resto de infectados", señala a ELMUNDO.es Josep M Llibre, del Hospital German Trias i Pujol de Badalona, que ha participado en el estudio.
Los científicos recurren a ellos desde hace años con el fin de descubrir el porqué de su inmunidad natural, lo que podría contribuir al desarrollo de la ansiada vacuna. Ahora, un estudio que publica esta semana la revista 'Science' ofrece la respuesta.
Tras estudiar el genoma de más de 1.000 seropositivos de distintas razas considerados controladores de elite -por llevar más de 10 años con el virus sin enfermar- y compararlos con otros 2.600 infectados que han desarrollado el sida, los científicos han visto que unas pequeñas variaciones en cinco aminoácidos de la proteína HLA, encargada de avisar al sistema defensivo del organismo de la presencia de un patógeno desconocido.
"Hemos encontrado que, de los tres billones de nucleótidos que hay en el genoma humano, se cuentan con los dedos de una mano los que marcan la diferencia y permite a unos pocos individuos permanecer sanos a pesar del VIH y a otros muchos no", señala Bruce Walker, director del Instituto Ragon y uno de los coordinadores del trabajo.
Un paso para la ciencia
Aunque los investigadores han hallado más de 300 variantes que pueden estar estadísticamente relacionadas con el control del virus por parte del sistema inmune, todas ellas situadas en el cromosoma 6, que es el que codifica la proteína HLA, tan sólo las de cinco aminoácidos son especialmente relevantes.
"Ya sabíamos que los genes de la HLA tenían que ver con la capacidad de las personas para controlar el virus, pero nuestro estudio, que ha contado con la mayor participación de controladores de elite hasta la fecha, nos ha permitido adivinar dónde están exactamente estas diferencias. No nos hemos quedado sólo en la proteína específica sino que hemos llegado a las partes de la misma que son esenciales", explica a este medio Paul de Bakker, otro de los coordinadores del trabajo.
"Estamos muy ilusionados con este hallazgo porque es un paso muy importante para comprender la biología del virus y del sistema inmune, algo que no conocemos bien", añade Bakker, que reconoce que "aún faltan muchas investigaciones para que este descubrimiento se traduzca en una vacuna o para que tenga aplicación clínica, pero es un paso esencial para entender el comportamiento del VIH y luchar mejor contra él".
Según Walker, "el VIH va poco a poco revelando sus secretos, que son muchos, y acabamos de revelar uno más. Lo importante es que, aunque sigamos lejos, ahora estamos un poco más cerca de lograr prevenir la infección".
elmundo.es
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