¿Está usted atravesando un período de mala suerte? ¿Quisiera poder empezar todo de nuevo con una mejor estrella? Un templo de Tailandia puede tener la solución: matarlo todo y ensayar un funeral para que las malas influencias mueran en el proceso.
El templo Pram Manee, ubicado a unos 100 kilómetros al noreste de Bangkok realiza dos de esos rituales cada día: uno a las 9.09 de la mañana y otro a la 1:09 de la tarde.
Y ojo que aquí la puntualidad es importante porque en la tradición tailandesa el nueve es un número que trae buena suerte, que es justo lo que se busca.
Con otra estrella. Los aspirantes a un mejor destino compran por US$ 6 un ramo de flores, una manta blanca y un "equipo de mérito" (generalmente aperitivos y artículos básicos de tocador) que les dan a a los monjes que realizan la ceremonia.
Luego se colocan dentro del ataúd que les ha sido previamente asignado y empiezan a rezar para que la mala suerte se vaya y venga la buena.
Simultáneamente los monjes pasan la manta por encima del féretro, luego la voltean y hacen el recorrido inverso. Según explican, en la primera pasada la tela aleja lo malo y en la segunda retiene lo bueno.
Cumplida la ceremonia, los que ensayan el funeral se incorporan de sus ataúdes, reciben agua bendita del monje que los atiende y ya están listos para sentir el cambio de estrella, o al menos eso es lo que se espera.
Krisda Netmanee, una oficial de policía, cumplió el ritual para acabar con una serie de malos episodios laborales. "Tuve mala suerte este año. Vine a lavar mi mala suerte y a pedir por las bendiciones de las cosas buenas que vendrán", dijo a la agencia de noticias Reuters.
La muerte simbólica no parece ser tan definitiva como la verdadera, o la estrategia no es tan efectiva, a juzgar porque muchos realizan la ceremonia con regularidad. Ra Damthanin, una granjera de 62 años, aseguró que ha estado en su urna al menos seis veces porque aspira vivir muchos años mas.
lanacion.com
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