martes, 28 de junio de 2011

La moda de la ropa hecha con comida

[Fooddress]
Por Katy McLaughlin
Cuando se diseña un vestido con chocolate, hay algunas cosas que hay que tener presentes, dice Joelle Mahoney, quien creó un minivestido con pliegues con chocolate amargo y blanco que lució una modelo que se pavoneaba con él por la pasarela de un desfile de modas hace unos meses en Nueva York.
"Trata de mantener el chocolate alejado de la zona de la axila", aconseja Mahoney, quien se autodescribe como una "artista del chocolate".
Ese consejo tan esotérico es útil para quienes fabrican estilos en medio de una ola de interés por la ropa hecha con comida. El "vestido de carne" de Lady Gaga, hecho con tiras de bistec, no es más que el ejemplo de más alto perfil. El catálogo de Barneys New York para la temporada muestra modelos con cuellos de vegetales, collares de cerezas y un sombrero que consistía en un lánguido pulpo. El programa del canal Bravo "Top Chefs: sólo postres" mostró un desafío en el cual los participantes hacían ropa con puerros y galletas. Un diseñador de Los Ángeles creó un largo vestido para la actriz de cine y teatro Cloris Leachman hecho con repollos.
La ropa hecha con comida ha comenzado a popularizarse en círculos culinarios artísticos con el crecimiento de Le Salon du Chocolat, una exposición del sector que se realiza en ocho países y que incluye un desfile de moda, en el cual las prendas deben ser hechas con chocolate. Los diseños han incluido un camisón, vestidos con enormes faldas de chocolate en forma de aros y tocados carnavalescos para el cabello.
"La comida puede ser muy surrealista si se la saca de contexto", afirma el embajador creativo de Barneys New York, Simon Doonan, y menciona al artista español Salvador Dalí, que pintaba huevos y hacía esculturas con pan. "Tenemos nociones muy preconcebidas respecto a lo que debería ser la comida y que función debería cumplir", opina.
Aún así, los diseñadores enfrentan dificultades para lograr que estas prendas sigan siendo novedosas, al igual que los modelos que lucen estas sabrosas prendas.
Lady Gaga hizo que se dieran vuelta algunas cabezas —y quizás algunos estómagos— luego de aparecer hace algunos meses en la entrega de los premios de videos musicales de MTV luciendo un vestido y zapatos hechos de bistec crudo. Pero este vestido carnívoro difícilmente marque un punto de inflexión. Para una serie de fotografías denominada "Dolores del hambre" encargada por el fotógrafo Ted Sabarese en 2009, la diseñadora de prendas Ami Goodheart creó una falda de rodajas de carne vacuna cortadas con formas que parecían pétalos de flores.
Goodheart también diseñó un traje con pasta, pantalones con waffles y un vestido de cokctail, con un sombrero y una cartera que combinaban, con pan y chocolate. Dedicó una semana a aprender como hacer hombreras con challah (pan trenzado que se come en las festividades judías) y faldas con baguettes.
Un riesgo de posar para una sesión fotográfica con prendas hechas con comida, dice la modelo Bridget Ploof, que lució el atuendo hecho con pan: "Me empezó a dar hambre. El estudio olía a waffles, pasta y tocino".
[Waffle] 
Ted Sabarese
Aunque su vestido incluía croissants recién hechos, Ploof se resistió a mordisquearlos, pero robó un poco de chocolate de la mesa de coser antes de que fuera cosido sobre su vestido. Goodheart que transformó 72 waffles en un par de pantalones, dijo que comió algunos restos.
Para una pintura que fue presentada en una galería de Los Ángeles en enero, el artista Will Cotton vistió a una modelo con caramelos. Compró 9,2 kilos de caramelos duros y contrató a un estudiante de moda para que lo ayudara a transformarlos en una prenda de vestir. Cotton, que hace poco exhibió trabajos en los que aparecía gente que utilizaba pasteles como sombreros, también pintó un retrato de la cantante Katy Perry, parcialmente vestida con algodón azucarado, para su álbum más reciente.
Cada comida supone desafíos únicos. Para evitar el derretimiento, Mahoney cose bolsas térmicas que compra en el supermercado para crear un forro interno para las prendas de chocolate. Sus diseños más complicados están esculpidos sobre una malla metálica que evitar que las prendas se encorven o se quiebren. Para crear el minivestido plegado, mezcló una parte de jarabe de maíz con tres de chocolate para crear una sustancia maleable.
El diseñador de modas Wesley Nault aprendió que las alcachofas son espinosas de más de una manera cuando estaba creando un vestido de alcachofas para la sesión fotográfica de "Dolores de hambre". Sabía que cuando las alcachofas son cortadas comienzan a ponerse negras. Utilizando un viejo truco de cocineros, empapó las hojas de unas 30 alcachofas con jugo de limón antes de comenzar el proceso de seis horas de pegarlas a una prenda íntima.
En la mitad del proceso, el equipo se quedó sin alcachofas, así que un asistente corrió al supermercado para comprar más. A medida que partes del vestido comenzaban a oxidarse, el equipo se apuró a fijar las hojas con alfileres y broches para que pudiera tomarse la foto.
El vestido ayudó a subir su perfil en el negocio de la moda, afirma Naults, pero de todos modos confiesa: "No quise ver alcachofas por un buen tiempo".
La diseñadora de moda de Los Ángeles Mia Gyzander descubrió diferentes dificultades cuando creó un vestido violeta y verde con repollos para Leachman, que lo lució en un aviso para el grupo Gente a favor del Tratamiento Ético de los Animales.
"Me pareció que el color rojo violáceo quedaba realmente precioso con su tono de piel", sostiene Gyzander. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que "las hojas externas son más grandes y flexibles pero las internas son más pequeñas y se desmenuzan. Les tomó a tres personas 10 horas seleccionar las hojas más grandes de 70 plantas de repollo y coserlas.
El Salon du Chocolat, inaugurado en París en 1995, ahora también se realiza en España, Estados Unidos, Japón, China, Egipto, Italia y Rusia. Siempre comienza con un desfile de modas con prendas de chocolate. Los diseñadores rusos participan con entusiasmo, dice la cofundadora Sylvie Douce: en Moscú, una modelo lució un vestido con una manga de rosas de chocolate y un tocado con seis velas encendidas. Un diseñador en Egipto creó un vestido que se veía como una túnica de antiguos gobernantes.
Algunos diseñadores dicen que han tenido que abandonar las esperanzas de preservar sus obras luego de que la comida comenzara a echarse a perder. Gyzander y Nault vieron cómo se marchitaban sus vestidos vegetales una hora o poco más después de las sesiones fotográficas. Mahoney intentó preservar su primera prenda de chocolate, un disfraz de pirata, con un barniz con sabor a limón, un spray comestible que utilizan los panaderos. Aún así, el chocolate al final se desintegró y tuvo que tirarlo a la basura.
Goodheart, que hizo la falda de carne, señala que nunca se vio tentada a transformarla en tiras de carne con conservantes. "Las prendas son como una especie de extensión de arte en vivo", sostiene. Todo lo que quedó después de la sesión de fotos, dice, fueron unas pocas bolsas de comida.
wsj.com

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