Veronica Smink
Ahora, el país más poblado de América Latina quiere incluir el concepto de la felicidad en su mismísima Constitución.
La Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía del Senado brasileño aprobó a fines de 2010 una enmienda constitucional para que se incluya la "búsqueda de la felicidad" como un derecho establecido.
Se espera que el Senado vote sobre el tema en los próximos meses.
La iniciativa es impulsada por la organización no gubernamental Movimiento Más Feliz, que se inspiró en una propuesta lanzada en 2009 por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, para crear un índice alternativo al Producto Interno Bruto (PIB) para medir el bienestar de una nación.
El indicador adoptado por Francia está basado en un estudio de dos Premio Nobel en Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz y el indio Amartya Sen, y contempla valores inmateriales como la calidad del sistema de salud, del transporte público y de la educación para medir el progreso.
Otros países, como el Reino Unido, también anunciaron proyectos para medir el bienestar de sus ciudadanos. En tanto, naciones como Japón y Corea del Sur ya incluyen el derecho a la felicidad en sus constituciones, mientras que Estados Unidos estableció el concepto en su Declaración de Independencia, de 1776.
Según Juliana Peixoto, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), para la mayoría de los brasileños la felicidad no está asociada con esos derechos sino que es una cualidad intrínseca, que va más allá de la posición social o económica.
"Es parte de la idiosincrasia: ser feliz en cualquier situación en la que estés", le explicó a BBC Mundo.
Es quizás por eso que el senador y ex ministro de Educación bajo el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, Cristovam Buarque, -autor de la enmienda- consideró importante establecer ese vínculo, para ayudar a la población a tener una noción más concreta de sus derechos.
"Los derechos sociales son algo abstracto para el individuo. El derecho a la educación es un concepto abstracto, pero el derecho a buscar la felicidad por medio de la educación comienza a interiorizar el derecho social", aseguró.
Buarque, del Partido Democrático Laborista, aclaró que la enmienda no busca garantizar por ley la felicidad de los brasileños, porque eso sería imposible, pero propone "el derecho a buscar la felicidad por medio de la educación, la salud, la seguridad".
En su opinión, la propuesta además "compromete a los gobiernos y a los Estados a asegurar los derechos sociales del pueblo".
Según un sondeo realizado en 2008 por el Instituto Gallup World Poll y presentado por la Fundación Getulio Vargas (FGV), la felicidad de los brasileños es superior a su PIB.
La encuesta también mostró que los brasileños de entre 15 y 29 años tenían mayor esperanza de ser felices durante los próximos cinco años que los jóvenes del resto del mundo.
Para muchos observadores, el fuerte crecimiento económico que experimentó el país durante la última década ha aumentado los niveles de optimismo entre la población.
Erasto Almeida, analista brasileño de la consultora internacional Eurasia Group, le dijo a BBC Mundo que este crecimiento también generó una nueva clase media más consciente de sus derechos sociales.
"En la medida que más gente sale de la pobreza, cada vez hay más personas preocupadas por cuestiones menos inmediatas, como la salud, la educación y la seguridad", señaló.
El abogado Renato Pacca escribió en un blog en el sitio online del diario O Globo que la felicidad es individual y subjetiva, y por lo tanto su búsqueda no debería ser un derecho constitucional.
"Es evidente que el Estado brasileño debe cumplir con sus obligaciones, pero entretanto no necesita prometer el cielo y la tierra y podar la independencia del individuo en busca de su propia felicidad", consideró.
La Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía del Senado brasileño aprobó a fines de 2010 una enmienda constitucional para que se incluya la "búsqueda de la felicidad" como un derecho establecido.
Se espera que el Senado vote sobre el tema en los próximos meses.
La iniciativa es impulsada por la organización no gubernamental Movimiento Más Feliz, que se inspiró en una propuesta lanzada en 2009 por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, para crear un índice alternativo al Producto Interno Bruto (PIB) para medir el bienestar de una nación.
El indicador adoptado por Francia está basado en un estudio de dos Premio Nobel en Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz y el indio Amartya Sen, y contempla valores inmateriales como la calidad del sistema de salud, del transporte público y de la educación para medir el progreso.
Otros países, como el Reino Unido, también anunciaron proyectos para medir el bienestar de sus ciudadanos. En tanto, naciones como Japón y Corea del Sur ya incluyen el derecho a la felicidad en sus constituciones, mientras que Estados Unidos estableció el concepto en su Declaración de Independencia, de 1776.
¿Qué da felicidad?
La propuesta brasileña es que los derechos sociales, que están enumerados en el sexto artículo de la Constitución, sean considerados esenciales para la "búsqueda de la felicidad". El párrafo modificado rezaría así: "Son derechos sociales, esenciales para la búsqueda de la felicidad, la educación, la salud, la alimentación, el trabajo, la habitación, el descanso, la seguridad social, la protección a la maternidad y a la infancia y la asistencia a los desamparados".
"Es parte de la idiosincrasia: ser feliz en cualquier situación en la que estés", le explicó a BBC Mundo.
Es quizás por eso que el senador y ex ministro de Educación bajo el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, Cristovam Buarque, -autor de la enmienda- consideró importante establecer ese vínculo, para ayudar a la población a tener una noción más concreta de sus derechos.
"Los derechos sociales son algo abstracto para el individuo. El derecho a la educación es un concepto abstracto, pero el derecho a buscar la felicidad por medio de la educación comienza a interiorizar el derecho social", aseguró.
Buarque, del Partido Democrático Laborista, aclaró que la enmienda no busca garantizar por ley la felicidad de los brasileños, porque eso sería imposible, pero propone "el derecho a buscar la felicidad por medio de la educación, la salud, la seguridad".
En su opinión, la propuesta además "compromete a los gobiernos y a los Estados a asegurar los derechos sociales del pueblo".
Cambios sociales
En la medida que más gente sale de la pobreza, cada vez hay más personas preocupadas por cuestiones menos inmediatas, como la salud, la educación y la seguridad
Erasto Almeida, Eurasia Group
La encuesta también mostró que los brasileños de entre 15 y 29 años tenían mayor esperanza de ser felices durante los próximos cinco años que los jóvenes del resto del mundo.
Para muchos observadores, el fuerte crecimiento económico que experimentó el país durante la última década ha aumentado los niveles de optimismo entre la población.
Erasto Almeida, analista brasileño de la consultora internacional Eurasia Group, le dijo a BBC Mundo que este crecimiento también generó una nueva clase media más consciente de sus derechos sociales.
"En la medida que más gente sale de la pobreza, cada vez hay más personas preocupadas por cuestiones menos inmediatas, como la salud, la educación y la seguridad", señaló.
No todos están de acuerdo
No obstante, algunos críticos de la propuesta para enmendar la Constitución consideran que si bien esos derechos sociales son importantes, es imposible aseverar que su obtención garantizará la felicidad.El abogado Renato Pacca escribió en un blog en el sitio online del diario O Globo que la felicidad es individual y subjetiva, y por lo tanto su búsqueda no debería ser un derecho constitucional.
"Es evidente que el Estado brasileño debe cumplir con sus obligaciones, pero entretanto no necesita prometer el cielo y la tierra y podar la independencia del individuo en busca de su propia felicidad", consideró.
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