domingo, 27 de febrero de 2011

Gadafi, en estado paranoico

El dictador, en una imagen de archivo. | AP

"Es evidente que los jóvenes -los sublevados- están drogados. Ninguna persona racional cuestionaría mi mandato" o "Soy el líder de la revolución. No tengo que dimitir. Moriré como mártir" son sólo dos de las perlas que Muamar el Gadafi, el líder libio desde hace 41 años, ha soltado en sus últimas apariciones públicas televisadas. Dos afirmaciones que se cree a pies juntillas y que adereza con unos ademanes histriónicos, una puesta en escena más que estudiada y un lenguaje iracundo.
Unas características que para los psiquiatras denotan claramente una personalidad paranoide. "Sin ninguna duda, su discurso en una tarima improvisada con el fondo de su palacio tiroteado, rápido y lleno de cólera irracional tiene todos los rasgos de atender a una persona que presenta un cuadro paranoide activo en el final de su evolución", reconoce a ELMUNDO.es José Cabrera, Psiquiatra Forense y Autor del libro 'La salud mental y los políticos'.
Coincide Jesús de la Gándara, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, que añade que el líder libio "presenta un cuadro claramente patológico, un estado paranoico que le hace incapaz de aceptar cualquier crítica o duda sobre su persona". Para Cabrera "Muamar está convencido de que tiene la razón y es el resto el que está equivocado. Piensa que todo es un complot y que los sublevados lo hacen por odio y rencor contra su persona. A lo largo de los años se ha fabricado un mundo egocéntrico, rígido, intolerante y totalmente narcisista, al que si sumamos petróleo y gas da una idea del polvorín en el que vive Libia ahora mismo".
No se trata sólo de un paranoico, sino de un paranoico con éxito y poder, que resulta mucho más peligroso porque puede dar rienda suelta a sus creencias de superioridad, a su narcisismo y a sus miedos. Porque eso sí, estas personalidades viven con un temor constante. "Gadafi sufre lo que en psiquiatría se conoce como un desarrollo patológico de la personalidad. Sufre de manía persecutoria y es desconfiado y suspicaz con todos los que le rodean. Piensa que le quieren matar y que sus enemigos intentarán acabar con él en cualquier momento y en cualquier lugar", indica Gándara.
Sus extravagancias -la querencia por dormir en tiendas beduinas esté donde esté, custodiado por guardaespaldas femeninas, los ropajes cada vez más excesivos, su harén de enfermeras ucranianas, etc.- no hacen más que acrecentar esta personalidad narcisista y poderosa. "Sus ademanes y locuciones denotan una personalidad rígida y egocéntrica mientras que el lenguaje compulsivo y entrecortado es propio de los paranoides y de personas megalomaniacas", explica José Cabrera. Su insistencia en hablar en tercera persona para referirse a sí mismo indica sus aires de grandeza. "Es el uso del nos mayestático, como hacían antiguamente los reyes", señala Gándara.

Sin salida posible

Ambos expertos destacan que "es imposible que Gadafi dé su brazo a torcer o que ceda a las presiones ni de su pueblo ni de otros líderes internacionales. No hay manera de cambiar sus ideas, ni siquiera funcionan los fármacos en esta gente", afirma el psiquiatra del complejo asistencial de Burgos.
"No tiene salida con su personalidad y sus circunstancias, no entra en su pensamiento ni la posibilidad de rendirse, ni exiliarse ni suicidarse, todo apunta a que luchará con los 'fieles' hasta la muerte a no ser que sea asesinado antes por alguno de ellos en un acto de desesperación", puntualiza el forense. "Su única salida es la muerte", reconocen ambos expertos, pero también subrayan que estas personalidades no se suicidan, "a no ser que pierda todo el poder y entre en un estado depresivo grave", matiza Gándara.
"Yo creo que Gadafi en estos momentos es una persona enferma y trastornada, aislada de la realidad, desesperada y confusa cuyo diagnostico ya poco importa a estas alturas", admiten los psiquiatras.

Parecidos razonables

En cuanto a parecidos con otros líderes, Cabrera apunta que "su cara inexpresiva recuerda mucho a la que tenía en sus últimos días Saddam Hussein, nada que ver con Mubarak y sí por el contrario muy similar también al líder norcoreano Kim Jong-Il".
Para Enrique González Duro, psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Gadafi tiene un perfil similar al de Pol Pot -el dictador de Camboya que causó uno de los más grandes genocidios de la historia-, "pero sin ideología política".
Prueba de ello es, según este especialista, su Libro verde, una obra política de tres volúmenes escrita por el líder entre 1975 y 1979 en la que se exponen las ideas de su pensamiento político. "Los que lo han leído comentan que es una sarta de estupideces carentes de sentido".
El doctor González Duro cree que los días de Gadafi están contados, aunque subraya que la idea del mandatario es "traspasar el poder a su hijo, un descendiente que puede llegar a ser más peligroso que su padre, porque se ha educado en la cima".
elmundo.es

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