martes, 8 de febrero de 2011

Criticar al jefe en Facebook no es motivo de despido

Las empresas de Estados Unidos tendrán que pensárselo dos veces antes de echar a un empleado por verter comentarios negativos sobre su compañía o sus superiores en Facebook y otras redes sociales. El caso de una trabajadora que fue despedida por criticar a su jefe en Facebook, que ha levantado una gran expectación en el país, se ha saldado a su favor.
Los hechos se remontan al año pasado. Dawmarie Souza trabajaba para una empresa de ambulancias en el Estado de Connecticut. Un supervisor le pidió que explicara en un informe cómo había actuado después de que un cliente se quejase de su trabajo. La empresa le negó representación sindical para su defensa. Al llegar a casa Souza se conectó a Facebook y escribió: "Parece que me van a dar tiempo libre. Me encanta que la empresa permita a un 17 ser supervisor". El número 17 es un mensaje en clave que la compañía usa para referirse a los pacientes psiquiátricos. Este comentario fue respaldado por varios compañeros de Souza en la red social. Tras este episodio, la mujer fue despedida.
La Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés), una agencia independiente del Gobierno estadounidense que investiga y corrige prácticas laborales que considera injustas, demandó a American Medical Response, la compañía en la que trabajaba Souza, en octubre de 2010. La agencia adujo que los comentarios de Souza forman parte del derecho de expresión protegido por las leyes laborales, que permiten a los empleados hablar sobre los términos y condiciones de su trabajo con compañeros y otras personas. American Medical Response, por su parte, sostuvo que el motivo del despido no habían sido los comentarios negativos, sino las quejas de los clientes sobre la empleada.
La disputa ha llegado hoy a su fin con un acuerdo extrajudicial del que no han trascendido todos los detalles. La NLRB ha informado en un comunicado de que la empresa ha accedido a modificar sus reglas de forma que no restrinjan indebidamente los derechos de sus empleados, como el de discutir sus salarios, horarios y condiciones laborales con compañeros y otras personas fuera de la oficina. Asimismo, la compañía se compromete a no penalizar o despedir a sus trabajadores por participar en conversaciones de este tipo, a no negarles representación sindical y a no amenazarles con medidas disciplinarias por querer sindicarse.
El caso de Souza ha despertado una gran expectación en EE UU al servir como una especie de barómetro para determinar cuán lejos pueden ir los empleados a la hora de realizar comentarios laborales desde sus ordenadores fuera de la oficina en las redes sociales.
Las redes sociales son armas de doble filo: ayudan a encontrar empleo, pero también a perderlo. Las empresas las usan como una herramienta para obtener información sobre los candidatos y, en ocasiones, directamente para despedir. Chelsea Taylor, adolescente inglesa de 16 años, que trabajaba en una tienda de galletas los fines de semana, fue despedida por su inmediato superior con un mensaje colgado en su muro de Facebook. Y una empleada de Nationale Suisse, de baja maternal, conectarse a la red social fue suficiente para perder su empleo.
La capacidad de las redes sociales para arruinar vidas será tratado en un documental de la Universidad de Bradford (Gran Bretaña), que buscan candidatos a contar públicamente sus miserias en el grupo Fired by Facebook en la propia red social.
elpais.com

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