Jimena Cabrera se convirtió en una nodriza moderna casi por casualidad. Su segunda hija, Julia, nació prematura y con un peso de 1.300 gramos. La bebé tuvo que pasar casi dos meses internada en un sanatorio de Palermo. Ante esa situación, y conociendo los beneficios de la lactancia materna, Jimena empezó a sacarse leche todos los días para dársela a su hija a través de una sonda. “Como tenía mucha cantidad y ella tomaba muy poquito, a veces tiraba hasta un litro de leche por día. Me daba mucha lástima porque en el sanatorio veía a mamás que no podían amamantar. Ahí nació la inquietud acerca de si yo podía dar mi leche a otro bebé”, explicó Jimena a PERFIL.
A través de una enfermera, se enteró del trabajo del Banco de Leche Humana (BLH) del Hospital San Martín de La Plata, donde desde 2007 se recolecta, procesa y distribuye leche para nutrir a niños que no pueden ser amamantados por sus propias madres. Sin dudarlo se convirtió en donante. Hoy Jimena tiene a su hija de seis meses en casa pero todavía ayuda con su lactancia a que el BLH alimente a unos 300 recién nacidos al año, sobre todo prematuros y niños con infecciones o alergias. “Para mí es un orgullo poder hacer algo desde mi lugar para que estos chiquitos se puedan fortalecer y lograr tener mayor inmunidad. Muchas mamás no saben que existe esta posibilidad de donar leche y ayudar a salvar vidas”, se emocionó Jimena durante la charla.
Prioridad. Según la OMS, cuando una mamá no puede amamantar a su hijo, la leche pasteurizada de madres donantes seleccionadas es la siguiente opción para la alimentación, sobre todo si se trata de niños con bajo peso al nacer. Esto es gracias a que la leche materna tiene una alta capacidad nutritiva y protege al niño contra alergias, diarreas y enfermedades respiratorias severas (ver recuadro). “En tres años hemos alimentado a más de 650 bebés prematuros evitándoles infecciones graves como la sepsis neonatal y la enterocolitis necrotizante –una enfermedad intestinal grave– y de esta forma hemos mejorado la sobrevida”, afirmó Gustavo Sager, director del BLH del Hospital San Martín de La Plata, donde han recibido 2.500 litros de leche fruto de más de mil donaciones.
Además de banco del Hospital San Martín, hoy funcionan otros dos BLH en el país: en la Maternidad Sardá de la Ciudad de Buenos Aires y en el Hospital Julio Perrando de Resistencia, Chaco. El primero se puso en marcha en abril del año pasado. “Hasta junio trabajamos sólo con las donaciones internas: mamás que dieron a luz en el hospital, tenían mucha leche y daban el excedente para los bebés en riesgo. Pero a partir de julio empezamos a recibir donaciones externas; ya tenemos acuerdos con sanatorios privados y el Hospital Fernández”, dijo Odelza Vega, coordinadora del BLH de la Maternidad Sardá, donde se producen ocho mil partos anuales (de un 20% de los cuales nacen niños que deben internarse en neonatología por diversas causas).
Altruismo. María Gabriela Cardozo es otra de las mamás solidarias que donan su excedente de leche para que sea fuente de nutrición de otros recién nacidos. Hace tres meses tuvo a Pietro y a través de una amiga enseguida se puso en contacto con el BLH del Hospital Julio Perrando de Resistencia, Chaco, para donar, en promedio, un litro de leche por día. “Una vez por semana vienen a retirar la leche que tengo guardada en el freezer y me entregan los frasquitos vacíos para recolectarla”, le contó María Gabriela a este diario por teléfono. Y destacó la facilidad de realizar la donación, ya que no necesita salir de su casa. “Donar la leche a mí no me cuesta nada, y me hace sentir muy bien el hecho de poder ayudar a otros bebés como mi hijo”, agregó.
El BLH de Chaco funciona desde marzo de 2009 y nació como una necesidad para mejorar la alimentación de los recién nacidos. “Como centro de derivación, recibimos niños de zonas alejadas de Resistencia que muchas veces llegan sin su mamá porque está internada o enferma. Así, observamos que un grupo importante de bebés no tenía la oportunidad de alimentarse con leche materna. El banco es una buena alternativa para que los prematuros reciban los nutrientes necesarios”, explicó Carlos Posse, coordinador del BLH del Hospital Perrando.
Los expertos coincidieron en que hacen falta más donantes para continuar con la importante labor de los bancos. Por eso en los hospitales se llevan a cabo campañas bajo el lema “Donar leche es donar vida”. Para que en el país haya más mamás de leche como Jimena y María Laura.
¿Tiene los mismos efectos?
¿Sirve darle a un bebé la leche de otra madre? Esta es la pregunta que llevó a un grupo de investigadores de la Fundación Infant a comenzar un estudio en las provincias de Chaco y Corrientes para evaluar el rol de la leche humana de los bancos en la prevención de infecciones agudas, como la bronquiolitis o la neumonía, en los prematuros.
“Uno de los temas más serios es definir cuánto y a quiénes beneficia más el Banco de Leche Humana (BLH). Está demostrado que la leche de madre donante previene la enterocolitis necrotizante, una enfermedad intestinal grave que padecen los prematuros. Lo que nosotros pensamos y vamos a tratar de demostrar es que los beneficios se pueden extender mucho más allá de la internación del prematuro”, explicó Fernando Polack, director de Infant. Para esto la Fundación inició una investigación en el BLH del Hospital Julio Perrando, con el apoyo de varias empresas privadas.
El objetivo del proyecto será saber si la leche de madre donante puede prevenir la bronquiolitis en un 90%. “Esto permitiría generar un mecanismo de protección contra las enfermedades respiratorias agudas y disminuir la severidad y cantidad de internaciones de bebés con bajo peso al nacer”, concluyó Polack, quien destacó la calidad del trabajo del BLH del Hospital Perrando.
diarioperfil.com.ar
A través de una enfermera, se enteró del trabajo del Banco de Leche Humana (BLH) del Hospital San Martín de La Plata, donde desde 2007 se recolecta, procesa y distribuye leche para nutrir a niños que no pueden ser amamantados por sus propias madres. Sin dudarlo se convirtió en donante. Hoy Jimena tiene a su hija de seis meses en casa pero todavía ayuda con su lactancia a que el BLH alimente a unos 300 recién nacidos al año, sobre todo prematuros y niños con infecciones o alergias. “Para mí es un orgullo poder hacer algo desde mi lugar para que estos chiquitos se puedan fortalecer y lograr tener mayor inmunidad. Muchas mamás no saben que existe esta posibilidad de donar leche y ayudar a salvar vidas”, se emocionó Jimena durante la charla.
Prioridad. Según la OMS, cuando una mamá no puede amamantar a su hijo, la leche pasteurizada de madres donantes seleccionadas es la siguiente opción para la alimentación, sobre todo si se trata de niños con bajo peso al nacer. Esto es gracias a que la leche materna tiene una alta capacidad nutritiva y protege al niño contra alergias, diarreas y enfermedades respiratorias severas (ver recuadro). “En tres años hemos alimentado a más de 650 bebés prematuros evitándoles infecciones graves como la sepsis neonatal y la enterocolitis necrotizante –una enfermedad intestinal grave– y de esta forma hemos mejorado la sobrevida”, afirmó Gustavo Sager, director del BLH del Hospital San Martín de La Plata, donde han recibido 2.500 litros de leche fruto de más de mil donaciones.
Además de banco del Hospital San Martín, hoy funcionan otros dos BLH en el país: en la Maternidad Sardá de la Ciudad de Buenos Aires y en el Hospital Julio Perrando de Resistencia, Chaco. El primero se puso en marcha en abril del año pasado. “Hasta junio trabajamos sólo con las donaciones internas: mamás que dieron a luz en el hospital, tenían mucha leche y daban el excedente para los bebés en riesgo. Pero a partir de julio empezamos a recibir donaciones externas; ya tenemos acuerdos con sanatorios privados y el Hospital Fernández”, dijo Odelza Vega, coordinadora del BLH de la Maternidad Sardá, donde se producen ocho mil partos anuales (de un 20% de los cuales nacen niños que deben internarse en neonatología por diversas causas).
Altruismo. María Gabriela Cardozo es otra de las mamás solidarias que donan su excedente de leche para que sea fuente de nutrición de otros recién nacidos. Hace tres meses tuvo a Pietro y a través de una amiga enseguida se puso en contacto con el BLH del Hospital Julio Perrando de Resistencia, Chaco, para donar, en promedio, un litro de leche por día. “Una vez por semana vienen a retirar la leche que tengo guardada en el freezer y me entregan los frasquitos vacíos para recolectarla”, le contó María Gabriela a este diario por teléfono. Y destacó la facilidad de realizar la donación, ya que no necesita salir de su casa. “Donar la leche a mí no me cuesta nada, y me hace sentir muy bien el hecho de poder ayudar a otros bebés como mi hijo”, agregó.
El BLH de Chaco funciona desde marzo de 2009 y nació como una necesidad para mejorar la alimentación de los recién nacidos. “Como centro de derivación, recibimos niños de zonas alejadas de Resistencia que muchas veces llegan sin su mamá porque está internada o enferma. Así, observamos que un grupo importante de bebés no tenía la oportunidad de alimentarse con leche materna. El banco es una buena alternativa para que los prematuros reciban los nutrientes necesarios”, explicó Carlos Posse, coordinador del BLH del Hospital Perrando.
Los expertos coincidieron en que hacen falta más donantes para continuar con la importante labor de los bancos. Por eso en los hospitales se llevan a cabo campañas bajo el lema “Donar leche es donar vida”. Para que en el país haya más mamás de leche como Jimena y María Laura.
¿Tiene los mismos efectos?
¿Sirve darle a un bebé la leche de otra madre? Esta es la pregunta que llevó a un grupo de investigadores de la Fundación Infant a comenzar un estudio en las provincias de Chaco y Corrientes para evaluar el rol de la leche humana de los bancos en la prevención de infecciones agudas, como la bronquiolitis o la neumonía, en los prematuros.
“Uno de los temas más serios es definir cuánto y a quiénes beneficia más el Banco de Leche Humana (BLH). Está demostrado que la leche de madre donante previene la enterocolitis necrotizante, una enfermedad intestinal grave que padecen los prematuros. Lo que nosotros pensamos y vamos a tratar de demostrar es que los beneficios se pueden extender mucho más allá de la internación del prematuro”, explicó Fernando Polack, director de Infant. Para esto la Fundación inició una investigación en el BLH del Hospital Julio Perrando, con el apoyo de varias empresas privadas.
El objetivo del proyecto será saber si la leche de madre donante puede prevenir la bronquiolitis en un 90%. “Esto permitiría generar un mecanismo de protección contra las enfermedades respiratorias agudas y disminuir la severidad y cantidad de internaciones de bebés con bajo peso al nacer”, concluyó Polack, quien destacó la calidad del trabajo del BLH del Hospital Perrando.
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