Paula Urien
LA NACION
El ingeniero Adrián Guevara fue contratado en países como Sudáfrica, Angola, Kenya, Tanzania y Nigeria para hacer proyectos de prefactibilidad en el área de cultivos. "Hay varios países de Africa que están atrasados 30 años con respecto a la Argentina en agroquímicos, semillas, fertilizantes y know how en general." Su idea es ayudar a que la región pase de una agricultura de subsistencia a otra que sea productiva con saldo exportable a través de cultivos en grandes extensiones.
"Hay obstáculos que desde este lado del océano no imaginamos, por ejemplo en Angola, en tierras cultivables al ciento por ciento, existen minas de explosivos producto de las incesantes guerras en la región", explica el ingeniero. Poco a poco, confía en que el asesoramiento en temas que desde la Argentina se manejan fluidamente ayuden al desarrollo en el continente africano, que es el que más potencial tiene en términos de desarrollo agroindustrial.
Guevara es sólo uno de los tantos profesionales argentinos en materia agroalimentaria buscados en el exterior. Sucede que las sucesivas crisis económicas y también climáticas vividas por el país hacen que, al haberlas sobrellevado con éxito, el país sea un punto de referencia para otros con problemas similares. Así sucedió en el ámbito de los recursos humanos relacionados con finanzas, que fueron, y todavía son, muy consultados por países que sufren las consecuencias del reciente crac mundial, y también sucede en toda la cadena agroindustrial.
Los argentinos pisan fuerte no sólo por tradición, condiciones climáticas y de suelo, y know how . Los profesionales de estas áreas son buscados porque suelen estar a la vanguardia en materia de innovación. Según Ernesto Ambrosetti, director del departamento de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, esto es así porque el productor argentino es el que más incorpora tecnología. "En este país nunca se dio una política para el agro que brinde previsibilidad y tranquilidad. También sufrimos las trabas a la exportación a lo largo de la historia. Y hay que agregar que se compite en el mundo con productores subsidiados. Entonces, el productor argentino sabe que si no es altamente productivo, dinámico e innovador, termina desapareciendo", sostiene.
Es decir, en un país con vaivenes políticos y económicos, y sin subvenciones del Estado para el agro, hay que salir adelante logrando que el suelo rinda al máximo. Y se logra. Y el resto del mundo lo sabe. Por ello son referentes tanto en granos como en productos derivados, maquinaria y carnes. En un mundo en donde los precios de las commodities suben y suben, es lógico que las miradas se vuelvan hacia profesionales probados en la materia.
Como ejemplo de desarrollo, según datos de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), la Argentina es el tercer productor mundial de poroto de soja, después de Estados Unidos y Brasil. La superficie plantada pasó de 7,2 millones de hectáreas en 1997 a 16,6 millones en 2008. En este escenario, se adoptaron variantes como la semilla genéticamente modificada que posibilita el uso de menos agroquímicos y la siembra directa, que permitieron reducir costos y aumentar rindes.
Managers en alza
"Los managers argentinos son bien reconocidos en el exterior por su capacidad de liderar organizaciones agrícolas complejas", dice el empresario agrícola Gustavo Grobocopatel, presidente del poderoso Grupo Los Grobo, con base en Carlos Casares, a 312 kilómetros de la Capital.
Prueba de ello es Raúl Padilla, hoy número dos mundial de Bunge, compañía fundada en 1818 en Holanda, y en 1884 en la Argentina, por Ernest Bunge. Hoy es una empresa que cotiza en la Bolsa de acciones de Nueva York y que en el nivel mundial emplea a 35.000 personas. Otro ejemplo es Ciro Echesortu, líder de otra de las principales cerealeras en el nivel mundial, Louis Dreyfus, presente en 53 países y que data de 1851.
Grobocopatel, apasionado por el management y un conferencista muy buscado en seminarios de actualización, sabe de qué habla. El grupo que lidera, con 1000 empleados, siembra en la Argentina 100.000 hectáreas y en Brasil, 70.000. También tiene negocios en Uruguay y Paraguay. "El know how argentino está vinculado con la capacidad de gerenciar competitivamente vastas superficies agrícolas. Argentina no sólo puede vender productos como soja y otros alimentos, podemos vender también servicios, como el asesoramiento. También se amplían las posibilidades de venta de nuevos productos, como maquinaria, agroinsumos y nuevas tecnologías, entre otros", afirma.
Viajar para asesorar
Head hunters , consultoras y también Cancillería, que recibe pedidos de países extranjeros, más otros organismos como el INTA, se ocupan de reclutar profesionales argentinos para el exterior. Básicamente, se busca a ingenieros agrónomos, zootécnicos y profesionales capacitados en tecnologías innovadoras y maquinarias.
Uno de ellos es Ernesto Ambrosetti, quien suele dar conferencias y charlas en países como España, Brasil, México y Dinamarca. Reafirma que en diversos países del mundo hoy quieren adquirir rápidamente tecnología y aumentar productividad. Entre ellos, Ucrania, Kazakhstán, Rusia y Sudáfrica ."Y hay importante cantidad de recursos humanos argentinos en Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Son profesionales que ayudan a las empresas a desarrollarse. Además, ante la situación poco amigable en la Argentina para invertir, hay capitales nacionales que buscan otras tierras en otros países y se llevan a sus gente."
Daniel Rearte, técnico de INTA Balcarce y coordinador nacional del programa nacional de carne y leche para la entidad, también suele viajar al exterior para asesorar. "No podemos olvidar las rispideces que se generan dentro del país en temas del agro, pero no son suficientes para que la Argentina pierda imagen en el exterior. Hoy estamos bien posicionados", afirma este ingeniero que ha brindado su expertise en Rusia, China, y Uruguay, entre otros países.
LAS CLAVES
Países con alta demanda
Kazakhstán, Ucrania, Rusia, los del centro y sur de Africa son algunos de los que más demandan. En la región, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Venezuela y Colombia.
Perfiles en la mira
Ingenieros agrónomos o carreras afines, zootécnicos y quienes trabajan con tecnologías innovadoras, como la agricultura de precisión, son los más requeridos.
Quiénes realizan las búsquedas
Representantes del extranjero se contactan con Cancillería y con diferentes organismos como el INTA. También head hunters y consultoras.
El plus argentino
Se valora el alto nivel de especialización de los profesionales del agro y su liderazgo en tecnologías como las semillas genéticamente modificadas, la doble cosecha y la maquinaria.
lanacion.com
LA NACION
El ingeniero Adrián Guevara fue contratado en países como Sudáfrica, Angola, Kenya, Tanzania y Nigeria para hacer proyectos de prefactibilidad en el área de cultivos. "Hay varios países de Africa que están atrasados 30 años con respecto a la Argentina en agroquímicos, semillas, fertilizantes y know how en general." Su idea es ayudar a que la región pase de una agricultura de subsistencia a otra que sea productiva con saldo exportable a través de cultivos en grandes extensiones.
"Hay obstáculos que desde este lado del océano no imaginamos, por ejemplo en Angola, en tierras cultivables al ciento por ciento, existen minas de explosivos producto de las incesantes guerras en la región", explica el ingeniero. Poco a poco, confía en que el asesoramiento en temas que desde la Argentina se manejan fluidamente ayuden al desarrollo en el continente africano, que es el que más potencial tiene en términos de desarrollo agroindustrial.
Guevara es sólo uno de los tantos profesionales argentinos en materia agroalimentaria buscados en el exterior. Sucede que las sucesivas crisis económicas y también climáticas vividas por el país hacen que, al haberlas sobrellevado con éxito, el país sea un punto de referencia para otros con problemas similares. Así sucedió en el ámbito de los recursos humanos relacionados con finanzas, que fueron, y todavía son, muy consultados por países que sufren las consecuencias del reciente crac mundial, y también sucede en toda la cadena agroindustrial.
Los argentinos pisan fuerte no sólo por tradición, condiciones climáticas y de suelo, y know how . Los profesionales de estas áreas son buscados porque suelen estar a la vanguardia en materia de innovación. Según Ernesto Ambrosetti, director del departamento de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, esto es así porque el productor argentino es el que más incorpora tecnología. "En este país nunca se dio una política para el agro que brinde previsibilidad y tranquilidad. También sufrimos las trabas a la exportación a lo largo de la historia. Y hay que agregar que se compite en el mundo con productores subsidiados. Entonces, el productor argentino sabe que si no es altamente productivo, dinámico e innovador, termina desapareciendo", sostiene.
Es decir, en un país con vaivenes políticos y económicos, y sin subvenciones del Estado para el agro, hay que salir adelante logrando que el suelo rinda al máximo. Y se logra. Y el resto del mundo lo sabe. Por ello son referentes tanto en granos como en productos derivados, maquinaria y carnes. En un mundo en donde los precios de las commodities suben y suben, es lógico que las miradas se vuelvan hacia profesionales probados en la materia.
Como ejemplo de desarrollo, según datos de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), la Argentina es el tercer productor mundial de poroto de soja, después de Estados Unidos y Brasil. La superficie plantada pasó de 7,2 millones de hectáreas en 1997 a 16,6 millones en 2008. En este escenario, se adoptaron variantes como la semilla genéticamente modificada que posibilita el uso de menos agroquímicos y la siembra directa, que permitieron reducir costos y aumentar rindes.
Managers en alza
"Los managers argentinos son bien reconocidos en el exterior por su capacidad de liderar organizaciones agrícolas complejas", dice el empresario agrícola Gustavo Grobocopatel, presidente del poderoso Grupo Los Grobo, con base en Carlos Casares, a 312 kilómetros de la Capital.
Prueba de ello es Raúl Padilla, hoy número dos mundial de Bunge, compañía fundada en 1818 en Holanda, y en 1884 en la Argentina, por Ernest Bunge. Hoy es una empresa que cotiza en la Bolsa de acciones de Nueva York y que en el nivel mundial emplea a 35.000 personas. Otro ejemplo es Ciro Echesortu, líder de otra de las principales cerealeras en el nivel mundial, Louis Dreyfus, presente en 53 países y que data de 1851.
Grobocopatel, apasionado por el management y un conferencista muy buscado en seminarios de actualización, sabe de qué habla. El grupo que lidera, con 1000 empleados, siembra en la Argentina 100.000 hectáreas y en Brasil, 70.000. También tiene negocios en Uruguay y Paraguay. "El know how argentino está vinculado con la capacidad de gerenciar competitivamente vastas superficies agrícolas. Argentina no sólo puede vender productos como soja y otros alimentos, podemos vender también servicios, como el asesoramiento. También se amplían las posibilidades de venta de nuevos productos, como maquinaria, agroinsumos y nuevas tecnologías, entre otros", afirma.
Viajar para asesorar
Head hunters , consultoras y también Cancillería, que recibe pedidos de países extranjeros, más otros organismos como el INTA, se ocupan de reclutar profesionales argentinos para el exterior. Básicamente, se busca a ingenieros agrónomos, zootécnicos y profesionales capacitados en tecnologías innovadoras y maquinarias.
Uno de ellos es Ernesto Ambrosetti, quien suele dar conferencias y charlas en países como España, Brasil, México y Dinamarca. Reafirma que en diversos países del mundo hoy quieren adquirir rápidamente tecnología y aumentar productividad. Entre ellos, Ucrania, Kazakhstán, Rusia y Sudáfrica ."Y hay importante cantidad de recursos humanos argentinos en Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Son profesionales que ayudan a las empresas a desarrollarse. Además, ante la situación poco amigable en la Argentina para invertir, hay capitales nacionales que buscan otras tierras en otros países y se llevan a sus gente."
Daniel Rearte, técnico de INTA Balcarce y coordinador nacional del programa nacional de carne y leche para la entidad, también suele viajar al exterior para asesorar. "No podemos olvidar las rispideces que se generan dentro del país en temas del agro, pero no son suficientes para que la Argentina pierda imagen en el exterior. Hoy estamos bien posicionados", afirma este ingeniero que ha brindado su expertise en Rusia, China, y Uruguay, entre otros países.
LAS CLAVES
Países con alta demanda
Kazakhstán, Ucrania, Rusia, los del centro y sur de Africa son algunos de los que más demandan. En la región, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Venezuela y Colombia.
Perfiles en la mira
Ingenieros agrónomos o carreras afines, zootécnicos y quienes trabajan con tecnologías innovadoras, como la agricultura de precisión, son los más requeridos.
Quiénes realizan las búsquedas
Representantes del extranjero se contactan con Cancillería y con diferentes organismos como el INTA. También head hunters y consultoras.
El plus argentino
Se valora el alto nivel de especialización de los profesionales del agro y su liderazgo en tecnologías como las semillas genéticamente modificadas, la doble cosecha y la maquinaria.
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