CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Los sofocos, uno de los síntomas más incómodos de la menopausia, suelen ser más frecuentes entre las mujeres obesas o con sobrepeso. Un estudio publicado en 'Archives of Internal Medicine' señala que perder unos kilos, cambiando la alimentación y haciendo ejercicio, mejora estos 'calores'.
La llegada de la menopausia -cese de las menstruaciones- conlleva una serie de cambios fisiológicos provocados por la inactividad de los ovarios que dejan de fabricar estrógenos y progesterona. Esta caída hormonal es la responsable de los síntomas típicos de esta etapa, entre los cuales están los sofocos, experimentados por más de la mitad de las mujeres.
Esta reacción vasomotora, caracterizada por un aumento de la temperatura corporal y sudores, se asocia con una disminución de la calidad de vida y la aparición de insomnio. Se pueden presentar en el periodo inmediatamente previo a la menopausia o después de la pérdida completa de la regla, y se pueden prolongar durante cinco años.
Varios estudios han confirmado que, por alguna razón, los sofocos son más frecuentes entre las mujeres con sobrepeso u obesidad. La mayor presencia de grasa periférica y visceral, así como el estilo de vida, son algunas de las causas apuntadas por los expertos, pero aún queda por esclarecer este punto.
Al margen del porqué de esta mayor presencia de los sofocos, el único remedio eficaz hasta la fecha es la terapia hormonal sustitutiva. Pero este tratamiento conlleva ciertos riesgos, especialmente cardiovasculares.
Alternativa no farmacológica
El estudio PRIDE, diseñado en realidad para evaluar el efecto de la dieta y el ejercicio sobre la incontinencia urinaria, podría haber dado con una intervención eficaz para disminuir los sofocos en las mujeres con sobrepeso. En él, investigadores de la Universidad de California en San Francisco (EEUU), enrolaron a 338 participantes pasadas de peso y les asignaron bien a un grupo intensivo para adelgazar o a uno de control.
Las 226 mujeres asignadas al primero de ellos llevaron a cabo un programa diseñado para perder entre el 7% y el 9% del peso inicial. Para ello, asistieron cada semana a una sesión en grupo de una hora de duración en la que recibieron instrucciones precisas para aumentar la actividad física y llevar una dieta baja en calorías. El resto, sólo obtuvo recomendaciones generales. La mitad, aproximadamente, admitió sentirse como mínimo algo molesta por los sofocos.
Al cabo de seis meses, entre las participantes que sufrían este síntoma, el programa intensivo "estaba asociado con un mayor descenso del peso, el índice de masa corporal y la circunferencia abdominal" y estos resultados estaban "vinculados de forma independiente a una mejora en los sofocos", recoge el estudio.
"Nuestros resultados indican que las mujeres con sobrepeso u obesidad que experimentan los molestos sofocos podrían sentir mejorías en estos síntomas después de llevar a cabo estrategias para perder peso", concluyen los autores.
elmundo.es
MADRID.- Los sofocos, uno de los síntomas más incómodos de la menopausia, suelen ser más frecuentes entre las mujeres obesas o con sobrepeso. Un estudio publicado en 'Archives of Internal Medicine' señala que perder unos kilos, cambiando la alimentación y haciendo ejercicio, mejora estos 'calores'.
La llegada de la menopausia -cese de las menstruaciones- conlleva una serie de cambios fisiológicos provocados por la inactividad de los ovarios que dejan de fabricar estrógenos y progesterona. Esta caída hormonal es la responsable de los síntomas típicos de esta etapa, entre los cuales están los sofocos, experimentados por más de la mitad de las mujeres.
Esta reacción vasomotora, caracterizada por un aumento de la temperatura corporal y sudores, se asocia con una disminución de la calidad de vida y la aparición de insomnio. Se pueden presentar en el periodo inmediatamente previo a la menopausia o después de la pérdida completa de la regla, y se pueden prolongar durante cinco años.
Varios estudios han confirmado que, por alguna razón, los sofocos son más frecuentes entre las mujeres con sobrepeso u obesidad. La mayor presencia de grasa periférica y visceral, así como el estilo de vida, son algunas de las causas apuntadas por los expertos, pero aún queda por esclarecer este punto.
Al margen del porqué de esta mayor presencia de los sofocos, el único remedio eficaz hasta la fecha es la terapia hormonal sustitutiva. Pero este tratamiento conlleva ciertos riesgos, especialmente cardiovasculares.
Alternativa no farmacológica
El estudio PRIDE, diseñado en realidad para evaluar el efecto de la dieta y el ejercicio sobre la incontinencia urinaria, podría haber dado con una intervención eficaz para disminuir los sofocos en las mujeres con sobrepeso. En él, investigadores de la Universidad de California en San Francisco (EEUU), enrolaron a 338 participantes pasadas de peso y les asignaron bien a un grupo intensivo para adelgazar o a uno de control.
Las 226 mujeres asignadas al primero de ellos llevaron a cabo un programa diseñado para perder entre el 7% y el 9% del peso inicial. Para ello, asistieron cada semana a una sesión en grupo de una hora de duración en la que recibieron instrucciones precisas para aumentar la actividad física y llevar una dieta baja en calorías. El resto, sólo obtuvo recomendaciones generales. La mitad, aproximadamente, admitió sentirse como mínimo algo molesta por los sofocos.
Al cabo de seis meses, entre las participantes que sufrían este síntoma, el programa intensivo "estaba asociado con un mayor descenso del peso, el índice de masa corporal y la circunferencia abdominal" y estos resultados estaban "vinculados de forma independiente a una mejora en los sofocos", recoge el estudio.
"Nuestros resultados indican que las mujeres con sobrepeso u obesidad que experimentan los molestos sofocos podrían sentir mejorías en estos síntomas después de llevar a cabo estrategias para perder peso", concluyen los autores.
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