LONDRES.- WikiLeaks, la organización que anteayer posteó decenas de miles de informes militares clasificados sobre la guerra en Afganistán, tiene como objetivo revelar las "conductas antiéticas" de gobiernos y corporaciones.
Desde su aparición, en diciembre de 2006, WikiLeaks expuso memos internos sobre el vuelco de desechos tóxicos en las costas de Africa; los nombres y datos personales de los integrantes de un partido británico racista, y los manuales militares norteamericanos para operar en la prisión de Guantánamo, entre otros documentos.
Con más de un millón de documentos o informes en su haber en sus años de existencia, WikiLeaks funciona como una especie de contenedor online de filtraciones, un proyecto que desde el primer día se abrió a los ciudadanos, aunque, eso sí, se perdió de vista al periodista tradicional, que hacía de enlace y aplicaba su criterio entre la fuente y el medio.
En el propósito de WikiLeaks, mientras tanto, está por encima de todo proteger a sus fuentes, conocidas por ellos mismos como los whistleblowers (informantes), y entre las que se encuentran periodistas, grupos de comunicación y organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Entre las revelaciones de mayor impacto del sitio fundado por el australiano Julian Assange figuran una detallada y larga lista de miles de miembros de la formación racista del Partido Nacional Británico (BNP, por sus siglas en inglés), en la que se podía tener acceso a los nombres y apellidos de sus integrantes, así como a sus direcciones particulares y sus números de teléfono.
También en Gran Bretaña WikiLeaks destapó el encubrimiento de Trafigura. La compañía de transporte pagó a una empresa de Costa de Marfil para deshacerse de 400 toneladas de combustible de baja calidad en las cercanías de la ciudad de Abidjan. Más de 80.000 personas hicieron colapsar el frágil sistema sanitario del país y ocho personas murieron, al parecer, por la exposición a la nafta.
El caso que le dio reconocimiento mundial al sitio fue la difusión del video en el que un helicóptero Apache norteamericano, en julio de 2007, acribilla en un barrio de Bagdad a una docena de personas, entre ellas dos empleados de la agencia Reuters. Luego de recibir las imágenes cifradas, WikiLeaks desencriptó el documento y lo publicó en YouTube, donde tuvo más de cuatro millones de visitas en 72 horas.
La organización cuenta con una planta permanente de seis voluntarios y entre 800 y 1000 colaboradores expertos en encriptación y programación que liberan la información y la adaptan a formatos de acceso público. La sensibilidad de las operaciones WikiLeaks llevó a Assange a operar con servidores en varios países, entre ellos Suecia y Bélgica, donde las leyes les dan mayor protección a sus revelaciones.
Agencias Reuters, DPA y EFE
lanacion.com
Desde su aparición, en diciembre de 2006, WikiLeaks expuso memos internos sobre el vuelco de desechos tóxicos en las costas de Africa; los nombres y datos personales de los integrantes de un partido británico racista, y los manuales militares norteamericanos para operar en la prisión de Guantánamo, entre otros documentos.
Con más de un millón de documentos o informes en su haber en sus años de existencia, WikiLeaks funciona como una especie de contenedor online de filtraciones, un proyecto que desde el primer día se abrió a los ciudadanos, aunque, eso sí, se perdió de vista al periodista tradicional, que hacía de enlace y aplicaba su criterio entre la fuente y el medio.
En el propósito de WikiLeaks, mientras tanto, está por encima de todo proteger a sus fuentes, conocidas por ellos mismos como los whistleblowers (informantes), y entre las que se encuentran periodistas, grupos de comunicación y organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Entre las revelaciones de mayor impacto del sitio fundado por el australiano Julian Assange figuran una detallada y larga lista de miles de miembros de la formación racista del Partido Nacional Británico (BNP, por sus siglas en inglés), en la que se podía tener acceso a los nombres y apellidos de sus integrantes, así como a sus direcciones particulares y sus números de teléfono.
También en Gran Bretaña WikiLeaks destapó el encubrimiento de Trafigura. La compañía de transporte pagó a una empresa de Costa de Marfil para deshacerse de 400 toneladas de combustible de baja calidad en las cercanías de la ciudad de Abidjan. Más de 80.000 personas hicieron colapsar el frágil sistema sanitario del país y ocho personas murieron, al parecer, por la exposición a la nafta.
El caso que le dio reconocimiento mundial al sitio fue la difusión del video en el que un helicóptero Apache norteamericano, en julio de 2007, acribilla en un barrio de Bagdad a una docena de personas, entre ellas dos empleados de la agencia Reuters. Luego de recibir las imágenes cifradas, WikiLeaks desencriptó el documento y lo publicó en YouTube, donde tuvo más de cuatro millones de visitas en 72 horas.
La organización cuenta con una planta permanente de seis voluntarios y entre 800 y 1000 colaboradores expertos en encriptación y programación que liberan la información y la adaptan a formatos de acceso público. La sensibilidad de las operaciones WikiLeaks llevó a Assange a operar con servidores en varios países, entre ellos Suecia y Bélgica, donde las leyes les dan mayor protección a sus revelaciones.
Agencias Reuters, DPA y EFE
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