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WASHINGTON.- A falta de conocer oficialmente la propuesta, la Casa Blanca ya ha desvelado algunos detalles de la nueva estrategia del presidente Barack Obama para tratar de frenar la epidemia de VIH en EEUU.
A pocos días de que comience la Conferencia Mundial contra el Sida (que este año se celebra en Viena, Austria), EEUU ha puesto sobre la mesa sus objetivos para los próximos años: reducir un 25% la tasa de contagio (pasando de 56.300 a 42.225 al año para el 2015), realizar pruebas al 90% de los infectados y administrar tratamiento al 85% de los pacientes.
El nuevo plan, que será dado a conocer de manera formal el martes, también se fija el modesto objetivo de conseguir que un 20% adicional de los mayores grupos de riesgo -como los gays, los hombres bisexuales y los de raza negra- sean tratados con medicamentos para controlar sus infecciones.
"A menos que tomemos acciones audaces, nos enfrentamos una nueva era de aumento en las infecciones, mayores desafíos para el tratamiento de las personas que viven con VIH, y costos más elevados en los servicios de salud", sostiene el reporte.
La estrategia también propone reducir la tasa de transmisión del VIH en un 30%: actualmente, un 5% de los pacientes con VIH infectan a otra persona, y el plan busca reducir esta tasa a un 3,5%.
Para cumplir estos objetivos, el plan hace un llamado para que la agencia del medicamento (FDA, por su sigla en inglés) convierta en una alta prioridad la revisión de nuevas pruebas de diagnóstico del VIH.
También se compromete a que un 85% de los nuevos pacientes diagnosticados reciban tratamiento con un doctor o en una clínica en un período de tres meses. Actualmente, sólo un 65% de los infectados en terriorio estadounidense recibe tratamiento con esa rapidez.
Campañas preventivas
"El Congreso y las legislaturas estatales deberían considerar la implementación de leyes que promuevan las prácticas de salud pública y enfaticen la mejor evidencia existente para la prevención del VIH en las minorías sexuales", indica el texto. Más de 1,1 millones de personas en EEUU están infectados con el virus del VIH, de acuerdo a los CDC. Aunque sólo cerca de un 5% de los pacientes infectan a otra persona, ésto es suficiente para mantener estables los niveles del virus en el país, dicen los centros. El virus fatal e incurable se transmite a través del sexo, en la sangre, la leche materna y por agujas contaminadas. El Gobierno estadounidense ya dispone de un programa para afrontar globalmente el sida -el Plan de Emergencia del Presidente para la Lucha contra el sida (PEPFAR, por su sigla en inglés)- pero no existía una estrategia doméstica similar con ese grado de coherencia.
Aunque el gobierno del ex presidente George W. Bush fue alabado por crear el PEPFAR, le llovieron las críticas por promover una educación sólo enfocada en la abstinencia en vez de programas más amplios que enfaticen el uso del condón.
El nuevo plan del presidente Barack Obama incluye la abstinencia, pero también enfatiza otros enfoques. "Debemos dejar atrás la creencia de que un solo enfoque para la prevención del VIH funcionará, sea éste los condones, las pastillas, o la información", dice el plan.
Algunos grupos activistas han comenzado a criticar la política aún antes de su divulgación, señalando que no se acerca remotamente a lo que esperaban.
El virus del sida infecta a 33 millones de personas globalmente y ha dado muerte a 25 millones de personas desde que la pandemia comenzó en la década de 1980.
En Africa, la mayoría de los pacientes nuevos con sida son mujeres infectadas por hombres durante una relación sexual. En Estados Unidos el VIH afecta de manera desproporcionada a los hombres que tiene sexo con otros hombres, a los negros y a los hispanos.
elmundo.es
WASHINGTON.- A falta de conocer oficialmente la propuesta, la Casa Blanca ya ha desvelado algunos detalles de la nueva estrategia del presidente Barack Obama para tratar de frenar la epidemia de VIH en EEUU.
A pocos días de que comience la Conferencia Mundial contra el Sida (que este año se celebra en Viena, Austria), EEUU ha puesto sobre la mesa sus objetivos para los próximos años: reducir un 25% la tasa de contagio (pasando de 56.300 a 42.225 al año para el 2015), realizar pruebas al 90% de los infectados y administrar tratamiento al 85% de los pacientes.
El nuevo plan, que será dado a conocer de manera formal el martes, también se fija el modesto objetivo de conseguir que un 20% adicional de los mayores grupos de riesgo -como los gays, los hombres bisexuales y los de raza negra- sean tratados con medicamentos para controlar sus infecciones.
"A menos que tomemos acciones audaces, nos enfrentamos una nueva era de aumento en las infecciones, mayores desafíos para el tratamiento de las personas que viven con VIH, y costos más elevados en los servicios de salud", sostiene el reporte.
La estrategia también propone reducir la tasa de transmisión del VIH en un 30%: actualmente, un 5% de los pacientes con VIH infectan a otra persona, y el plan busca reducir esta tasa a un 3,5%.
Para cumplir estos objetivos, el plan hace un llamado para que la agencia del medicamento (FDA, por su sigla en inglés) convierta en una alta prioridad la revisión de nuevas pruebas de diagnóstico del VIH.
También se compromete a que un 85% de los nuevos pacientes diagnosticados reciban tratamiento con un doctor o en una clínica en un período de tres meses. Actualmente, sólo un 65% de los infectados en terriorio estadounidense recibe tratamiento con esa rapidez.
Campañas preventivas
"El Congreso y las legislaturas estatales deberían considerar la implementación de leyes que promuevan las prácticas de salud pública y enfaticen la mejor evidencia existente para la prevención del VIH en las minorías sexuales", indica el texto. Más de 1,1 millones de personas en EEUU están infectados con el virus del VIH, de acuerdo a los CDC. Aunque sólo cerca de un 5% de los pacientes infectan a otra persona, ésto es suficiente para mantener estables los niveles del virus en el país, dicen los centros. El virus fatal e incurable se transmite a través del sexo, en la sangre, la leche materna y por agujas contaminadas. El Gobierno estadounidense ya dispone de un programa para afrontar globalmente el sida -el Plan de Emergencia del Presidente para la Lucha contra el sida (PEPFAR, por su sigla en inglés)- pero no existía una estrategia doméstica similar con ese grado de coherencia.
Aunque el gobierno del ex presidente George W. Bush fue alabado por crear el PEPFAR, le llovieron las críticas por promover una educación sólo enfocada en la abstinencia en vez de programas más amplios que enfaticen el uso del condón.
El nuevo plan del presidente Barack Obama incluye la abstinencia, pero también enfatiza otros enfoques. "Debemos dejar atrás la creencia de que un solo enfoque para la prevención del VIH funcionará, sea éste los condones, las pastillas, o la información", dice el plan.
Algunos grupos activistas han comenzado a criticar la política aún antes de su divulgación, señalando que no se acerca remotamente a lo que esperaban.
El virus del sida infecta a 33 millones de personas globalmente y ha dado muerte a 25 millones de personas desde que la pandemia comenzó en la década de 1980.
En Africa, la mayoría de los pacientes nuevos con sida son mujeres infectadas por hombres durante una relación sexual. En Estados Unidos el VIH afecta de manera desproporcionada a los hombres que tiene sexo con otros hombres, a los negros y a los hispanos.
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