Zachary siempre había sido un niño grande, pero cuando cumplió los 10 años su peso empezó a crecer sin parar y él dejó de salir a la calle para jugar. Sus padres empezaron a preocuparse cuando perdió el interés por cualquier cosa y dejó de participar en cualquier actividad.
Esta situación llevó a su madre, Leslie Frantzen, a apuntarle en un programa de 10 semanas para perder peso en el Hospital Infantil de Denver (EEUU), que enseña no sólo a los niños, sino también a sus padres, a comer mejor y cómo el ejercicio físico puede llegar a ser divertido.
"Como muchas familias, habíamos tenido nuestros problemillas en la vida; y él los había internalizado más de lo que nosotros pensamos", señala la mujer. Yo sabía que a veces me había 'automedicado' con la comida, pero no sabía que los niños también recurren a ello".
Por eso reconoce que el programa familiar (al que acuden unos 200 menores al año) les ayudó a lidiar con esos sentimientos. Desde marzo, Zachary ha perdido el 6,4% de su índice de masa corporal, lo que le ha permitido rebajar sus 60 kilos de peso.
Pero lo que es más importante, señala su familia, su humor ha mejorado considerablemente en estos meses. "Sonríe más a menudo, está motivado y emocionado por la vida. Nos ayuda a recordar lo que es saludable", subraya de nuevo su madre.
La clave del programa, como señalan sus responsables, es que no está centrado únicamente en la dieta, sino que enseña a las familias a elegir los alimentos más sanos y les ayuda durante dos años después de su participación a seguir optando por los menús menos calóricos.
Marilyn Day, una de sus responsables presume precisamente de que la clave del éxito consiste en implicar a toda la familia para combatir la obesidad infantil y porque aborda la cuestión desde el punto de vista de la autoestima.
Problemas de salud
"Esta preocupación por el sobrepeso tiene que ver también con el bienestar emocional de los niños, con la discriminación y con numerosos problemas físicos como la hipertensión, la prediabetes, las dificultades para dormir, los trastornos ortopédicos y otros", añade Day.
Se calcula que en EEUU, el 15% de los niños está obeso o padece sobrepeso; una cifra que en algunos estados del país llega incluso al 30%. Para estos menores, existe un elevado riesgo de que padezcan trastornos cardiovasculares antes incluso de llegar a la edad adulta.
Trabajar en familia, como sugiere este programa, podría ser la solución para muchas de estas familias. Como los Garcia-Villanueva, cuya hija Fernanda también pertenece a esta numerosa población infantil obesa.
"Ahora que ha perdido peso, la niña está más segura de sí misma y se cuida más de su aspecto físico. Ahora quiere salir y jugar fuera más a menudo", presume su madre Areli.
elmundo.es
Esta situación llevó a su madre, Leslie Frantzen, a apuntarle en un programa de 10 semanas para perder peso en el Hospital Infantil de Denver (EEUU), que enseña no sólo a los niños, sino también a sus padres, a comer mejor y cómo el ejercicio físico puede llegar a ser divertido.
"Como muchas familias, habíamos tenido nuestros problemillas en la vida; y él los había internalizado más de lo que nosotros pensamos", señala la mujer. Yo sabía que a veces me había 'automedicado' con la comida, pero no sabía que los niños también recurren a ello".
Por eso reconoce que el programa familiar (al que acuden unos 200 menores al año) les ayudó a lidiar con esos sentimientos. Desde marzo, Zachary ha perdido el 6,4% de su índice de masa corporal, lo que le ha permitido rebajar sus 60 kilos de peso.
Pero lo que es más importante, señala su familia, su humor ha mejorado considerablemente en estos meses. "Sonríe más a menudo, está motivado y emocionado por la vida. Nos ayuda a recordar lo que es saludable", subraya de nuevo su madre.
La clave del programa, como señalan sus responsables, es que no está centrado únicamente en la dieta, sino que enseña a las familias a elegir los alimentos más sanos y les ayuda durante dos años después de su participación a seguir optando por los menús menos calóricos.
Marilyn Day, una de sus responsables presume precisamente de que la clave del éxito consiste en implicar a toda la familia para combatir la obesidad infantil y porque aborda la cuestión desde el punto de vista de la autoestima.
Problemas de salud
"Esta preocupación por el sobrepeso tiene que ver también con el bienestar emocional de los niños, con la discriminación y con numerosos problemas físicos como la hipertensión, la prediabetes, las dificultades para dormir, los trastornos ortopédicos y otros", añade Day.
Se calcula que en EEUU, el 15% de los niños está obeso o padece sobrepeso; una cifra que en algunos estados del país llega incluso al 30%. Para estos menores, existe un elevado riesgo de que padezcan trastornos cardiovasculares antes incluso de llegar a la edad adulta.
Trabajar en familia, como sugiere este programa, podría ser la solución para muchas de estas familias. Como los Garcia-Villanueva, cuya hija Fernanda también pertenece a esta numerosa población infantil obesa.
"Ahora que ha perdido peso, la niña está más segura de sí misma y se cuida más de su aspecto físico. Ahora quiere salir y jugar fuera más a menudo", presume su madre Areli.
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