La película 'Matrimonio de conveniencia' ha tenido su secuela en la historia de un español y una ecuatoriana que han visto cómo el consulado de España en Guayaquil (Ecuador) rechazaba inscribir su matrimonio por un peculiar motivo: sabían demasiado uno del otro aunque nunca habían vivido juntos.
La pareja, que se había casado por poderes en febrero de 2009 tras acordarlo por teléfono y que no se había visto hasta poco antes de acudir al registro, intentó inscribir su boda el pasado mes de diciembre, pero fracasó en su intento.
Aunque cada año varios centenares de matrimonios entre españoles y extranjeros son rechazados, en la mayoría de los casos la denegación se basa en que los supuestos cónyuges apenas se conocen.
Pero en Guayaquil ha sucedido lo contrario: la pareja, que rellenó sendos cuestionarios en diciembre de 2010 en el consulado para registrar su enlace, ofreció respuestas "prácticamente exactas", con los mismos adjetivos y en idéntico orden.
Como destaca la encargada del consulado en su resolución, a la que ha tenido acceso Efe, "este hecho sorprende especialmente porque se trata de un matrimonio celebrado por poderes, porque él sólo ha viajado una vez a Ecuador (diciembre de 2010) para visitar a su esposa y porque los contrayentes nunca han vivido juntos".
Menú de la boda sin el marido
Una de las respuestas más curiosas aparece cuando se les pregunta por el menú de su boda, a la que él no asistió.
Él responde que el enlace se celebró "en casa de su esposa y el menú fue muy sencillo: pechugas en salsa de champiñones, ensalada fría, arroz verde y de postre gelatina con yogur" y ella, apenas sin variaciones, recuerda que "celebraron el enlace en su casa y que el menú fue muy sencillo: pechugas de pollo en salsa de champiñones, ensalada fría con frutas, arroz verde y de postre yogur con gelatina".
Los contrayentes se saben a la perfección los ingresos de cada uno, él dice que "no tiene comida preferida, pero que si está bien preparada se la come" y ella responde que su marido "no tiene comida preferida especial, pero que si tiene buena sazón y está bien preparada se la come".
La mujer indica también que su "comida preferida es el ceviche (comida típica) y la lasagna" y él no falla al señalar que "la comida preferida de su esposa es el ceviche, una comida muy típica, y lasagna".
El lado de la cama preferido
"Tanto él como ella saben perfectamente en el lado de la cama en que duerme el cónyuge y si ronca o no (hay que tener en cuenta que los contrayentes no han convivido antes del matrimonio y que hasta este mes de diciembre él no ha viajado al Ecuador)", recalca la responsable del registro consular, quien apunta que ambos reconocen su intención de utilizar el matrimonio para "obtener beneficios en materia de nacionalidad y extranjería".
A su juicio, los datos "objetivos" aportados apuntan a una "simulación de matrimonio para lograr otros objetivos, como son el ingreso en España del cónyuge ecuatoriano y su eventual obtención de la nacionalidad española".
Evitar fraudes
Ante la proliferación de matrimonios de conveniencia o "de complacencia", como son denominados en la dirección general de Registros y Notariado, este organismo emitió en 2006 una instrucción dirigida a los diferentes registros para precisar los trámites que debe superar cada cónyuge por separado para cerciorarse de "la verdadera intención matrimonial" y evitar fraudes.
Las entrevistas, según esta instrucción, se realizan de manera previa al matrimonio cuando uno de los contrayentes está domiciliado en el extranjero, o a la hora de inscribir en el registro una boda oficiada fuera de España.
Detectar la falsedad
Se deducirá que un matrimonio es simulado si los contrayentes desconocen datos personales o familiares "básicos" del otro y si no hay relaciones previas entre los contrayentes, pero, para evitar que posibles errores en las respuestas impidan la inscripción de matrimonios reales, Registros deja claro que se debe exigir un "conocimiento suficiente", pero no "exhaustivo".
Y es precisamente el conocimiento exhaustivo que demostró la pareja ante el consulado de Guayaquil el que no convenció a la encargada del registro, aunque su resolución, como bien recuerda, puede ser recurrida.
Los matrimonios entre españoles y extranjeros se han ido incrementado año a año desde los 8.392 registrados en 2004 hasta los más de 20.500 de 2009, último ejercicio del que Registros ofrece datos completos.
No hay cifra de cuántos matrimonios han recibido un "no" al intentar registrarse, pero sí de los que decidieron recurrir esa denegación: 665 en 2009.
De ellos, 94 parejas consiguieron finalmente su propósito, pero 571 siguieron siendo un fraude para el Ministerio de Justicia.
elmundo.es
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