domingo, 6 de febrero de 2011

Alcohol y energizantes: un dúo peligroso

Sebastián A. Ríos
Se ha dicho mucho acerca de las bebidas energizantes, de sus efectos positivos y de sus potenciales riesgos. Sin embargo, lo que realmente preocupa hoy es su asociación con las bebidas alcohólicas. Según cifras del Ministerio de Salud bonaerense, las bebidas energizantes están presentes en más del 40% de las intoxicaciones por alcohol que se dan en los jóvenes de 17 a 27 años, de clase media y alta.
"El uso asociado de bebidas energizantes y alcohol, cualquiera que sea la bebida alcohólica, lo que hace es aumentar el riesgo de intoxicación, porque las energizantes contrarrestan los efectos iniciales del alcohol, lo que permiten que la persona tome más", explicó a La Nacion la doctora Ana Girardelli, jefa del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños Sor María Ludovica, de La Plata.
El efecto estimulante de la cafe-ína y de otros ingredientes de estas bebidas, como el guaraná, demora la aparición de síntomas como las náuseas, las alteraciones en el habla o el malestar general, que indican que se ha bebido demasiado alcohol. Para peor, "el efecto enmascarador de las energizantes es más corto que el del alcohol, por lo que cuando se retira aflora la intoxicación alcohólica con toda su fuerza".
Así, la única diferencia entre una intoxicación por alcohol y otra en la que se lo ha combinado con energizantes es que en esta última se pasa más rápidamente de la lucidez a la depresión de la conciencia.

Sobrio, pero no tanto

"Mezclar alcohol con bebidas energizantes genera una sensación subjetiva de estar menos alcoholizado, por lo que resulta en un mayor peligro de intoxicación alcohólica", advirtió la doctora Mónica Katz, directora de la carrera de especialista en nutrición de la Universidad Favaloro.
Esa sensación de estar sobrio cuando uno no lo está puede llevar incluso a conducir un auto cuando no se está en condiciones de hacerlo. Recientemente, el diario The New York Times recordó el caso de Donte Stallworth, que tras consumir tequila y energizantes en grandes cantidades atropelló a un peatón. Al momento del accidente, Stallworth estaba convencido de estar sobrio.
"No hace falta demostrar que tomar alcohol en exceso provoca desbordes en el estado emocional e inhibe los reflejos necesarios para manejar. Pero es lo mismo que tomar café después de haber tomado alcohol, y creer que se está bien para manejar. El culpable sigue siendo el alcohol", opinó Martha Melgarejo, del comité técnico de la Cámara Argentina de Alimentos Dietéticos y Afines, que agrupa a las empresas de bebidas energizantes.
Melgarejo recuerda que una lata de energizante contiene unos 80 miligramos de cafeína, mientras que un café expreso tiene 100. Para esta química y tecnóloga en alimentos, "no está demostrado que las bebidas energizantes potencien el efecto del alcohol. Este, con o sin bebida energizante, disminuye la respuesta del organismo".
"Hoy, en la Argentina, el alcohol es un problema grave, en todas las edades, en todas las clases sociales y en todos los momentos del año -señaló Girardelli-. Pero los jóvenes de clase media y alta lo asocian con bebidas energizantes para poder consumir más alcohol."
"No es que haya que prohibir las bebidas energizantes, sino que no hay que asociarlas con el alcohol."

Cuando su consumo reporta beneficios

Si bien la asociación de bebidas alcohólicas y energizantes aumenta el riesgo de intoxicación alcohólica, lo cierto es que estas últimas pueden ser de gran utilidad en ciertas situaciones. "Combinadas, la cafeína y la taurina, presentes en muchas de estas bebidas, mejoran la performance cardíaca, cognitiva, el humor y la alerta. La taurina, por su parte, previene el estrés generado por el ejercicio", dijo la doctora Mónica Katz, que advirtió que la recomendación es no consumir más de dos latas de estas bebidas por día. "Estas bebidas no se recomiendan en personas sensibles a la cafeína, los bebes, las embarazadas y las personas con riesgo cardiovascular."

En la noche, pero también en la playa

 

MAR DEL PLATA.- La caravana camina a paso lento, ya sobre la arena húmeda, y con esfuerzos compartidos para cargar la heladera portátil que garantiza reservas hasta el atardecer. Llegar a destino merece un refresco y alternativas no faltan: hay vodka, gin, vinos saborizados, algún champagne y, siempre en varias dosis, bebida energizante.
Las latitas se convirtieron en un compañero incondicional de las bebidas alcohólicas, en especial aquellas blancas que con estos agregados ganan dulzura, cuerpo y, sobre todo, cada vez más adeptos. Parecen tan imprescindibles como el hielo.
En los mercados las compran a seis pesos y en los boliches pueden costar entre 15 y 20 pesos, según la marca que se elija.
Asoman en las playas y, por supuesto, en las barras de los locales nocturnos. Según consultas realizadas por La Nacion en bares de la zona de Alem, la favorita de los jóvenes, uno de cada cinco tragos sale matizado por dosis de energizantes.
"El vodka, que sólo es muy duro y a veces pega mal, combinado con un Speed pasa como si fuera un jugo", cuenta Dalila, que marcha con su vaso en una mano y la lata de energizante en la otra.

Furor en las barras

En las barras aseguran que estas bebidas tuvieron su primer momento de furor hace cuatro o cinco años y que se ganaron un buen mercado. Alguna marca, en aquellas épocas, acompañó su presentación en sociedad con promotoras que durante la temporada hacían shows subidos de tono en las discotecas.
Hoy están más presentes desde la cartelería, como sponsor de alguna fiesta y en varias promociones o "happy hours" durante las cuales se ofrecen, por ejemplo, algún vino saborizado o un champagne acompañado por energizantes. Siempre acompañada por latitas, la primera alternativa puede costar 80 pesos y la otra, $ 120.
"Arranco la noche con siete packs de 24 latas sólo para mi barra y a veces no me alcanzan para completar la noche", contó la encargada de un bar de la zona de Playa Grande.
Cuando se consulta a los consumidores, aseguran que lo que buscan no es esa cuota de energía adicional que prometen sino la buena química que logran estas bebidas con sabor frutal cuando se las mezcla con bebidas alcohólicas de las más variadas.
De hecho, a partir de la legislación que puso límites a su comercialización, se modificaron fórmulas para retirar aquellos componentes que podían tener efectos riesgosos para el organismo y así mantener el producto apto para la venta en bares y discotecas.
"Aunque resulta un trago muy dulce, yo siempre pido algún energizante mezclado con licor de manzana", dice Sofía, de 19. Su novio, Matías, de 24, también tiene un trago favorito que lleva energizante: "Le dicen Misil Azul y se prepara con Ron y Blue Coraçao", explica sobre esa suerte de pócima mágica que lo acompaña en cada una de sus salidas.
La lista de opciones parece interminable. Otros tragos muy pedidos se preparan con mezclas simples que incluyen energizantes y, según el caso, whisky, gin, cointreau, vino Frizzé, Tía María o Gancia.

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Millones de latas de Red Bull

Se vendieron en todo el mundo en 2010, lo que representa una suba del 7,6% en comparación con 2009.
lanacion.com

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