En una cinta, una chica de remera naranja corre con la mirada clavada en el comando. Con tan sólo deslizar un dedo puede apurar el paso o cambiar de canal. Si correr y correr sin llegar a ningún lugar había sido el gran avance, ahora la tecnología ofrece la posibilidad de que el combate a kilos demás, stress, celulitis, hipertensión, colesterol y otras miserias humanas se logre sin sacrificar el programa favorito que, en el caso de la chica de la cinta y remera naranja, es el de los chimentos de las cuatro de la tarde.
Los gimnasios y los corredores han ganado la batalla de la vida sana. Las máquinas ya no son ocupadas por los que a último momento se acuerdan que viene la temporada de bikinis. Ahora los cultores de un cuerpo en buen estado se han convertido en fieles militantes de todo el año.
Aunque varía de acuerdo a la empresa, el porcentaje de nuevos clientes aumentó entre 10 y 30 por ciento desde el año pasado. Pero además, en los gimnasios coinciden en que la tendencia es mantenerse firme a pesar del invierno y el sweater hasta las rodillas, mas allá de que siempre hay un porcentaje que dura lo que dura el verano.
“Esto pasaba hace diez años —explica Javier Petit de Meurville, gerente de marketing de la red Megatlón—, pero actualmente la estacionalidad está desdibujada, el incremento de socios de agosto y septiembre ya no es relevante. En gran parte se debe a que la gente comprendió que los beneficios de la actividad física se registran a lo largo del tiempo y hay que ser constante para mantenerlos”.
En Megatlón tuvieron un incremento de 17 por ciento con respecto al año pasado. Algo similar ocurre en Le Parc, donde el aumento fue de 10 por ciento, mientras que en el Gimnasio Olimpia aseguran que los nuevos socios rondan el 30 por ciento y los que llegan son más persistentes.
Claudia Madrid, encargada de Le Parc, asegura que hoy los gimnasios apuntan a ofrecer un balance entre lo aeróbico y el bienestar es decir, entre estar en forma y no morir en el intento: Mientras que los ejercicios aeróbicos buscan reforzar lo estético y mejorar el tono muscular, actividades como yoga, pilates o stretching ofrecen clases mas pausadas y ambientes más tranquilos. Entre las primeras, dice Madrid, el spinning —la vieja bicicleta fija pero a velocidad de rayo— viene causando furor. El ruido del salón con más de sesenta ciclistas pedaleando hasta el último aliento puede ser ensordecedor. En Le Parc, explica Madrid, la otra estrella es la cinta con televisor, la última adquisición traída desde España.
Los corredores también amenazan con convertirse en la plaga de parques y plazas. Si diez años atrás había en el Rosedal de Palermo apenas dos grupos de corredores —o de running, si se quiere estar en onda— hoy apenas se puede dar un paseo sin ser sepultado por una tropilla de corredores uniformados con la remera del equipo.
En el Club de Corredores, la empresa que organiza más del ochenta por ciento de las carreras que se corren en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, sostienen que desde el año pasado, las competencias de calle aumentaron 50 por ciento. En 2009, organizaron en la Ciudad 23 carreras, mientras que este año la cifra trepó a 36. En el Club explican que el aumento en la cantidad de inscriptos no creció en la misma proporción que la carreras. Es decir, que cada vez hay más corredores que buscan probarse en una competencia.
Pablo Amasino es entrenador y tiene su propio team. Fue uno de los primeros en llegar al Rosedal en 1998. Hasta 2004, su equipo tenía apenas unas veinte personas, pero ese año saltó a 75. Hoy entrena a unas cien, desde los que recién se animan hasta corredores de elite.
“Cada vez hay más gente que corre —dice Amasino— por dos razones. Es una actividad muy individualista, no necesitás de otra persona ni alquilar una cancha. Y además es muy barata, sólo hacen falta un par de zapatillas. Además, sí te vas de viaje, podés seguir entrenando, podés correr en cualquier lugar”.
Amasino sostiene que el boom del running es algo que viene creciendo a nivel mundial. Para la próxima maratón de Berlín —son las carreras que miden 42,195 kilómetros— se anotaron 32 mil personas, mientras que otras 35 mil correrán la de Chicago. Con récord absoluto, la media maratón de Buenos Aires, que se corrió el 12 de septiembre, sumó a diez mil personas.
Así, contra la filosofía solitaria de los corredores, el running se volvió un gran comercio del que ganan organizadores, marcas deportivas y también los entrenadores. El negocio floreció sin control y son pocos los que exigen un certificado médico antes de aceptar un cliente. El resto prefiere sumarse a la obsesión por los cuerpos esbeltos y la vida sana que parece ya no ser mas una aventura de verano.
"CORRES Y VES TODO MASPOSITIVO"
Martín La Rosa empezó a correr en 2006. Solo, se calzó las zapatillas y salió. Corrió su primera carrera, después otra y otra. Pero el tiempo pasaba y no bajaba de los 47 minutos para hacer diez kilómetros. Entonces, en abril decidió entrar en un equipo, el de Pablo Amasino.
En su última carrera bajó a 43. “Esto no deja de ser un hobby, pero hay detalles técnicos, como la alimentación, que es mejor verlos con un profesional”.
Martín es abogado. Tiene 33 años y se entusiasma con participar de una maratón. Para él, correr es su cable a tierra. “Me gusta lo que te genera físicamente —dice—, es un cambio notable que lo sentís en el momento, terminás de correr y ya ves todo positivo. Por eso, ves gente corriendo hasta en los días de lluvia”.
Martín La Rosa, 33 años
UN CONSULTORIO DEPORTIVO ON LINE
Con el objetivo de fomentar hábitos de vida más saludables, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires lanzó hace un mes un Consultorio Deportológico Virtual. La idea es que todo aquel que quiera, ingrese al sitio web para saber qué cuidados debe tener o qué chequeos debe realizarse antes de iniciar una actividad física de manera regular. Desde agosto el programa ya recibió más de 150 consultas. La mayoría de las preguntas se centró sobre dos puntos: qué chequeos realizarse y con qué frecuencia hacer ejercicios.
El mecanismo es sencillo. Se envía un mail a la dirección programasaludydeporte@ms.gba.gov.ar y se formulan las inquietudes, que son respondidas por especialistas médicos.
clarin.com
Los gimnasios y los corredores han ganado la batalla de la vida sana. Las máquinas ya no son ocupadas por los que a último momento se acuerdan que viene la temporada de bikinis. Ahora los cultores de un cuerpo en buen estado se han convertido en fieles militantes de todo el año.
Aunque varía de acuerdo a la empresa, el porcentaje de nuevos clientes aumentó entre 10 y 30 por ciento desde el año pasado. Pero además, en los gimnasios coinciden en que la tendencia es mantenerse firme a pesar del invierno y el sweater hasta las rodillas, mas allá de que siempre hay un porcentaje que dura lo que dura el verano.
“Esto pasaba hace diez años —explica Javier Petit de Meurville, gerente de marketing de la red Megatlón—, pero actualmente la estacionalidad está desdibujada, el incremento de socios de agosto y septiembre ya no es relevante. En gran parte se debe a que la gente comprendió que los beneficios de la actividad física se registran a lo largo del tiempo y hay que ser constante para mantenerlos”.
En Megatlón tuvieron un incremento de 17 por ciento con respecto al año pasado. Algo similar ocurre en Le Parc, donde el aumento fue de 10 por ciento, mientras que en el Gimnasio Olimpia aseguran que los nuevos socios rondan el 30 por ciento y los que llegan son más persistentes.
Claudia Madrid, encargada de Le Parc, asegura que hoy los gimnasios apuntan a ofrecer un balance entre lo aeróbico y el bienestar es decir, entre estar en forma y no morir en el intento: Mientras que los ejercicios aeróbicos buscan reforzar lo estético y mejorar el tono muscular, actividades como yoga, pilates o stretching ofrecen clases mas pausadas y ambientes más tranquilos. Entre las primeras, dice Madrid, el spinning —la vieja bicicleta fija pero a velocidad de rayo— viene causando furor. El ruido del salón con más de sesenta ciclistas pedaleando hasta el último aliento puede ser ensordecedor. En Le Parc, explica Madrid, la otra estrella es la cinta con televisor, la última adquisición traída desde España.
Los corredores también amenazan con convertirse en la plaga de parques y plazas. Si diez años atrás había en el Rosedal de Palermo apenas dos grupos de corredores —o de running, si se quiere estar en onda— hoy apenas se puede dar un paseo sin ser sepultado por una tropilla de corredores uniformados con la remera del equipo.
En el Club de Corredores, la empresa que organiza más del ochenta por ciento de las carreras que se corren en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, sostienen que desde el año pasado, las competencias de calle aumentaron 50 por ciento. En 2009, organizaron en la Ciudad 23 carreras, mientras que este año la cifra trepó a 36. En el Club explican que el aumento en la cantidad de inscriptos no creció en la misma proporción que la carreras. Es decir, que cada vez hay más corredores que buscan probarse en una competencia.
Pablo Amasino es entrenador y tiene su propio team. Fue uno de los primeros en llegar al Rosedal en 1998. Hasta 2004, su equipo tenía apenas unas veinte personas, pero ese año saltó a 75. Hoy entrena a unas cien, desde los que recién se animan hasta corredores de elite.
“Cada vez hay más gente que corre —dice Amasino— por dos razones. Es una actividad muy individualista, no necesitás de otra persona ni alquilar una cancha. Y además es muy barata, sólo hacen falta un par de zapatillas. Además, sí te vas de viaje, podés seguir entrenando, podés correr en cualquier lugar”.
Amasino sostiene que el boom del running es algo que viene creciendo a nivel mundial. Para la próxima maratón de Berlín —son las carreras que miden 42,195 kilómetros— se anotaron 32 mil personas, mientras que otras 35 mil correrán la de Chicago. Con récord absoluto, la media maratón de Buenos Aires, que se corrió el 12 de septiembre, sumó a diez mil personas.
Así, contra la filosofía solitaria de los corredores, el running se volvió un gran comercio del que ganan organizadores, marcas deportivas y también los entrenadores. El negocio floreció sin control y son pocos los que exigen un certificado médico antes de aceptar un cliente. El resto prefiere sumarse a la obsesión por los cuerpos esbeltos y la vida sana que parece ya no ser mas una aventura de verano.
"CORRES Y VES TODO MASPOSITIVO"
Martín La Rosa empezó a correr en 2006. Solo, se calzó las zapatillas y salió. Corrió su primera carrera, después otra y otra. Pero el tiempo pasaba y no bajaba de los 47 minutos para hacer diez kilómetros. Entonces, en abril decidió entrar en un equipo, el de Pablo Amasino.
En su última carrera bajó a 43. “Esto no deja de ser un hobby, pero hay detalles técnicos, como la alimentación, que es mejor verlos con un profesional”.
Martín es abogado. Tiene 33 años y se entusiasma con participar de una maratón. Para él, correr es su cable a tierra. “Me gusta lo que te genera físicamente —dice—, es un cambio notable que lo sentís en el momento, terminás de correr y ya ves todo positivo. Por eso, ves gente corriendo hasta en los días de lluvia”.
Martín La Rosa, 33 años
UN CONSULTORIO DEPORTIVO ON LINE
Con el objetivo de fomentar hábitos de vida más saludables, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires lanzó hace un mes un Consultorio Deportológico Virtual. La idea es que todo aquel que quiera, ingrese al sitio web para saber qué cuidados debe tener o qué chequeos debe realizarse antes de iniciar una actividad física de manera regular. Desde agosto el programa ya recibió más de 150 consultas. La mayoría de las preguntas se centró sobre dos puntos: qué chequeos realizarse y con qué frecuencia hacer ejercicios.
El mecanismo es sencillo. Se envía un mail a la dirección programasaludydeporte@ms.gba.gov.ar y se formulan las inquietudes, que son respondidas por especialistas médicos.
clarin.com
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