Fabiola Czubaj
LA NACION
Para la doctora Rosaly Correa-de-Araujo, la medicina centrada en el paciente es el reconocimiento tácito de una práctica que tiene en cuenta las diferencias biológicas, fisiológicas, bioquímicas y hasta ambientales entre el hombre y la mujer. Ya no se trata de indicar terapias unisex.
"La salud de las mujeres hoy va más allá de la salud reproductiva - aseguró Correa-de-Araujo, vicedirectora de la Oficina de Discapacidad del Departamento de Salud de los Estados Unidos-. Estamos caminando hacia la medicina que tiene en cuenta no sólo el sexo, que es lo biológico, sino también el género (un concepto que incluye cómo el entorno social afecta la salud y la respuesta a los tratamientos)", agregó la autora de seis artículos publicados en 2006 en Women?s Health Issues sobre las brechas en la atención de las mujeres según la etnia y cómo la falta de investigación basada en el sexo y el género complica la salud femenina.
"Todavía no sabemos cuánto lo social afecta lo biológico, y viceversa, porque hay muchas diferencias en la forma en que la enfermedad se manifiesta en las mujeres o cómo reaccionan a los fármacos o los tratamientos", dijo durante una entrevista con La Nacion en la sede de la embajada de los Estados Unidos.
De hecho, en otro de sus artículos, que se utiliza en centros de salud para educar a las mujeres en el uso seguro de los fármacos, la actual funcionaria señaló que las mujeres consumen muchos más medicamentos que los hombres y, lo más importante, que responden distinto que ellos a ciertas drogas, como las cardiovasculares.
"El corazón femenino es más pequeño que el de los varones, lo que de algún modo afecta la forma en que funciona y hace que algunos medicamentos tengan distintos efectos. Además, la mujer carece de enzimas en el hígado para metabolizar ciertos fármacos. Esto muestra que hay que adaptar las dosis y controlar mejor la respuesta. Ellas son más propensas a tener arritmias y hay fármacos que pueden inducirlas", dijo.
Correa-de-Araujo, que está de visita en el país para participar de la II Reunión de Políticas Públicas para las Personas con Discapacidad, tiene que cumplir un importante desafío en los próximos dos años y con un presupuesto de 7 millones de dólares: construir la estructura que garantice el acceso a la salud, la vivienda, el trabajo y la educación a grandes y chicos con discapacidad.
Para eso, creó un Centro de Excelencia de Investigación en Discapacidad y Servicios. "Cuando no contamos con información, ignoramos qué pasa y hacia dónde vamos. Los datos son importantes para redireccionar los recursos, la investigación y los programas; sólo con la identificación de las brechas se puede lograr un sistema más justo", indicó.
lanacion.com
LA NACION
Para la doctora Rosaly Correa-de-Araujo, la medicina centrada en el paciente es el reconocimiento tácito de una práctica que tiene en cuenta las diferencias biológicas, fisiológicas, bioquímicas y hasta ambientales entre el hombre y la mujer. Ya no se trata de indicar terapias unisex.
"La salud de las mujeres hoy va más allá de la salud reproductiva - aseguró Correa-de-Araujo, vicedirectora de la Oficina de Discapacidad del Departamento de Salud de los Estados Unidos-. Estamos caminando hacia la medicina que tiene en cuenta no sólo el sexo, que es lo biológico, sino también el género (un concepto que incluye cómo el entorno social afecta la salud y la respuesta a los tratamientos)", agregó la autora de seis artículos publicados en 2006 en Women?s Health Issues sobre las brechas en la atención de las mujeres según la etnia y cómo la falta de investigación basada en el sexo y el género complica la salud femenina.
"Todavía no sabemos cuánto lo social afecta lo biológico, y viceversa, porque hay muchas diferencias en la forma en que la enfermedad se manifiesta en las mujeres o cómo reaccionan a los fármacos o los tratamientos", dijo durante una entrevista con La Nacion en la sede de la embajada de los Estados Unidos.
De hecho, en otro de sus artículos, que se utiliza en centros de salud para educar a las mujeres en el uso seguro de los fármacos, la actual funcionaria señaló que las mujeres consumen muchos más medicamentos que los hombres y, lo más importante, que responden distinto que ellos a ciertas drogas, como las cardiovasculares.
"El corazón femenino es más pequeño que el de los varones, lo que de algún modo afecta la forma en que funciona y hace que algunos medicamentos tengan distintos efectos. Además, la mujer carece de enzimas en el hígado para metabolizar ciertos fármacos. Esto muestra que hay que adaptar las dosis y controlar mejor la respuesta. Ellas son más propensas a tener arritmias y hay fármacos que pueden inducirlas", dijo.
Correa-de-Araujo, que está de visita en el país para participar de la II Reunión de Políticas Públicas para las Personas con Discapacidad, tiene que cumplir un importante desafío en los próximos dos años y con un presupuesto de 7 millones de dólares: construir la estructura que garantice el acceso a la salud, la vivienda, el trabajo y la educación a grandes y chicos con discapacidad.
Para eso, creó un Centro de Excelencia de Investigación en Discapacidad y Servicios. "Cuando no contamos con información, ignoramos qué pasa y hacia dónde vamos. Los datos son importantes para redireccionar los recursos, la investigación y los programas; sólo con la identificación de las brechas se puede lograr un sistema más justo", indicó.
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