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MADRID.- Roncar por la noche puede ser un signo de alarma a tener en cuenta entre las mujeres embarazadas. Varios estudios alertan esta semana de que los ronquidos pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, y aunque el problema es mayor entre las gestantes con sobrepeso, las mujeres con un peso normal tampoco se libran.
Louise O'Brien, de la Universidad Ann Arbor de Michigan (EEUU), ha dado a conocer una de las investigaciones en el transcurso de la reunión de Sociedades Profesionales delSueño, que se está celebrando en San Antonio. Según su análisis a más de 1.200 mujeres en su tercer trimetre de gestación, roncar elevaba significativamente el riesgo de diabetes en el embarazo, independientemente del peso de la paciente.
Concretamente, el 24% de las roncadoras desarrolló este problema que acarrea ciertas complicaciones en el embarazo, frente a sólo el 17% de las no roncadoras. La diferencia fue aún mayor entre roncadoras obesas y aquéllas con un peso dentro de lo normal (del 34,5% al 13%).
A juicio de O'Brien, las pacientes y sus especialistas deberían tener en cuenta la calidad del sueño en sus consultas de ginecología y considerar los ronquidos como un posible signo de alarma. Aunque el estudio no ahonda en los mecanismos que pueden estar detrás de esta relación, la diabetes gestacional afecta a entre tres y ocho de cada 100 embarazadas, y lo habitual es que los niveles de glucosa retornen a la normalidad después del parto. Las pacientes con esta alteración tienen mayor riesgo de dar a luz niños de alto peso así como de que el niño sufra hipoglucemia en los primeros días de vida.
Estas cifras son similares a las de otra investigación realizada por científicos de la Universidad de Northwestern (en Chicago, EEUU) y que valoraba en un 14% el riesgo de diabetes en embarazadas roncadoras frente a sólo un 3,3% entre las que dormían plácidamente.
Precisamente, la calidad del sueño en los nueve meses fue el protagosnista de un tercer trabajo llevado a cabo por un centro médico de Seattle y presentado en el mismo foro. En este caso, las mujeres que dormían menos de cuatro horas al día tenían 5,6 veces mayor riesgo de diabetes gestacional que aquellas embarazadas con mejor calidad de sueño y que dormían nuece horas de media. En el caso de obesas con problemas para conciliar el sueño, el riesgo se elevaba hasta las 9,8 veces por encima de lo normal.
El estrés, las dificultades para encontrar una postura cómoda, la presión en el abdomen, las frecuentes ganas de orinar, los calambres en las piernas o el aumento de la frecuencia cardiaca son algunos de los factores que suelen dificultar el descanso, sobre todo en el último trimestre del embarazo.
MADRID.- Roncar por la noche puede ser un signo de alarma a tener en cuenta entre las mujeres embarazadas. Varios estudios alertan esta semana de que los ronquidos pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, y aunque el problema es mayor entre las gestantes con sobrepeso, las mujeres con un peso normal tampoco se libran.
Louise O'Brien, de la Universidad Ann Arbor de Michigan (EEUU), ha dado a conocer una de las investigaciones en el transcurso de la reunión de Sociedades Profesionales delSueño, que se está celebrando en San Antonio. Según su análisis a más de 1.200 mujeres en su tercer trimetre de gestación, roncar elevaba significativamente el riesgo de diabetes en el embarazo, independientemente del peso de la paciente.
Concretamente, el 24% de las roncadoras desarrolló este problema que acarrea ciertas complicaciones en el embarazo, frente a sólo el 17% de las no roncadoras. La diferencia fue aún mayor entre roncadoras obesas y aquéllas con un peso dentro de lo normal (del 34,5% al 13%).
A juicio de O'Brien, las pacientes y sus especialistas deberían tener en cuenta la calidad del sueño en sus consultas de ginecología y considerar los ronquidos como un posible signo de alarma. Aunque el estudio no ahonda en los mecanismos que pueden estar detrás de esta relación, la diabetes gestacional afecta a entre tres y ocho de cada 100 embarazadas, y lo habitual es que los niveles de glucosa retornen a la normalidad después del parto. Las pacientes con esta alteración tienen mayor riesgo de dar a luz niños de alto peso así como de que el niño sufra hipoglucemia en los primeros días de vida.
Estas cifras son similares a las de otra investigación realizada por científicos de la Universidad de Northwestern (en Chicago, EEUU) y que valoraba en un 14% el riesgo de diabetes en embarazadas roncadoras frente a sólo un 3,3% entre las que dormían plácidamente.
Precisamente, la calidad del sueño en los nueve meses fue el protagosnista de un tercer trabajo llevado a cabo por un centro médico de Seattle y presentado en el mismo foro. En este caso, las mujeres que dormían menos de cuatro horas al día tenían 5,6 veces mayor riesgo de diabetes gestacional que aquellas embarazadas con mejor calidad de sueño y que dormían nuece horas de media. En el caso de obesas con problemas para conciliar el sueño, el riesgo se elevaba hasta las 9,8 veces por encima de lo normal.
El estrés, las dificultades para encontrar una postura cómoda, la presión en el abdomen, las frecuentes ganas de orinar, los calambres en las piernas o el aumento de la frecuencia cardiaca son algunos de los factores que suelen dificultar el descanso, sobre todo en el último trimestre del embarazo.
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