Al comenzar las protestas en Egipto, el presidente Mubarak ordenó un bloqueo inmediato de Internet en procura de evitar la coordinación de movilizaciones en su contra. El temor que inspiraba esta acción reconocía en las redes sociales la capacidad de vincular a personas desconocidas y alinearlas detrás de un propósito, en este caso, derrocar al gobierno.
Pero ¿Qué pasa si se usan esas mismas capacidades de coordinación para armar un picnic al que pueden asistir desconocidos? Eso es lo que quiere lograr un nuevo sitio social llamado “Eat with me” (Come conmigo).
La idea es simple y divertida. Se trata de buscar o crear eventos gastronómicos a los que pueden asistir personas que no se conocen. Se puede usar desde cualquier parte del mundo, aunque hasta ahora la comunidad es muy pequeña y se concentra en Australia, donde viven los creadores de “Eat with me”. La clave del sitio es la posibilidad que le otorga a cada usuario de crear un comida abierta con condiciones muy específicas, donde se define desde el tipo de lugar en el que se realizará la comida, hasta el tipo de dieta, que puede ser kosher, vegana, vegetariana, libre de gluten, etc.
Los eventos de comida que se crean pueden ser completamente abiertos a desconocidos, o acotados a gente más o menos conocida. Por ejemplo, puede crearse un picnic e invitar a una parte de la lista de emails del usuario.
Buscar
El buscador de comidas abiertas de “Eat with me” ofrece filtros recíprocos a los que aparecen al crear un evento Es decir, también se puede elegir el tipo de comida en el que se quiere participar y la dieta preferida:
Pero para entender realmente cómo funciona es interesante observar un caso. La captura que sigue muestra a un usuario alemán que vive en Melbourne que creó una comida abierta en su casa para encontrarse con otras personas que hablan alemán. Explica el propósito de la cena abierta: conservar el lenguaje y las habilidades de cocina alemanas. Cada invitado tiene que traer algo de comida alemana y estará prohibido hablar en inglés, francés o en otras lenguas que no sean alemán:
En primer persona
Bethany Jones (foto), de Shareable.net, organizó un picnic en Melbourne para probar cómo funcionaba “Eat with me”. Su crónica describe un poco lo que podría pasarle a cualquiera.
Bethany llegó al parque el día de la cita y puso su mantel rojo sobre el cesped. Estaba muy nerviosa. Ella y su pareja se habían comprometido a llevar una canasta con comida, un bate de cricket, una pelota de fútbol y un Scrabble. Con todo los elementos previsto, aguardaron. Poco después empezaron a llegar los invitados, algunos con paraguas porque preveían una tormenta. Eran en total 21 personas completamente desconocidas. Gente con la que no tenía nada en común hasta ese momento salvo haber coordinado comer juntos en un parque de la ciudad. Bethany cuenta que los nervios e incomodidad del encuentro dieron rápidamente lugar al entusiasmo de estar con gente nueva. Cada uno llegaba con su canasta y mientras comían se desarrollaban todo tipo de conversaciones alrededor del mantel.
Más tarde la lluvia los hizo esconderse debajo de los paraguas, para terminar después refugiados en el interior de una casa donde extendieron esa tertulia entre extraños durante algunas horas. Bethany dice haber disfrutado de conversar de temas que no frecuentaba. Surgieron futuros comidas y amistades.
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“Eat with me”, tiene algo de encuentro casual en el aeropuerto o en un otras circunstancias donde todos son desconocidos y deben presentarse. Es casi como el primer día en la casa de Gran Hermano. Comer con desconocidos es una práctica nueva y rara que se encuentra en las antípodas de los “cocooners”, que se refugian en sus casas. La comida, como siempre, es el vehículo que estimula la camaredería y además, es un buen principio como tema de conversación. Aunque no sea apto para tímidos, “Eat with me” puede llegar a ser muy divertido.
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“Eat with me”, tiene algo de encuentro casual en el aeropuerto o en un otras circunstancias donde todos son desconocidos y deben presentarse. Es casi como el primer día en la casa de Gran Hermano. Comer con desconocidos es una práctica nueva y rara que se encuentra en las antípodas de los “cocooners”, que se refugian en sus casas. La comida, como siempre, es el vehículo que estimula la camaredería y además, es un buen principio como tema de conversación. Aunque no sea apto para tímidos, “Eat with me” puede llegar a ser muy divertido.
lanacion.com
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