lunes, 6 de julio de 2009

Sexo, drogas y un poco de circo


Desde Los Angeles
Creó uno de las más asombrosas y lucrativas franquicias del show business. Una vez fue un performer callejero sin un centavo, pero ahora es el cerebro detrás del Cirque du Soleil... y el centro de una intrigante batalla legal sobre las maniobras acrobáticas que habrían tenido lugar en su dormitorio. Guy Laliberté, el empresario billonario cuya troupe está celebrando su 25º aniversario, anunció sus planes de demandar a los editores de una biografía no autorizada que lo retrata como un pícaro que salta de cama en cama, con un infatigable apetito por el sexo, las drogas y un estilo de vida típico del rock and roll.
La amenaza de juicio, que disparó todo un circo mediático en Canadá (país natal de Laliberté), llegó después de que la influyente revista canadiense Macleans publicara un revelador extracto del libro, llamado The Fabulous Story of the Creator of the Cirque du Soleil y orientado a escarbar los secretos más sucios. Allí se detallan algunas de las fiestas decadentes que Laliberté financió con los ingresos de su imperio, que actualmente controla 18 shows en docenas de países, y mantiene a casi 4 mil empleados que incluyen a cientos de los más talentosos bailarines y acróbatas del mundo. Durante esas fiestas, líderes de negocios, políticos y estrellas de Hollywood eran entretenidos por performers del Cirque du Soleil, gozando de comidas y vinos por millones de dólares. El autor Ian Halperin, que cita a varios invitados, detalla heroicas exhibiciones de libertinaje. “En las fiestas de Guy había todo lo que quisieras”, dice Myra Jones, una modelo de Milán que asistió a varios eventos. “Drogas, la mejor música disparada por DJ’s famosos de Europa y Estados Unidos, el sexo más salvaje que se pueda imaginar.”
El libro asegura que los asistentes de Laliberté se encargaban de proveer montones de prostitutas de Montreal a las fiestas, a las que asistían personajes como Robert DeNiro y Sir Paul McCartney; los invitados de segunda clase debían firmar un acuerdo de confidencialidad para poder ingresar. “Era algo más allá de la locura; era la insania completa, por horas. Todos eran tan hermosos y tan libres...”, dice Angie Everhart, modelo de Playboy. “Si hubo alguna persona seria y en sus cabales en la casa debe haber enloquecido viendo a todos los demás. Probablemente debe haber pensado que era la que estaba drogada.”
Pero el pasaje del libro que parece haber indignado más a Laliberté –una figura excéntrica con una fortuna personal estimada en 2,5 billones de dólares– tiene que ver con su ex novia Rizia Moreira, una modelo brasileña que es madre de tres de sus cinco hijos. “Podía venir a casa después de haber dormido con otras mujeres y tener sexo conmigo”, se queja en el libro. “Si me lo hubiera dicho, jamás se lo hubiera permitido, jamás habría tenido sexo con él.”
Naturalmente, el dueño del Cirque reaccionó ante semejantes afirmaciones. Esta semana escribió a Transit Publishing, editora del libro, negando varias acusaciones clave del volumen, y demandando que se lo retire inmediatamente de las librerías. Macleans también recibió una nota legal, pero Ian Halperin devolvió el fuego de inmediato, y con intereses. “Vamos a pelear con vigor, y tomar esto como un burdo atropello a la libertad de prensa”, declaró al diario New York Post. “Todo lo que se dice en mi libro es verdad, y puede ser probado fácilmente. Si él continúa acosándome, le iniciaré una demanda por calumnias.”
Sea cual sea el resultado, la pelea llega en un momento inconveniente para Laliberté, que debería estar enfocado en su entrenamiento para un futuro viaje espacial por el que le pagó 35 millones de dólares a una empresa rusa. Para la celebración por los 25 años de su compañía anunció, comprensiblemente, un festejo moderado: en lugar de ofrecer una fiesta libertina, convocó a casi mil de sus performers para intentar romper el record mundial Guinness de la mayor cantidad de gente junta caminando sobre zancos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
pagina12.com.ar

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