Silvina Premat
LA NACION
El dato sorprende. Cada día, en nuestro país, se realizan siete fiestas popularesSon las mismas que ilustran folletos y libros turísticos, aunque hasta el momento no se tenían precisiones numéricas oficiales. Ahora, la Secretaría de Cultura de la Nación difundió un relevamiento nacional de festivales y fiestas populares que revela que se realizan al menos 2700 en todo el país cada año, más de la mitad de las cuales tiene motivaciones religiosas en honor a santos de la Iglesia Católica o de figuras paganas.
Además de las religiosas, la lista incluye festividades que recuerdan una gesta histórica ocurrida en el pueblo o la ciudad, el nacimiento o la muerte del caudillo o festejan una actividad económica, una expresión artística o folklórica.
Figuran tanto las grandes celebraciones colectivas, como el Festival de Cosquín, la Fiesta de la Vendimia o los Carnavales en Gualeguaychú, como otras más pequeñas y no tan conocidas, como la Fiesta Nacional de la Gallina Hervida, el Festival Nacional del Novillo Gordo o la Fiesta Provincial del Perro del Trabajador Rural. También se desprende de ese estudio que la provincia de Córdoba es el distrito con mayor cantidad de festejos -cerca de 700-, seguida por Salta, Buenos Aires, la Capital Federal, Santa Fe, Formosa y Jujuy.
A este primer paso le seguirá la reunión de datos de otros aspectos característicos de estos fenómenos culturales que son consideradas por la Unesco, desde 2003, como parte central del patrimonio inmaterial de un pueblo. Y, como tal, tienen un impacto económico aún desconocido en términos cuantitativos.
En torno a cada una de estas festividades se desarrollan iniciativas de todo tipo como juegos, competencias, bailes, concursos, exposiciones, patios de comida o venta de productos, desde el merchandising relacionado con la celebración hasta ropa, juguetes, artículos para el hogar o accesorios.
Desde lo conceptual, visto su impacto en las economías regionales, estas festividades comenzaron a ser incluidas como expresiones de las industrias culturales.
Con la información recogida por las áreas de cultura de las provincias, el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca) elaboró un mapa con la distribución territorial de las festividades y sus principales características que se puede consultar en sinca.cultura.gov.ar/sic/mapacultural/index_local.php .
De allí se desprende que su realización no parece "estar asociada a mejores o peores condiciones socioeconómicas o educativas, sino que, más bien, aparece como una práctica cultural generalizada". Se hacen tanto en las ciudades como en el campo, a orillas de los ríos o entre las montañas.
El dato sorprende. Cada día, en nuestro país, se realizan siete fiestas popularesSon las mismas que ilustran folletos y libros turísticos, aunque hasta el momento no se tenían precisiones numéricas oficiales. Ahora, la Secretaría de Cultura de la Nación difundió un relevamiento nacional de festivales y fiestas populares que revela que se realizan al menos 2700 en todo el país cada año, más de la mitad de las cuales tiene motivaciones religiosas en honor a santos de la Iglesia Católica o de figuras paganas.
Además de las religiosas, la lista incluye festividades que recuerdan una gesta histórica ocurrida en el pueblo o la ciudad, el nacimiento o la muerte del caudillo o festejan una actividad económica, una expresión artística o folklórica.
Figuran tanto las grandes celebraciones colectivas, como el Festival de Cosquín, la Fiesta de la Vendimia o los Carnavales en Gualeguaychú, como otras más pequeñas y no tan conocidas, como la Fiesta Nacional de la Gallina Hervida, el Festival Nacional del Novillo Gordo o la Fiesta Provincial del Perro del Trabajador Rural. También se desprende de ese estudio que la provincia de Córdoba es el distrito con mayor cantidad de festejos -cerca de 700-, seguida por Salta, Buenos Aires, la Capital Federal, Santa Fe, Formosa y Jujuy.
A este primer paso le seguirá la reunión de datos de otros aspectos característicos de estos fenómenos culturales que son consideradas por la Unesco, desde 2003, como parte central del patrimonio inmaterial de un pueblo. Y, como tal, tienen un impacto económico aún desconocido en términos cuantitativos.
En torno a cada una de estas festividades se desarrollan iniciativas de todo tipo como juegos, competencias, bailes, concursos, exposiciones, patios de comida o venta de productos, desde el merchandising relacionado con la celebración hasta ropa, juguetes, artículos para el hogar o accesorios.
Desde lo conceptual, visto su impacto en las economías regionales, estas festividades comenzaron a ser incluidas como expresiones de las industrias culturales.
Con la información recogida por las áreas de cultura de las provincias, el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca) elaboró un mapa con la distribución territorial de las festividades y sus principales características que se puede consultar en sinca.cultura.gov.ar/sic/mapacultural/index_local.php .
De allí se desprende que su realización no parece "estar asociada a mejores o peores condiciones socioeconómicas o educativas, sino que, más bien, aparece como una práctica cultural generalizada". Se hacen tanto en las ciudades como en el campo, a orillas de los ríos o entre las montañas.
Motivos para celebrar
Ante la diversidad de expresiones culturales, relevadas entre fines de 2007 y mediados de 2008, los profesionales del Sinca agruparon las festividades según el motivo de la celebración. Así, se detectó que el 36% de los eventos populares tiene una motivación religiosa, el 32% corresponde a celebraciones cívicas, el 16% celebra actividades productivas de la zona, el 9% son artísticas y el 7%, folklóricas.
También se detectaron variantes según la geografía. En las del norte y el centro del país predominan las festividades religiosas, mientras que en la Patagonia son más los festejos de índole cívico. En tanto, en Nuevo Cuyo se observa una distribución más proporcionada.
La información recabada por el Sinca permite asimismo identificar la fecha en que se desarrollan. Agrupadas según las estaciones climáticas, cerca del 60% de las celebraciones se desarrolla en épocas templadas, entre diciembre y febrero. En cambio, durante el otoño, donde prácticamente no hay períodos de descanso, se desarrolla la menor cantidad de festejos anuales.
Según la coordinadora del Sinca, Natalia Calcagno, no existían estudios que reunieran este tipo de información a nivel nacional. Los hay de agencias turísticas regionales o gobiernos provinciales con datos locales. La funcionaria admite que ésta es una primera aproximación que seguramente necesitará ajustes en la información y la actualización de sus contenidos porque "las festividades están en movimiento, van cambiando en el tiempo", explicó.
Stella Puente, directora del curso de posgrado Industrias Culturales, de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, y autora del libro Industrias culturales , explicó a LA NACION que para determinar el potencial económico de estas celebraciones sería necesario "analizar caso por caso para ver cuál es la estrategia y la proyección de cada festividad. Hay lugares que son anclajes turísticos en torno a eventos, como el de Cosquín, cuya realización reactiva el circuito turístico de la zona con hotelería, gastronomía y peñas".
La experta consideró que en los últimos tiempos se ha ampliado el concepto de "industria cultural" y que éste evolucionó con el tiempo. Puente afirmó, aun sin ver el listado de la Secretaría de Cultura, que "no quedan dudas de que estas festividades tienen efecto en las economías locales. Mueven recursos e irradian beneficios a la zona y al lugar donde se realizan. Algunas están especialmente dirigidas a la industria cultural, como los festivales de cine o de música; otras incluso fijan un espacio de intercambio de negocios".
Datos
Los que más festejan.
Ante la diversidad de expresiones culturales, relevadas entre fines de 2007 y mediados de 2008, los profesionales del Sinca agruparon las festividades según el motivo de la celebración. Así, se detectó que el 36% de los eventos populares tiene una motivación religiosa, el 32% corresponde a celebraciones cívicas, el 16% celebra actividades productivas de la zona, el 9% son artísticas y el 7%, folklóricas.
También se detectaron variantes según la geografía. En las del norte y el centro del país predominan las festividades religiosas, mientras que en la Patagonia son más los festejos de índole cívico. En tanto, en Nuevo Cuyo se observa una distribución más proporcionada.
La información recabada por el Sinca permite asimismo identificar la fecha en que se desarrollan. Agrupadas según las estaciones climáticas, cerca del 60% de las celebraciones se desarrolla en épocas templadas, entre diciembre y febrero. En cambio, durante el otoño, donde prácticamente no hay períodos de descanso, se desarrolla la menor cantidad de festejos anuales.
Según la coordinadora del Sinca, Natalia Calcagno, no existían estudios que reunieran este tipo de información a nivel nacional. Los hay de agencias turísticas regionales o gobiernos provinciales con datos locales. La funcionaria admite que ésta es una primera aproximación que seguramente necesitará ajustes en la información y la actualización de sus contenidos porque "las festividades están en movimiento, van cambiando en el tiempo", explicó.
Stella Puente, directora del curso de posgrado Industrias Culturales, de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, y autora del libro Industrias culturales , explicó a LA NACION que para determinar el potencial económico de estas celebraciones sería necesario "analizar caso por caso para ver cuál es la estrategia y la proyección de cada festividad. Hay lugares que son anclajes turísticos en torno a eventos, como el de Cosquín, cuya realización reactiva el circuito turístico de la zona con hotelería, gastronomía y peñas".
La experta consideró que en los últimos tiempos se ha ampliado el concepto de "industria cultural" y que éste evolucionó con el tiempo. Puente afirmó, aun sin ver el listado de la Secretaría de Cultura, que "no quedan dudas de que estas festividades tienen efecto en las economías locales. Mueven recursos e irradian beneficios a la zona y al lugar donde se realizan. Algunas están especialmente dirigidas a la industria cultural, como los festivales de cine o de música; otras incluso fijan un espacio de intercambio de negocios".
Datos
Los que más festejan.
Córdoba es la provincia con más festejos, con 683, seguida por Salta, con 265, y Buenos Aires, con 248.
Celebraciones religiosas.
Celebraciones religiosas.
Las dedicadas a santos católicos o a figuras paganas ocupan el primer lugar, con el 36 %. Las festividades de tipo cívico alcanzan al 32 % y las de índole productiva, el 16. En quinto lugar están las folklóricas.
Primavera-verano.
Primavera-verano.
La mayor parte de las celebraciones y festivales se realizan entre diciembre y febrero. La época del año en la que menos fiestas registró la Secretaría de Cultura es el otoño.
lanacion.com
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