domingo, 8 de marzo de 2009

Los dolores de cabeza afectan a una de cada tres personas


El dolor de cabeza se ha convertido, con las nuevas modalidades de trabajo y el estrés creciente de la vida moderna, en un problema cada vez más frecuente y severo. Se estima que en la Argentina un 33% de la población padece de dolores de cabeza habituales. Sin embargo, son pocos los casos en que se consulta al médico. Es muy común, en cambio, que el paciente se automedique, llevando a cabo tratamientos incorrectos que pueden incluso agravar el trastorno o sostenerlo artificialmente en el tiempo.
El doctor Lorenzo Gardella, médico neurólogo, miembro de las Asociaciones Argentina y Latinoamericana de Cefaleas, y Delegado de la Asociación Latinoamericana de Cefaleas ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostiene al respecto que "existen muchos tipos de dolor de cabeza y cada uno de ellos requiere un tratamiento específico. Por ello, es fundamental evaluar con precisión las manifestaciones clínicas del paciente por medio de un correcto interrogatorio, examen físico y estudios complementarios. Así se diagnosticará el tipo de cefalea que sufre cada paciente".
Las jaquecas, por ejemplo, son dolores de cabeza fuertes, acompañados generalmente de otros síntomas, como trastornos visuales o náuseas, y producen la sensación de un dolor palpitante que tiende a comenzar en un lado de la cabeza, aunque puede propagarse hacia ambos lados. Otro tipo de trastorno es la cefalea sinusal. Ésta se presenta en la parte frontal de la cabeza y en la cara, acompañada de irritación en la garganta y secreción nasal, y está causada por la inflamación en los conductos de los senos paranasales que están detrás de las mejillas, la nariz y los ojos.
Otro de los tipos de dolor de cabeza, y probablemente uno de los más frecuentes en la actualidad, es la cefalea tensional. Esta cefalea consta de un dolor sordo u opresivo, que produce la sensación persistente de tener una banda apretada en la frente. A menudo comienza en la parte posterior de la cabeza, propagándose luego hacia el frente y hacia ambos costados.
Algunas de sus causas pueden ser trabajar durante mucho tiempo sin cambiar de posición, como por ejemplo frente a una computadora, hacer demasiado esfuerzo físico, dormir en una mala postura o apretando excesivamente los dientes. Pero también suele estar relacionada con el estrés, la depresión o la ansiedad, a causa de las dificultades para conciliar el sueño, el bruxismo, la omisión de comidas o el consumo de alcohol, tabaco e incluso de drogas psicoactivas que estos trastornos emocionales pueden traer aparejados.
Enfoques multidisciplinarios
Es importante tener en cuenta que el dolor de cabeza no afecta únicamente la faz personal de quienes lo padecen, también afecta su actividad profesional. Los especialistas estiman que las cefaleas suelen presentarse con mayor frecuencia entre los 25 y los 50 años, es decir, en el sector más productivo de la población. En nuestro país, las cifras nos indican la existencia de un fenómeno para nada desdeñable. El hecho de que uno de cada tres argentinos padezca habitualmente dolores de cabeza habla por sí mismo de la importancia social de este trastorno.
El doctor Gardella opina que "las cefaleas no deben ser subestimadas ya que interfieren en las actividades diarias del individuo (vida social, familiar, recreativa, de pareja, laboral)." Y agrega que "según estimaciones de especialistas en base a experiencias clínicas, alrededor de la mitad de los individuos que sufren cefaleas falta a su trabajo entre 1 y 5 días por mes, o bien disminuyen en forma importante su rendimiento laboral".
Afortunadamente, las investigaciones de las últimas décadas han esclarecido en gran medida los mecanismos que originan y disparan los distintos tipos de dolores de cabeza. Esto ha llevado al desarrollo de nuevos tratamientos que no son ya simples tratamientos sintomáticos para calmar el dolor, sino el resultado de enfoques multidisciplinarios mucho más efectivos.
Además de la posible indicación de medicamentos adecuados al tipo de trastorno sufrido por cada paciente individual, existen otras medidas, no farmacológicas, que también pueden ser indicadas. Dietas, actividad física, kinesiología e incluso apoyo psicológico son elementos que pueden ser incluidos dentro del tratamiento para asegurar el cese efectivo del dolor. Y es, por supuesto, imprescindible para acceder correctamente a ellos, consultar al médico.
Juan Manuel Ríos
lanacion.com

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