Quizás con la excepción de los videojuegos, ningún otro juguete ha despertado tantas pasiones y polémicas. Pero Barbie, ajena a los embates, cumple el lunes 50 años, más joven y espléndida que nunca. Stacy Malibú, su alter ego en Los Simpsons (su referencia en el mundo amarillo es uno de los indicadores de su popularidad global), decía "sólo soy una chica".
Pero Barbie es mucho más que una chica. Por segundo, se venden tres unidades en todo el planeta. Según la socióloga italiana Roberta Bartoletti -investigadora del fenómeno Barbie- "encarna un modelo de mujer típicamente occidental, urbana, emancipada y fashion victim". Y más: es un negocio fabuloso que se diversificó en merchandising, películas y hasta locales (ver Ideas...)
"Planeamos seguir acompañando a las niñas en su crecimiento, a partir de los diferentes patrones de juego que vayan surgiendo, como las nuevas tecnologías", adelanta sobre el futuro Paola Castiglione, gerente de marketing para Sudamérica de la división Niñas de Mattel, la empresa que la fabrica. Una fuerte apuesta a Internet, a las películas y los musicales son algunos proyectos de expansión de la marca. No tienen prevista ninguna modificación a su look, pero sí "reflejar la tendencia popular del momento y seguir siendo ícono de moda". E incorporarán más muñecas multiétnicas.
En Mattel dicen que la penetración local de Barbie es "impresionante": las nenas tienen su primer contacto con ella a los tres años. Una Barbie cuesta de $ 25 a $ 200, y próximamente se venderán también los modelos especiales por el aniversario, que incluyen una nueva versión del original lanzado el 9 de marzo de 1959. Ese día comenzó todo. Ruth Handler y su esposo presentaron en la Feria de Juguetes de Nueva York una muñeca innovadora: no era una "nena" para jugar a la mamá, sino una "mujer" con la cual las fantasías de juego de las niñas podían expandirse a lugares hasta entonces impensados. Ruth tomó el nombre de su hija para bautizar a su menor y prolífica criatura.
Barbie causó sensación: en los albores de los 60, representaba a esa mujer que empezaba a salir del dominio doméstico para ganar un merecido protagonismo social. A lo largo de cinco décadas, reflejó los cambios culturales y el avance femenino. La muñeca apareció en todas las razas y más de 100 profesiones, simbolizando así el pensamiento de Handler y la razón por la cual fascina a nenas de distintas generaciones: "Siempre ha demostrado que una mujer tiene posibilidades de elegir". Sin embargo, sus detractores le cuestionan que promueve un ideal de belleza estereotipado que podría derivar en trastornos alimentarios.
Castiglione responde que "Barbie es simplemente una muñeca, y nuestro objetivo es que favorezca el desarrollo de la imaginación de las niñas a partir del juego de interpretar roles. No es su propósito generar un análisis desde la imitación física o estética".
Con un árbol genealógico que incluye a cinco hermanas, dos primos y seis amigas, Barbie no sería Barbie sin Ken.
El novio apareció en 1961 y "rompieron" en 2004. Ahora, revelan en Mattel, "siguen siendo amigos, pero él quiere volver". Siempre soltera y "nunca embarazada", con cirugías plásticas encima ("es de plástico, así que técnicamente tiene cirugías plásticas en la cara y el cuerpo", admiten en Mattel), la rubia sigue despertando amores y odios. Como esas divas eternas, tan deseadas como inaccesibles.
Una diva de plástico
La primera Barbie costó 3 dólares. La más cara se vendió en 2006: una original que compró un coleccionista a 27.450 dólares. En la creación de cada look trabajan 100 personas. 70 diseñadores de alta costura la vistieron. La muñeca representó a personalidades de todos los tiempos, desde Lucille Ball y Audrey Hepburn, a Shakira. Sus sitios oficiales tienen más de 50 millones de usuarios y figura en 300 páginas de Facebook. Sus 14 películas vendieron 60 millones de DVD's.
Ideas argentinas
En 2007 se abrió en Palermo el primer Barbie Store, un local con peluquería y casa de té que se exportará a otros países. Y el año pasado se hizo acá un musical con Liz Solari en el rol de la muñeca.
clarin.com
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